Aronián y Radyábov ponen un pie en la final
El armenio gana al francés Vachier-Lagrave (3-1), y el azerbaiyano al ruso Dúbov (3-1)
Levón Aronián terminó el año más trágico de su vida –muerte de su compañera y guerra entre Armenia y Azerbaiyán– con un triunfo claro y un juego excelente. El armenio se impuso por 3-1 al francés Maxime Vachier-Lagrave en la 1ª manga de las semifinales del torneo rápido por internet Airthings Masters (Chess24). El ruso Danil Dúbov cayó (1-3) ante el azerbaiyano Teimur Radyábov. La 2ª manga se disputa este viernes, desde las 15.00 (hora peninsular española).
“Esta noche intentaré comportarme como una persona normal. Visitaré a mi familia y a la de mi [difunta] novia, para desear juntos que la vida sea mejor en 2021”, dijo Aronián desde Yereván, la capital de Armenia, donde el ajedrez es tan popular como el fútbol, y él un héroe nacional. Arianne Caoili, de 33 años, campeona de Oceanía, murió el 30 de marzo tras un terrible accidente de tráfico. Nueve meses después, Aronián, de 38 años, está en un gran momento deportivo, jugando con la frescura de su mejor época.
Y con gran confianza en sí mismo, como se vio en su impecable juego posicional con las piezas negras en el primer asalto de esta semifinal frente a Vachier-Lagrave, a quien batió con claridad. Luego estuvo a punto de ganar con blancas el segundo, pero no fue preciso, y terminó empatando, al igual que en el tercero, donde aguantó bien con negras. El cuarto, con el francés obligado a ganar, fue una montaña rusa hasta que Vachier-Lagrave se pasó en el riesgo y terminó perdiendo.
Todo indica que Dúbov terminó exhausto –física y psicológicamente– el miércoles tras eliminar al campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen, en un combate épico. Además, tiene como rival en semifinales a uno de los más duros de la élite, exasperante a veces por un estilo demasiado conservador, pero con un talento enorme e indiscutible.
Radyábov es tan duro, y con frecuencia aburrido, que ni siquiera suele arriesgar con blancas si no está obligado. No lo hizo en la primera partida, tan larga como poco interesante hasta que se firmaron las tablas. La segunda sirvió para confirmar lo esperado: Radyábov estuvo casi siempre algo mejor, hasta que se firmó el empate.
Y la tercera iba en la misma línea, con Dúbov sufriendo mucho hasta que logró igualar. Pero poco después, muy presionado por el reloj, el ruso cometió un error mortal, y perdió. Obligado a ganar la cuarta, volvió a caer. Todo indica que la gestión de los apuros de tiempo es uno de sus puntos débiles. Su tarea de este jueves se perfila hercúlea.
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