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Niepómniachi se desploma ante Carlsen

El noruego, ganador del torneo, se enfrentará en la gran final del circuito a Dúbov, Nakamura y Ding

Magnus Carlsen, durante el Mundial de Londres 2018
Magnus Carlsen, durante el Mundial de Londres 2018David Llada/Chess24
Leontxo García

Magnus Carlsen ha ganado el Leyendas del Ajedrez (4º torneo rápido por internet del circuito que lleva su nombre) por su enorme consistencia y porque su rival en el duelo decisivo, el ruso Ian Niepómniachi, ha confirmado que la inconsistencia es su principal problema: tras su dura resistencia de ayer en la 1ª manga (que perdió en el desempate relámpago) hoy se ha desmoronado (0,5,2,5). El noruego, vencedor de tres de los cuatro torneos, disputará la gran final del 9 al 20 de agosto en Chess24.com con el otro ganador, el ruso Danil Dúbov, y los dos mejores clasificados: el estadounidense Hikaru Nakamura y el chino Liren Ding.

En los tres torneos que jugó, Carlsen solo ha perdido un duelo, contra Nakamura. "En general, creo que he jugado bien durante el circuito, pero tengo cosas que mejorar, porque mis oponentes en la final serán muy duros", resumió. Y sobre lo que acababa de ocurrir, manifestó: “El error de Ian en la primera partida de hoy es tan grosero que me sorprendió muchísimo. Supongo que debe estar cansado porque su trayectoria hasta la final fue más dura que la mía”. Tras su nueva victoria en la segunda, uno de los comentaristas de Chess24, el ruso Alexánder Grischuk, triple campeón del mundo en la modalidad relámpago, exclamó: “La única manera de salvar a Ian es que los piratas rusos ataquen el servidor de Chess24”.

Desde la primera partida de esta segunda manga, Niepómniachi se mantuvo fiel a la tesis de Anatoli Kárpov –“Para ganar a Carlsen hay que llevarle a posiciones agudas”, a pesar de que conducía las piezas negras. Tras los quince primeros movimientos, la posición era equilibrada, aunque tensa. Y entonces el ruso hizo una jugada claramente mala, sospechosa a primera vista -no solo para grandes maestros- porque debilitaba al propio rey y el complejo de casillas blancas cercanas al enroque. El castigo de Carlsen fue inmediato y contundente.

Es decir, más allá del consejo de Kárpov, Niepómniachi dio la impresión de jugar pasado de revoluciones. En ello podría influir no solo el ansia por jugar bien frente al campeón, sino también el cansancio acumulado: la semifinal de Niepómniachi frente al neerlandés Anish Giri fue mucho más extenuante que la de Carlsen frente al octacampeón de Rusia, Péter Svídler.

Ian Niepómniachi, durante el torneo de Astaná (Kazajistán), en 2019
Ian Niepómniachi, durante el torneo de Astaná (Kazajistán), en 2019David Llada/Chess24

Y esa impresión se acrecentó en el segundo asalto. Niepómniachi, con blancas, recibió un jaque en el decimoquinto lance. Cualquier jugada de rey le daba una posición más que razonable, incluso algo ventajosa. En lugar de ello, eliminó el alfil jaqueador a cambio de entregar una torre, lo cual no era necesariamente malo, porque parecía tener compensación posicional suficiente. Por tanto, se mantenía fiel al consejo de Kárpov, complicando el juego.

Pero inmediatamente después omitió un golpe táctico sencillo, que cualquier ajedrecista de cierto nivel ve de inmediato. Eso dio clara ventaja a Carlsen, quien volvió a ser implacable en su explotación, con el matiz de que la presión del reloj le quitó precisión y alargó la partida, pero su ventaja siempre fue grande. El tercer asalto fue muy fácil para Carlsen, quien desde la apertura, con blancas, eligió un camino seguro, y no tuvo el menor problema para hacer tablas. Su premio es de 45.000 dólares (38.243 euros); Niepómniachi cobrará 30.000 (25.491).

Dada la persistente baja forma de Ding desde marzo -aunque sus últimas partidas en la primera fase de este torneo alumbraron alguna esperanza-, el juego de Niepómniachi este lunes en la 1ª manga contra Carlsen pudo hacer pensar que su presencia en la gran final podría ser más interesante que la del chino. Pero su flojo rendimiento en la 2ª cuestiona esa idea. La otra duda es la del estadounidense Fabiano Caruana, cuyo juego en los torneos más recientes indica que la modalidad rápida ha dejado de ser su claro punto débil. No cabe ninguna de que Dúbov y Nakamura son quienes más pueden hacer sufrir a Carlsen.

Pero tampoco de que el emperador noruego es claro favorito al triunfo en la final del circuito que él mismo ideó para que el ajedrez sea muy popular durante la pandemia. Grischuk lo definió así: “Magnus juega tan bien que a veces parece que hace trampas”.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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