El All Star recupera la magia y el espíritu competitivo de Kobe Bryant
LeBron James, capitán del equipo ganador, explica que los jugadores se dijeron: “Maldita sea, esto va a ser divertido”
El baloncesto, como todos los deportes, va de eso, del deseo de competir y la voluntad de ganar. Es lo que más inspira a los mejores jugadores y lo que más engancha al aficionado. Es lo que caracterizó a Michael Jordan, uno de los grandes en la historia del deporte y que dejó una huella imborrable en Chicago, por su juego y por los seis títulos que dio a los Bulls en la década de los 90. El All Star es una cita atractiva por definición, pero a menudo tiende a caer en la rutina, falto de picante, un sucedáneo de los partidos de verdad y una pasarela promocional.
El fallecimiento de Kobe Bryant, uno de los jugadores que durante las dos últimas décadas más contribuyó a engrandecer y globalizar el juego, ha dado una dimensión absolutamente diferente al All Star del in de semana en el United Center. Su espíritu y su legado estuvieron muy presentes y, a fin de cuentas, fue primordial para que los jugadores decidieran emplearse más a fondo y con más competitividad. La NBA también puso de su parte, innovando con un formato en que el último cuarto se juega sin reloj, con el objetivo de cerrar el marcador en base a los 24 puntos –cifra establecida en honor al número de la camiseta de Kobe- que faltara a cada equipo para doblegar a su rival tras los tres primeros cuartos.
LeBron James, tras el partido que ganó su equipo frente al de Giannis Anetokounmpo por 155-157, desveló: “Ninguno de nosotros sabía lo que nos esperaba, pero durante todo el último cuarto fue como si todos dijéramos: 'Maldita sea, esto va a ser divertido”. Y lo fue. Porque hubo competitividad, se defendió con intensidad y se jugó a un buen nivel como se espera de la reunión de los mejores jugadores de la NBA. Gustó una asistencia de Luka Doncic, un mate de LeBron, los ocho triples de Kawhi Leonard, la pelea incesante de Joel Embiid y Anthony Davis en el interior de la zona, la persistencia de Chris Paul. Y sobre todo, el afán de ambos equipos por ganar, aunque ello les obligase a una intensidad defensiva que a menudo se suele soslayar en un All Star. Nick Nurse, el entrenador de Toronto que dirigió en el All Star al equipo de Giannis Antetokounmpo, se refirió al jugador griego: “Habló conmigo en un par de ocasiones durante los tiempos muertos, y era como si quisiera afrontar todos los desafíos y dijera; ‘Voy a marcar a ese tipo’. Estaba realmente dentro del partido. Forma parte de su competitividad. Siempre está realmente concentrado en el partido”.
Después de los tres primeros cuartos en los que cada equipo ganador era premiado con 100.000 euros, destinados a ayudar a las personas más necesitadas de Chicago, el resultado era 133-124 favorable al equipo de Giannis. El equipo de LeBron tenía que anotar 33 puntos para ganar y el de Giannis, 24. Remontó el equipo de LeBron, cuyo quinteto inicial y final estuvo formado por jugadores de equipos del Oeste, de forma casual, porque así surgió de la elección de los capitanes. Decidió el partido un tiro libre de Anthony Davis, en medio de la alegría de la afición ya el pívot de los Lakers nació hace 26 años precisamente en Chicago.
Desde el principio hasta el final, la figura de Kobe Bryant estuvo muy presente en el ánimo de los jugadores y de los aficionados. Antes del partido, la cantante Jennifer Hudson creó una atmósfera de recogimiento y respeto en recuerdo de Kobe, su hija Gianna y las otras siete personas fallecidas en el accidente de helicóptero el 26 de enero, y del comisionado de la NBA David Stern, que había fallecido el 1 de enero. Hudson interpretó ‘For All We Know (We May Meet Again)’ mientras en el vídeo gigante se pasaban imágenes de Kobe Bryant.
La introducción corrió a cargo de Magic Johnson. “Nunca veremos otro jugador como Kobe, capaz de anotar 81 puntos en un partido, de meter 60 en su último partido, y de ganar cinco títulos de la NBA. Kobe, te echamos de menos y espero haberte hecho sentir orgulloso”, concluyó el legendario base de los Lakers. El equipo de Antetokounmpo llevó el número 24 en sus camisetas, y el de LeBron, el 2, los números que lucían Kobe y su hija Gianna. LeBron se convirtió en el jugador que más veces ha estado en los quintetos titulares de los All Star, 16, una más precisamente que Kobe.
Con un 51-30, la formación del jugador griego remontó de largo su mal inicio. Pero en el último y novedoso asalto final, con máxima presión defensiva, muchas faltas y tiros libres, las jugadas discutidas, varias de ellas revisadas en vídeo, el equipo de LeBron fue mejor. “Han acertado con este nuevo formato”, aseguró Kawhi Leonard. El MVP de la final que dio el título a los Raptors la pasada temporada y ahora juega en los Clippers, se hizo acreedor al del All Star con 8 triples, 30 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias y 2 robos de balón. Su actuación propulsó a los suyos, junto a los 23 puntos de un LeBron poco acertado en los triples (2 de 10). También sumó 23 puntos Chris Paul y fue decisivo Anthony Davis. Mantuvo un duelo magnífico con Joel Embiid y acabó con 20 puntos y 9 rebotes. Luka Doncic quedó en un segundo plano, no jugó muchos minutos y aportó 8 puntos y 4 asistencias. Y Domantas Sabonis, el segundo lituano en un All Star tras Ilgauskas, solo tiró una vez para anotar 2 puntos y capturó 6 rebotes.
El equipo de Antetokounmpo, con 25 puntos y 11 rebotes de su capitán, 22 puntos y 10 rebotes de Embiid, y 21 puntos y 11 rebotes de Gobert, marcó terreno en un segundo cuarto arrollador. Con un 51-30 remontó de largo su mal inicio. Pero en el último y novedoso asalto final, con máxima presión defensiva, muchas faltas, tiros libres y jugadas discutidas, varias de ellas revisadas en vídeo, el equipo de LeBron fue mejor.
El All Star exprimió el catálogo de ingredientes. Debutaron 10 jugadores, una cifra que no se alcanzaba desde 2010. Compitieron ocho jugadores que tienen menos de 24 años, más que nunca desde 1951. Y se batió una plusmarca con la presencia de ocho jugadores no estadounidenses. Fue un All Star diferente, que puede marcar una nueva etapa en muchos sentidos y que pasará a la historia como el del homenaje a los recién fallecidos David Stern y Kobe Bryant.
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