Honda destrona a KTM
Ricky Brabec, primer campeón estadounidense, toma el relevo de la marca austriaca 18 años después
Hubo un tiempo en que la rivalidad por ganar el Rally Dakar se vivía en el seno de un mismo equipo. Un equipo dominador dividido por la fuerza y la capacidad de dos de sus pilotos. Era aquella década en la que Marc Coma y Cyril Despres se repartían las victorias. Los días en que los roles dentro de KTM estaban clarísimos: tenían dos números uno y estos tenían a sus mochileros particulares. Que no podían osar siquiera a pelear por el Touareg. A Coma y Cyril, cinco Dakar cada uno, les sucedieron los siguientes ganadores: Toby Price, Sam Sunderland, Matthias Walker. Siempre con KTM. Pero los tiempos empezaron a cambiar. Y trabajar en equipo resultó más rentable. Tomó buena nota Honda cuando regresó al Dakar el 2013 después de 23 años de ausencia. Querían hablarle de tú a tú a la casa japonesa. Y lo han conseguido, por fin, este 2020.
Ricky Brabec (San Bernardino, California; 28 años), un físico imponente, la muñeca rápida, la visión de la carrera perfecta, ha logrado que todos los esfuerzos sumen. Tras dos semanas impolutas, no solo es el primer estadounidense, campeón del Dakar, sino que también logró con su triunfo romper la racha de victorias de KTM, que había ganado la carrera los últimos 18 años.
El estadounidense se proclamó vencedor de una prueba que se disputó a todo gas. Hoy los pilotos capaces de imponerse en el rally raid más duro son una decena, lo que deja poco lugar a la estrategia y, pese a que se imponga la navegación en algunas etapas, como ocurrió esta vez (especialmente durante la primera semana) gana no solo el más rápido, sino también el más regular. Y ese ha sido Brabec.
“El año pasado hizo el clic al colocarse delante e intentar ganar la carrera. Este año le ha salido redondísimo. No ha cometido ningún error y ha sabido gestionar la segunda semana, que no es fácil”, le aplaudió su compañero de equipo, Joan Barreda. El joven piloto, que acumulaba tres abandonos consecutivos, lo consiguió con una Honda que, aseguran todos, no es muy diferente de la de los últimos años. Apenas se han tocado los reglajes del motor, se ha trabajado en las suspensiones y corregido la puesta a punto, dicen. E insisten en que solo han trabajado mejor y rentabilizado los esfuerzos invertidos desde 2013.
Esta Honda se ha presentado esta vez algo más fiable, aunque Kevin Benavides rompió el motor demasiado pronto y a Joan Barreda se lo cambiaron por precaución (con la consiguiente penalización de 15 minutos) antes de la última etapa. “Hemos puesto todas las piezas del puzle juntas, por fin. No podríamos haberlo conseguido sin cada uno de los mecánicos y de los pilotos del equipo”, declaró Brabec. Su victoria es la de todo un equipo.
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