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La ATP Cup, un Mundial a contrapié

Además de replicar el formato de la Davis solo un mes y medio después, desprendiendo una sensación de bucle para el aficionado, el nuevo torneo trastoca el inicio del calendario y ofrece duelos insustanciales

Alejandro Ciriza
Djokovic, durante el partido contra Monfils en Sídney.
Djokovic, durante el partido contra Monfils en Sídney.DARREN ENGLAND (EFE)

Repantigado en el banquillo, al capitán uruguayo, Felipe Maccio, le delataba su propia risa: las opciones de superar a España en el cruce de la fase de grupos eran remotas, por no decir inexistentes. Al técnico, al igual que a los otro cuatro componentes del equipo, se le escapaba una carcajada cada vez que Franco Roncadelli, un muchacho de 19 años, sin huella alguna en el ranking, se acercaba para tomar aliento mientras Roberto Bautista lo despellejaba tenísticamente en la central de Perth.

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“Nunca es fácil jugar contra alguien a quien no conoces”, exponía el castellonense, que como ya hiciera en el estreno frente a Georgia abrió la lata con rotundidad (6-1 y 6-2), antes de que Rafael Nadal devorase el contenido (6-2 y 6-1 a Pablo Cuevas) y el dúo formado por Feliciano López y Pablo Carreño relamieran los restos (6-1, 3-6 y 10-3 a Ariel Behar y Juan Martín Fumeaux) para certificar otro 3-0 en el torneo y dejar a España con pie y medio en los cuartos de la ATP Cup, que arrancan el jueves. El día previo (3.00, Tdp) se jugará el primer puesto del Grupo B frente a Japón (2-1 a Georgia).

La escena de Maccio y las risas es sintomática. La laxitud del evento impulsado por el organismo que dirige el circuito masculino propone algunos duelos sumamente desnivelados, como el que protagonizaron este lunes Bautista y el amateur Roncadelli, o dos días antes el castellonense y el georgiano Aleksandr Metreveli, el 678 del mundo. Mientras la nueva Copa Davis ciñó su fase final a 18 selecciones, la ATP Cup decidió ampliar el cupo a 24 para ganar adhesiones.

De esta forma, en el cartel de los individuales figuran varios tenistas que guerrean en las catacumbas del circuito, más allá del top-300 ­– Alexander Kozbinov (816), Martín Cuevas (523), Michail Pervolarakis (486), Dimitar Kuzmanov (417) o Viktor Durasovic (329), por ejemplo– y selecciones que intervienen a modo de relleno. Es el caso de Georgia o Uruguay, o el de otras como Moldavia o Noruega, que de haberse estrechado el cerco seguramente no hubieran formado parte del espectáculo en Australia.

No es la única tara de un torneo que prácticamente calca el formato de hace mes y medio en la Davis de Madrid. Estos días, la fórmula se repite y el aficionado vive un déjà vu sin apenas variaciones: un sistema clasificatorio de grupos –en este caso, pasan los seis primeros y los dos mejores segundos– y la resolución a eliminatorias. Pese a que el tenis pedía a gritos una cita única, la ATP por una parte, y la ITF (Federación Internacional de Tenis) y el Grupo Kosmos (gestor de la Davis, a 25 años vista) por otro decidieron tomar caminos distintos y la sensación es la de embudo.

Sin pretemporada, sobre la marcha

Los profesionales apenas han dispuesto de tiempo para prepararse, pero a cambio de no completar el trabajo base tienen el suculento aliciente de los puntos. Nadal, sin ir más lejos, ya ha sumado 100 por sus dos primeras victorias, mientras que Bautista solo 40 por la escasa entidad de sus rivales. “Es confuso tener dos Mundiales en un mes”, expresa el de Manacor, número uno. “El tenis se merece una fusión. Es difícil para los mejores jugadores involucrarse en ambos eventos y esto no ayuda en términos de mercadotecnia ni de valor del torneo”, resolvía hace unos días Djokovic.

Por si fuera poco, el lanzamiento de la ATP Cup ha trastocado el despegue tradicional del curso. A cambio de gestionar la organización, Tennis Australia ha tenido que borrar del mapa la Copa Hopman y los torneos masculinos de Brisbane y Sídney (estos, también femeninos y también afectados), maquillándolo con la creación del de Adelaida. “No es lo ideal para nuestro deporte”, concluye Nadal, consciente de que no habrá ninguna modificación sustanciosa hasta por lo menos dentro de un par de años.

ALERTA POR LOS INCENDIOS A OCHO DÍAS DEL OPEN

A ocho días del arranque de la fase clasificatoria del Open de Australia, primer grande de la temporada, Melbourne amanecía cubierta de una densa nube grisácea de humo procedente de los incendios forestales que azotan el sureste de Australia. El director del torneo, Craig Tiley, informó de que la organización está muy pendiente de la evolución.

Las mediciones del índice de contaminación del aire son diarias, y en estos momentos la calidad está muy por debajo de lo normal. “La prioridad es la salud de los tenistas y los aficionados”, subrayó el mandatario. Mientras, numerosos jugadores han hecho donaciones y se han mostrado dispuestos a colaborar de alguna forma.

“Si la situación continúa por el mismo camino y la calidad del aire está igual de afectada que en Sídney, entonces la organización tendrá que tomar decisiones al respecto”, expresó Djokovic hace un par de días. “Aquí estoy, para lo que haga falta”, se sumó este lunes Nadal, que ofrecía la vía directa de la donación o bien la organización de algún evento benéfico para recaudar dinero.

Por el momento han muerto 24 personas y se calcula que un millón de animales también han perdido la vida. Mientras, los servicios meteorológicos auguran buenas noticias para los próximos días con las lluvias que caerán a lo largo de esta semana en ciudades como Sídney. Más afectada, Canberra tuvo que trasladar su challenger a Bendigo, situada a 600 kilómetros y a 150 de Melbourne.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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