El Celta sale del descenso con un pírrico empate ante Osasuna
El equipo gallego culmina una primera vuelta decepcionante y deja escapar dos puntos de Balaídos tras adelantarse en el marcador en la recta final del partido
Tras ocho jornadas en puesto de descenso, el Celta deja la zona roja de la clasificación. Sin gloria, eso sí. Con un empate y su peor bagaje en una primera vuelta en los últimos 35 años, tras un partido incómodo, de esos a los que es difícil hincarle el diente, plagado de interrupciones, desordenado, que creyeron ganado los locales con un gol a quince minutos del final, pero que igualó Osasuna, indomable. Los navarros llegaron a Balaídos tras sufrir dos derrotas, pero se manejaron con una convicción admirable, la que les tiene nueve puntos sobre el descenso que ahora marca el Mallorca.
Quiso juntar sus papeles el Celta a través de la pelota y aunque fuese a base de juntar pases en posiciones intrascendentes. Fue la manera que encontró para crecer en el partido. Aidoo remató para los locales un saque de esquina al larguero, el rojillo Rubén García lo hizo al palo desde la medular tras la enésima impresición de la zaga celeste. Faltó finura y sobraron tensiones e incomodidades, así que lució más el esfuerzo en la presión que el talento para romperla. El Celta apretó en la medida que pudo aparecer Iago Aspas, pero Herrera respondió bien bajo palos. Un desmarque de Santi Mina sorprendió a la adelantada zaga rival y pareció decidir el duelo. Pero la réplica osasunista, excelente centro de Estupiñán y monumental remate de Ávila, fue inmediata y explosiva.
El vistazo a la clasificación puede servir de aliento para el Celta, pero ni el resultado ni las sensaciones ayudan a que medre el optimismo en torno a un equipo que semeja deprimido, abordable a poco que el rival le apriete. Osasuna mostró unas credenciales de solidez de las que carece el Celta y mostró que el fútbol, y más para manejarse en las guerras en las que anda el cuadro vigués, requiere de talento en aspectos que no domina. Por ejemplo el del trabajo defensivo y el oficio para imponerlo. Con el partido ganado, ya en la recta final, no supo guardar el resultado el equipo que prepara Óscar García, que tras siete jornadas apenas ha podido festejar el triunfo logrado en el feudo del Villarreal.
El nuevo tropiezo celeste llegó entre dudas, con Lobotka en la grada a la espera de que se sustancie su traspaso al Nápoles. Mientras tanto, Pione Sisto no termina de concretar y aprovechar las oportunidades que le brinda el entrenador, que en esta ocasión le retiró del campo antes de los minutos decisivos para dar cancha al meritorio Hernández. El Celta es en gran medida Aspas, siempre excelente. Pero lejos del excelso nivel de la campaña pasada no tiene la misma incidencia en el juego del equipo. Sigue sin compañía que se acerque a su nivel.
Osasuna fue esforzado y comprometido. Tuvo colmillo cuando más lo necesitó y sujetó bien a la estrella celeste. Aunque en Vigo sobren luces, en Balaídos casi todas las acapara Aspas. Tres victorias en 19 jornadas retratan a un equipo decepcionante. "Sería de tontos estar contentos por estar fuera del descenso", resolvió el meta Rubén Blanco tras el partido.
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