El Atlético coge aire ante el Madrid en el primer derbi femenino de la historia

En el primer derbi femenino de la historia entre los dos mayores clubes madrileños, el Atlético saltó al campo 11 de la Ciudad Deportiva de Valdebebas y se sacudió sus fantasmas (0-1). Las rojiblancas, que llegaban tras dos tropiezos consecutivos en la liga, a cuatro puntos del Real y fuera de las tres plazas que dan acceso a la Champions, desnaturalizaron al Madrid durante gran parte del encuentro con una presión sofocante en campo contrario. En el primer tramo, a cada salida de balón de las pupilas de David Aznar le siguió un robo. Las blancas, que recibieron el único gol del partido en el minuto cuatro en un córner, un tanto polémico de la defensa Mertel van Dongen en una pelota que quedó mansa en el área tras tocar en el codo de Laia Aleixandri —no hay videoarbitraje—, vivieron azoradas durante los 90 minutos.

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Maite Oroz, la salida más limpia con la que cuenta el Real en el centro del campo, siempre tuvo a una jugadora encima para evitar que dirigiera con comodidad el juego. Cuando la pelota llegaba a los pies de la francesa Kaci o la brasileña Thaisa, la construcción no era tan franca. El Atlético robó el cuero una vez y otra a las dos interiores madridistas y evitó que la joven talentosa navarra tuviese continuidad. En el segundo tramo, las de David Aznar mezclaron mejor y se acercaron al área de Peyraud-Magnin, pero no inquietaron a la portera francesa hasta el minuto 92. En un saque de esquina, la guardameta salió en falso, golpeó el balón con el puño, pero apenas lo desvió. La pelota cayó en la frente de Peter, que la cabeceó hacia la portería vacía. Leicy Santos retrocedió unos metros y sobre la línea de cal la despejó in extremis. Fue la única ocasión clara del Real, que solo obligó a Peyraud-Magnin a hacer una parada en el encuentro, un tiro sin maldad de Maite Oroz en el minuto 20 en el que ni siquiera se despeinó.

La presión asfixiante del Atlético provocó un partido tosco, de pie grueso. Hubo momentos en el primer tramo en el que el cuero iba de cabeza en cabeza, sin tocar el césped. En todos los balones divididos, ganaron las rojiblancas, que se pudieron ir al descanso con una ventaja mayor. En el minuto 29, Misa Rodríguez paró un tiro formidable de la venezolana Deyna Castellanos que buscaba la escuadra derecha de la portería. En la segunda mitad volvió a birlarle el gol con otra parada de postal. La atacante avanzó por la zona derecha del área y golpeó el balón hacia el palo largo. La pelota tocó en el pie de una defensa y cogió una parábola combada, pero la guardameta canaria rozó el cuero y lo mandó a córner.

Ni Sofia Jakobsson ni Kosovare Asllani, la máxima goleadora del Real, encontraron un resquicio en la defensa atlética. Tounkara, van Dongen y Laia Aleixaindri secaron a las suecas y Guagni hizo lo mismo con Marta Cardona, que cada vez que quiso acelerar por el carril derecho no vio espacios. En las rojiblancas, la velocidad de Ludmila castigó en varias ocasiones la espalda de Peter, mucho más lenta que la delantera brasileña, y Silvia Meseguer y Leicy Santos dirigieron la presión y dieron pausa al juego —Meseguer se colocó en varias ocasiones como tercera central para crear superioridades en la salida de balón— cada vez que el equipo la necesitó.

El Atlético, que llegaba de clasificarse para los octavos de final de la Champions el pasado martes, coge aire en la liga con el triunfo, que las deja a solo un punto del Madrid. Las blancas mantienen la tercera plaza, pero han visto que se rompe su racha de cinco victorias consecutivas en el campeonato nacional y se han llevado ya dos sustos esta temporada: en su primer curso en la élite, en el que ya compiten para alcanzar una plaza europea, han perdido en casa contra el Barça (0-4) y el Atlético, los dos grandes del fútbol femenino español.