El despertador de Jordi Alba
El lateral del Barça, con seis asistencias este curso, sigue siendo capital en las áreas
En 2012, el área deportiva del Barça que encabezaba Andoni Zubizarreta se topó con la obligación de fichar a un lateral izquierdo porque se le detectó a Abidal un cáncer que por fortuna sorteó. “Podíamos repetir el perfil de Éric, que también hacía las veces de central, o el de Alves, más profundo. Y pensamos que Jordi Alba se adaptaría porque conocía LaLiga y nuestro juego”, explica Zubizarreta. Fichado por 14 millones al Valencia —rival este sábado (21.00, Movistar)—, ha sido una operación exitosa porque el carrilero, de 31 años, no se ha movido del sitio, titular y capital en el Barça como expresó ante la Real con un tanto y una asistencia a De Jong. Es Alba, que suma seis asistencias este año, que resiste y que como Obélix parece haberse caído en una marmita de poción mágica, pues hace ocho años de azulgrana que descose a rivales al tiempo que teje una de las mejores relaciones que han existido con Messi.
Aunque en ocasiones desafortunado con la palabra y sin extrañar que sus rifirrafes en el campo se eleven más de lo necesario —como el feo pelotazo que le metió a Januzaj cuando estaba en el suelo en el Camp Nou—, Alba ofrece un rendimiento sensacional por su sentido competitivo, pues rebasó a Adriano, Digne, Miranda y Junior, compañeros que no llegaron a rivales. “Me da igual tener competencia”, subrayó Alba el curso anterior, el día que prolongó su contrato azulgrana hasta 2024 con una cláusula de 500 millones; “si estoy a mi nivel, tengo muchas opciones de jugar. Aquí nadie me ha regalado nada”. Condición, la de estar en el once, que únicamente perdió en la última temporada de Luis Enrique cuando cambió al 3-4-3, además de un enfrentamiento con parte del cuerpo técnico y unas declaraciones reprobatorias cuando estaba en la selección. Mezcla que le valió para ser llamado de nuevo por el ahora seleccionador, pero que le ha quitado en las últimas fechas la batuta en favor de Gayà (Valencia) y Reguilón (Tottenham).
No ocurre lo mismo en el Barça, donde este curso es el cuarto que más minutos suma (1.165) por detrás de Lenglet (1.166), Messi (1.304) y De Jong (1.384). Por lo que en el Barça solo descansa cuando está lesionado, mal que se le repite dos veces por año por sus músculos de velocista. “Pero hace tiempo que está a un nivel muy alto en lo físico”, explican en el entorno del jugador; “y siempre ha sido profesional, pero ahora se cuida una barbaridad. Dieta, preparador físico personal y tiempo con los recuperadores y fisioterapeutas”.
Las estadísticas lo avalan porque entre los laterales izquierdos de los grandes es el segundo más rápido (33,1 km/h) de LaLiga, solo superado por el madridista Mendy (34,7), al tiempo que es incombustible porque tiene una media de 10,5 km por duelo, vencido por el atlético Lodi (11,1), aunque por delante de Mendy (10,2), el sevillista Acuña (10,1) y el txuriurdin Monreal (9,8). Además, es el que más veces toca y entrega bien el balón (85 intervenciones y 83,5% pases buenos por partido), a años luz de Mendy, que interviene unas 60 veces, o Lodi (63); y también es quien mejor conecta en el último tercio de campo con un 32% de éxito en el pase, por encima de Mendy (27%) y Lodi (24%). “Ha aprendido a dosificarse y mantiene la intensidad, las carreras y ese entendimiento con Leo”, resume Zubizarreta.
“Cualquiera se entiende con Messi, te hace mejor jugador”, precisa el lateral, que le ha regalado 21 goles. Dormilón incorregible, Alba se despierta cuando juega. Es el lateral que se personifica en las dos áreas, que domina el juego posicional y se corrige a tiempo, también el mejor socio de Messi. Y así lleva casi una década.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.