Victoria del Cádiz y récord
El portero gaditano Cifuentes, con 41 años y 114 días, se convierte en el jugador de más edad en debutar en Primera en el triunfo en Huesca
El Cádiz se resarció del amargo comienzo en el Carranza. Después de caer en casa frente a Osasuna, dio un paso adelante en El Alcoraz. Supo defenderse con firmeza y aprovechar las escasas oportunidades que tuvo ante la portería del Huesca. Contó para ello con el olfato que tienen los delanteros centro de raza para aprovechar la mínima oportunidad que se les presente. El equipo gaditano ha contratado a uno de esos especialistas, Álvaro Negredo, posiblemente ya en la recta final de su carrera, pero que posee ese don. Apenas tuvo participación en el tiempo que permaneció en el césped, pero el primer balón que controló, en el minuto 11, acabó en la red después de que Andrés Fernández no pudiera retener el centro que voló desde la banda y que llegó con el remite de Alex.
Con el marcador a favor, el Cádiz se limitó a esperar y se organizó delante de la portería de Alberto Cifuentes, con 41 años y 114 días, el jugador más veterano en debutar en Primera División. Con un Huesca demasiado retórico, poco práctico, que llegaba hasta los tres cuartos pero se detenía bruscamente al borde del área amarilla, los visitantes se encontraron en su salsa, sin demasiados apuros, ante la poca consistencia atacante del equipo aragonés, cociéndose en su propio jugo.
El Huesca se hartó de tocar y tocar en la primera mitad, y siguió con lo mismo en la segunda. Ni el triple cambio que ordenó Míchel en el minuto 53 desatascó su manera de jugar. Trataban los azulgrana de aprovechar las bandas, pero no llegaban a ninguna conclusión coherente. Intentaron también el acoso y derribo directo de la meta del Cádiz, pero ni de esa forma. El equipo andaluz cada vez se sentía más cómodo y ensayaba acciones a la contra para buscar el segundo, que llegó en el minuto 81 cuando Malbasic, que había sustituido a Negredo, aprovechó un mal pase oscense para largar un contragolpe perfecto, con un centro a la cabeza de Pombo, el mejor hombre del Cádiz, que remató a puerta vacía.
Un minuto más tarde, con el Huesca herido, una acción local que acabó dentro de la portería se saldó con una solución curiosa del VAR. La tecnología revisó si la pelota había entrado –lo hizo por centímetros–, pero detectó un fuera de juego local en la jugada previa. Los de casa se quedaron sin marcar, y después del buen comienzo en La Cerámica, frente al Villarreal, se quedan con un palmo de narices frente a otro recién ascendido.
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