El City solo negociará con Messi cuando se libere del Barça
El club inglés traslada que para nada quiere un contencioso con Bartomeu ni esperar a la resolución judicial del conflicto
“Soy libre”. El Manchester City aguarda a que Leo Messi proclame su desvinculación definitiva del FC Barcelona para negociar su fichaje y pase a formar parte de la plantilla de Pep Guardiola. Así lo han expresado a este diario fuentes del club inglés, que para nada quiere mantener un contencioso con el Barça ni esperar a una resolución judicial del conflicto del futbolista con el club azulgrana, como tampoco pagar un traspaso por el 10.
“No hemos hecho ninguna oferta, ni oral ni por escrito”, afirman en el City, al mismo tiempo que admiten que si el rosarino consigue resolver su situación en el Camp Nou y llama a la puerta de la entidad inglesa, la respuesta será clara: ’Nosotros se la abriremos y le diremos que sí”. La consigna para franquear la puerta del Etihad Stadium es que el argentino, de 33 años, presente la carta de libertad, un pasaporte imposible si antes no llega a un acuerdo con el Barça.
El City está escarmentado después de que en dos ocasiones, en 2013 y 2016, Messi se desdijera a última hora de abandonar el Camp Nou y fichar por el club de Mánchester. Los rectores del conjunto inglés, por otra parte, tampoco quieren contrariar al Barça, club del que han formado parte de la estructura deportiva el actual secretario técnico del City, Txiki Begiristáin, y el entrenador, Pep Guardiola, y de la financiera, el CEO Ferran Soriano.
Las peticiones económicas de Messi no deberían ser un obstáculo para una entidad que ya estudió la viabilidad del fichaje, tan interesante desde el punto de vista del equipo como del club y de la empresa, City Group, una marca con franquicias en América, Australia y Asia. El impacto de la imagen de Messi sería mundial y el City entiende que dispone de soluciones para no vulnerar el fair play financiero después de evitar la sanción de la UEFA.
El club fue condenado inicialmente a dos años sin poder competir en la Liga de Campeones, un castigo que posteriormente fue levantado después del recurso presentado por Soriano. El City no quiere volver a correr riesgos y, por tanto, no se aventurará a ningún fichaje si significa poner en peligro la línea deportiva trazada por Guardiola, al que le queda un año de contrato y pretenden renovar hasta 2022.
El 10 ya contactó hace unos días con el entrenador del City, según Catalunya Ràdio, después de decidir que quería dejar el Barça. La entidad inglesa entiende que en esta ocasión, y a diferencia de las anteriores, Messi está “más decidido que antes” y no quiere perder más tiempo ni concederse un año sabático, aún sabiendo que en junio próximo quedará libre porque su contrato acaba en 2021 de acuerdo con el parecer del Barcelona.
Prioridad deportiva
El rosarino quiere fichar por un aspirante a ganar la Champions y llegar en las mejores condiciones al Mundial de 2022. La suya es una prioridad más deportiva que económica a pesar de que su ficha supera los 50 millones netos por temporada en el Barça. Messi actúa como si ya fuera un exazulgrana, porque entiende que su acuerdo se acabó desde que se acogió a la cláusula de escape, y ningún comprador deberá pagar los 700 millones que pide Bartomeu.
Aunque ya no hay cláusulas que valgan para el argentino, pretende y precisa pactar una salida del Barcelona. El club azulgrana reitera que la intención del presidente es renovar al jugador: “Ni libertad ni traspaso”, defienden en el Camp Nou. Jorge Messi, padre del futbolista, tiene previsto reunirse esta semana con Bartomeu para desbloquear la situación antes de que acabe en magistratura.
Al Barcelona le urge el dinero para cuadrar sus cuentas y tampoco le interesa judicializar el caso porque es consciente de que el fallo difícilmente contemplará el pago de los 700 millones de la cláusula de rescisión si se tiene en cuenta la edad del jugador (33 años) y que le queda solo un año de contrato (2021). Tampoco queda claro si se atendería a la literalidad o al espíritu del acuerdo firmado en 2017, que recogía que Messi podría rescindir unilateralmente el contrato al final de esta temporada. El Barça asegura que debía haberlo comunicado antes del 10 de junio y el futbolista que la fecha tope es el final de temporada, que en este caso ha sido el 23 de agosto con la final de la Champions.
La solución pasa por pactar un precio de salida o provocar que cualquier club comprador entre en la negociación y se pueda dar un intercambio de jugadores, extremo que hoy no se prevé en el City a pesar de que cuenta con futbolistas que interesan al Barça, como el central exazulgrana Eric García. Aunque Messi puede no acudir a la ciudad deportiva del Barça, aún a riesgo de ser expedientado, tendrá que pasar por las oficinas del Camp Nou.
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