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La NBA esquiva el cataclismo

Los jugadores deciden no cancelar la temporada como defendían los Lakers y los Clippers porque creen que competir les da más poder para luchar contra el racismo

LeBron James en uno de los partidos entre los Lakers y Portland.
LeBron James en uno de los partidos entre los Lakers y Portland.Kevin C. Cox (AP)
Robert Álvarez

Los jugadores de la NBA no obligarán a cancelar la temporada. La posibilidad de adoptar una medida extrema y sin precedentes estuvo sobre el tapete durante las reuniones que mantuvieron durante los dos últimos días, tras el histórico boicot que supuso la incomparecencia de los Milwaukee Bucks para protestar contra el racismo. La NBA suspendió los tres partidos programados para el miércoles. La situación creada no tenía precedentes y fue propiciada por el hartazgo de los jugadores con el racismo que se vive en Estados Unidos. Algunos de ellos llegaron al convencimiento de que no había mejor manera de presionar que cancelar la competición.

Finalmente, tras el cónclave definitivo que duró menos de una hora en el Coronado Springs Resort de Disney, prevaleció el criterio de una mayoría que evitó llegar a ese extremo. Se impuso el argumento de que abandonar la burbuja de Disney World en la que, tras el parón por la pandemia, se reanudó la competición el 31 de julio, hubiera restado visibilidad y fuerza a las reivindicaciones en contra del racismo y de los abusos policiales. Los jugadores consideran que la competición les otorga la plataforma y la capacidad para seguir trabajando en favor de un cambio real e influir en las conciencias de muchos ciudadanos de Estados Unidos.

Donald Trump, en su discurso en la convención republicana, se refirió a la situación que atraviesa la Liga: “No sé mucho sobre la protesta de la NBA. Sé que sus índices de audiencia han sido muy malos porque creo que la gente está un poco cansada de la NBA. Se han convertido en una organización política, y eso no es bueno”, afirmó el presidente estadounidense.

El mensaje de Chris Paul, presidente de la Asociación de Jugadores (NBPA), tuvo un gran peso en la toma de la decisión de no boicotear la Liga. El base de Oklahoma City pidió que se saliera de la reunión definitiva con un frente unificado y planes de acción. Advirtió de los peligros financieros que aguardaban a los jugadores y la Liga si no se completa la temporada.

Esos efectos podrían ser “cataclísmicos” en palabras de un ejecutivo de la Liga. La directora ejecutiva de la NBPA, Michele Roberts, y el abogado Ron Klempner, presentes en la reunión del miércoles en Orlando, explicaron que si los jugadores decidían no jugar el resto de la temporada, podrían perder entre el 25% y el 30% de su salario. La liga también podría rescindir el acuerdo de negociación colectiva y bloquear a los jugadores mientras se negocian los términos de un nuevo convenio colectivo bajo la presión económica y social de la pandemia. Las pérdidas hubieran sido igualmente cuantiosas para la NBA, que ha invertido más de 150 millones de dólares para hacer posible la reanudación de la competición en la burbuja de Orlando.

La propuesta de la cancelación la deslizaron el martes los componentes de las plantillas de los Lakers y de los Clippers, con LeBron James y Kawhi Leonard a la cabeza, aunque la mayoría, ya en primera instancia, no secundó esta opción. LeBron, una vez concluida la reunión definitiva envió un mensaje a través de Twitter en el que afirma: “¡El cambio no ocurre con solo hablar! ¡Sucede con la acción y debe suceder AHORA! Para mí @IPROMISESchool niños, niños y comunidades de todo el país, depende de nosotros hacer la diferencia. Juntos. Por eso tu voto es @morethanavote”.

Los jugadores reforzaron su intención de seguir ejerciendo fuerza para que se ponga fin a la cadena de abusos policiales que, cuando no acaban con el constante goteo de muertes de ciudadanos negros, como sucedió en el caso de George Floyd el 25 de mayo en Minneapolis, se traduce en episodios tan deleznables como el tiroteo por la espalda que dejó en grave estado a Jacob Blake el pasado domingo en Kenosha (Wisconsin).

Un veterano jugador de la NBA declaró al periodista Marc J. Spears: “La burbuja es algo más que coronar a un campeón. Más ahora que nunca. Parecía que el mensaje se desvanecía. Espero que esto pueda crear un nuevo nivel de activismo y compromiso de nuestros propietarios, liga y equipos hacia un cambio real”.

Amargura y desolación

Los jugadores de la NBA participaron en mayo y junio en diferentes manifestaciones ciudadanas de protesta contra la actuación policial en el caso de George Floyd. Muchos de ellos dudaron sobre la conveniencia de reanudar la competición en julio. Finalmente aceptaron competir tras llegar a un acuerdo de su sindicato con la NBA que les permite hacer visibles sus protestas y por el que sellaron un compromiso de la Liga para crear una fundación que aporte 300 millones de dólares en los próximos diez años para apoyar a las comunidades negras. Los entrenadores y los árbitros han hecho causa común.

Uno de los que expresó mejor la amargura y desolación por la reiteración de los abusos policiales es Doc Rivers. “Es asombroso ver que nosotros seguimos amando a este país pero él no nos ama. Realmente es muy triste. A menudo me acuerdo de mi color de piel. Es triste tener que hacerlo. Debemos ser mejores y para eso hay que exigir más a las autoridades”, afirmó tras el último partido en el que su equipo arrolló a Dallas. “Es gracioso porque protestamos, envían a los antidisturbios, van a Michigan con armas y luego les escupen. Pero no pasa nada. La unidad debe acabar con la fuerza policial. Mi padre era policía y yo creo en los buenos policías. No estamos tratando de quitarle el salario y los fondos a nadie. Se trata de que nos protejan, al igual que protegen al resto de los ciudadanos”, concluyó.

Los jugadores de Milwaukee Bucks, tras su incomparecencia en el partido ante Orlando, leyeron un comunicado en el que, entre otras cosas, decían: “Pedimos justicia para Jacob Blake y exigimos que los agentes rindan cuentas. Para que esto ocurra, es imperativo que la Legislatura del Estado de Wisconsin se vuelva a reunir después de meses de inacción y tome medidas significativas para abordar los problemas de responsabilidad policial, brutalidad y reforma de la justicia penal. Alentamos a todos los ciudadanos a que se eduquen, tomen acciones pacíficas y responsables y recuerden votar el 3 de noviembre”.

Los árbitros organizaron ayer una marcha de protesta en el complejo de Disney World en el que, como medida para evitar los contagios por la covid-19 están todos concentrados y se disputan todos los partidos. Durante la marcha lucieron camisetas negras con la inscripción “Todos contra el racismo”. La protesta, tras el boicot a los partidos del miércoles, se extendió rápidamente a otros deportes en Estados Unidos.

“El racismo es sistémico”

Marc Gasol, que cumple su 13ª temporada entre su etapa en Memphis y la que emprendió en febrero de 2019 en Toronto, explica que el racismo es “profundo y sistémico”. “El nivel de frustración durante los últimos días ha aumentado de forma considerable”, afirma desde la burbuja de Disney World, en una videoconferencia en Movistar +.

“Cuando llegamos, nosotros teníamos un objetivo muy claro, subir la notoriedad de esta situación, usar nuestro altavoz para que la gente se diera cuenta y mediar en la situación. El problema es muy profundo y nuestras acciones no están siendo respondidas con acciones fuera de aquí. Eso genera frustración”, asegura.

El pívot de los Raptors explica que las imágenes de los agentes de policía disparando a Jacob Blake “son muy duras y difíciles de explicar a cualquier ser humano”. Y concluye: “El racismo es sistémico. ¿Qué pasaría si no tuviéramos esa prueba visual? Por eso es tan importante en Estados Unidos el voto local, que al final determina las personas que podrán perseguir judicialmente esos hechos”.

Serge Ibaka, nacido en la República del Congo y con pasaporte español, defiende: “Lo que sucede en Estados Unidos está pasando en todas partes. Es algo que quiero que la gente entienda Quizás de diferentes formas. En Estados Unidos, se puede ver directamente lo que está sucediendo, cómo la policía está matando a alguien. Pero en el Congo, en África, en todos los países de Europa, también está sucediendo de diferentes maneras”, mantiene el compañero de Marc Gasol en los Raptors. “La pelea que estamos peleando aquí es más grande de lo que la gente piensa. Si podemos ganarla, vamos a cambiar muchas cosas en todo el mundo”.

 




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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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