Ni Froome ni Thomas: el ‘antibrexit’ del Ineos para el Tour de Francia
El equipo prescinde de sus ganadores británicos para la ‘grande boucle’ y culmina su revolución cultural andina dando el poder al frente Bernal-Carapaz
“Espera y verás, espera y verás”. Julio de 2019. Comienza a sospecharse que el futuro de Richard Carapaz, que recién ha ganado el Giro con el Movistar, pasa por el Ineos y cuando se le dice al ingeniero de la transacción, el mánager italiano Giuseppe Acquadro, que el negocio quizás no sea tan bueno para el progreso deportista del ciclista ecuatoriano, porque seguramente estaría condenado a hacer el Giro, que no tendría hueco en el gran equipo Tour, él sonríe enigmáticamente y responde. “¿Y quién te dice a ti que no estará en el Tour de Francia? Espera y verás”.
Acquadro, como casi siempre, disponía de información privilegiada, había pescado el aroma de una cierta desbritanización del conjunto más británico, que 13 meses más tarde, en vísperas del Tour de 2020 (retraso de dos meses debido al Covid-19), confirma la nota de prensa oficial por la que el Ineos (que en el Tour será Ineos-Grenadier, por el nombre de un land rover para nostálgicos, auténtica esencia de los británico, Jim Ratcliffe, el dueño de la compañía, ha comenzado a fabricar) anuncia que ni el inglés Chris Froome (35 años, siete Tours con el equipo, cuatro victorias, un abandono, un segundo y un tercer puesto) ni el galés Geraint Thomas, de 34 años, el lugarteniente convertido en rey con la victoria en el Tour de 2018, la personificación misma del espíritu Sky-Ineos desde la fundación del equipo en 2010) formarán parte de un ocho para la ‘grande boucle’ que estará liderado por el colombiano Egan Bernal (23 años, ganador del Tour del 19 por delante de Thomas) con Carapaz (27 años), como Acquadro bien sabía, de segundo y reemplazo.
Confirma la latinoamericación del equipo la alineación del costarricense Andrey Amador, de 33 años, recién fichado del Movistar, y del debutante Pavel Sivakov, de 23 años, el hombre más fuerte del equipo ahora, quizás, ruso de pasaporte, italiano de nacimiento, pirenaico de cultura (vive entre Saint Gaudens, en Francia, y Andorra) y fiel a Bernal y al ala joven y latina del equipo forever. Completan el equipo cuatro gregarios veteranos, fieles siempre al poder legítimo: el español Castroviejo, de 33 años; el polaco Kwiatkowski, de 30; el holandés Van Baarle, de 28, y el galés Luke Rowe, de 30, el único británico en un team que dirigirá en la carretera el navarro Xabier Zandio, heredero espiritual de Nico Portal, el director francés que falleció joven en primavera.
No habrá equipo con tres ganadores del Tour en sus filas. No vivirá el Ineos el desastre que sufrió la selección francesa de 1958, con tras ganadores del Tour en el equipo –Bobet, Walkowiak y Anquetil—que se destrozaron entre ellos y regalaron la victoria a Charly Gaul. Thomas anunció que correría el Giro y Froome, la Vuelta. Y Bernal, compasivo, le dijo que si le necesitaba, él correría la ronda española para ayudarle.
Que el futuro del conjunto que ha dominado absolutamente el Tour la década que acaba pasaba por la cordillera andina, la región del mundo que mejores ciclistas produce, se veía con claridad desde que Dave Brailsford, el patrón del equipo, llegó a intentar un acuerdo con la petrolera colombiana que le permitiera el privilegio de acceder a la mejor materia prima; que la gran revolución del Ineos, la resolución andina de la fractura cultural entre dos ciclismos, dos mundos, el final de la era Wiggins-Froome-Thomas, los tres británicos que ganaron el Tour con el Sky-Ineos, llegaría de esta manera, tan brusca, en forma de comunicado de alineación, se empezó a intuir el pasado mes de julio, cuando Froome, sabiendo que no sería el líder en el Tour, decidió firmar con el Israel Start-Up Nation, el equipo que financiará su jubilación. En la discusión, Thomas se alineó con su viejo colega Froome, y, como él, no dio ni una pedalada de más en la pasada Dauphiné, de la que Bernal se retiró sin razón aparente. Simbólicamente, Thomas llegó el último, junto a Higuita, en la última etapa, y luego dijo que se sentía tan bien de forma como en 2018, cuando ganó el Tour.
Y quizás el antibrexit del Ineos comenzó a perfilarse, con cierta claridad moral, mucho antes, el día de junio de 2019 en el que Froome se cayó mientras reconocía la contrarreloj de la Dauphiné y se rompió la cadera y el codo, quizás el momento final de su carrera al más alto nivel.
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