Ocampos, la explosión del portero-delantero
Monchi seguía desde 2017 al argentino, al que el vestuario define como una "bestia" y que suma 15 goles a base de potencia
”Se marcó, se atajó, se ganó y se sufrió”. Así de bien resumía Lucas Ocampos (Quilmes, Argentina; 25 años) el carrusel de sensaciones que pasaron por su cabeza después de convertirse el lunes en el gran protagonista del triunfo del Sevilla ante el Eibar (1-0) en el Pizjuán. Fue justo después de que el vestuario le recibiese con una enorme ovación. Ocampos había marcado el gol del triunfo ante los vascos, se había puesto de portero por la lesión de su compañero Vaclik y había salvado con una parada providencial, a disparo del meta Dmitrovic, incorporado al ataque, la victoria de su equipo en el minuto 101. ”No sé, me decidí y me puse los guantes. Alguna vez lo hice en algún entrenamiento. Lo que quería era ayudar al equipo. Me comentó el preparador de porteros que no saliera de la portería. Me quedé ahí y la pelota me llegó”, aclaraba Ocampos. Tocado por los dioses, el delantero argentino se ha convertido en uno de los mejores exponentes del Sevilla, cuarto clasificado, separado por seis puntos del Villarreal y acariciando (a dos puntos del Atlético) una plaza para la Champions. Con su victoria ante el Eibar, además, el Sevilla enlazó 11 partidos sin perder consecutivos por primera vez en su historia en la máxima categoría.
”Ocampos me enamoró en un partido con el Milan. Fue un Milan-Roma. Ganó la Roma, pero Lucas hizo un partido magnífico. A partir de ahí comencé a realizarle un seguimiento importante”. Así fue como Monchi reveló a Movistar el pasado enero su encuentro con el jugador. Monchi llevaba solo 13 días como director deportivo de la Roma porque ese Milan-Roma (1-4) se jugó el 7 de mayo de 2017. Ocampos jugó cedido en el conjunto rossonero en el último tramo de la temporada 2016-17. Lo hizo procedente, a su vez, del Génova. En el verano de 2017 regresó al Marsella y disputó la final de la Liga Europa ante el Atlético de Madrid, ganada por los rojiblancos (0-3). Monchi lo seguía teniendo en su agenda y contactaba con el exsevillista Rami para que le hablara de las condiciones de su compañero en el Marsella. No pudo llevárselo a la Roma por el alto precio en el que los franceses tasaban a uno de sus principales jugadores. Sin embargo, el pasado verano Monchi no dudó en pagar los 15 millones que demandaba el Olympique. Le hizo un contrato por cinco años y le puso una cláusula de 70 millones. Ahora, Ocampos ha disparado su rendimiento en la banda derecha, donde forma una pareja ideal con Navas. Según el estadístico Pedro Martín, el conjunto andaluz ha generado 20 goles desde ese carril, el que más de toda LaLiga seguido por el Madrid (17 tantos). No obstante, Julen Lopetegui lo ha utilizado también por la parte izquierda e incluso de ariete.
Potente y veloz, el argentino le aporta al equipo andaluz el desborde que muchas veces necesita. “Es una bestia”, afirman en el vestuario del Sevilla. Con 36 partidos en todas las competiciones y 15 goles en todas ellas, Ocampos está viviendo una explosión anotadora desconocida en su carrera (es el máximo goleador del Sevilla). De hecho, nunca metió más de diez tantos en las Ligas de los equipos en los que jugó (River Plate, Mónaco, Marsella, Génova y Milan). Formado en las categorías inferiores del Quilmes, River, equipo del que es hincha, lo firmó en la temporada 2011-12 cuando militaba en Segunda División. Cuajó una gran temporada a las órdenes de Matías Almeyda (pivote que jugó en el Sevilla en la temporada 96-97) y el Mónaco accedió a pagar 18 millones de euros por un futbolista de 18 años. Su carrera se ha desarrollado en Europa y su explosión se ha producido definitivamente en España. Hasta tal punto, que debutó como internacional absoluto con Argentina el pasado mes de octubre en un choque ante Alemania en el que marcó un gol. Ha jugado tres partidos con la albiceleste y ha marcado dos goles.
‘Pecado’ olvidado
Casado y con dos hijas, Ocampos lleva jugados 14 partidos seguidos con el Sevilla. Sólo dejó de ser titular en el regreso del fútbol tras la pandemia en el duelo ante el Villarreal (2-2), donde salió en el segundo tiempo para ser parte importante de la reacción del equipo andaluz, que logró un punto clave frente a un rival directo. En los tres últimos choques (Valladolid, Leganés y Eibar) lo ha jugado todo. Su rendimiento asombra a los técnicos porque una lesión de aductores después del confinamiento puso en duda su participación en el derbi ante el Betis con el que se abrió de nuevo LaLiga. “Puede con todo”, destacan en el Sevilla, donde se lleva de maravilla con sus compatriotas Banega y Franco Vázquez. Algo que se pudo confirmar cuando trascendió su barbacoa con ellos en pleno confinamiento. Un pecado que ya nadie recuerda en Sevilla.
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