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Sergio Ramos y los penaltis: de la mofa general a francotirador implacable

El central blanco, que empezó ‘robándole’ un lanzamiento a Cristiano y erró tres de sus ocho primeros intentos, emboca todos desde la salida del portugués del Madrid

Sergio Ramos convierte el penalti en Bilbao.
Sergio Ramos convierte el penalti en Bilbao.Soccrates Images (EL PAÍS)

La primera vez que Sergio Ramos lanzó un penalti como jugador de élite, en 2010, Mourinho se revolvió en su asiento del Bernabéu, donde seguía el partido contra el Athletic por una sanción. “¿Por qué?, ¿por qué lo ha tirado?”, le gritó a su segundo, Aitor Karanka, y al resto del equipo técnico. Nadie supo contestarle ni parar al defensa, que le robó la ejecución a Cristiano Ronaldo y Xabi Alonso, los primeros según el orden establecido en la caseta. Acertó a poner el 3-1 y luego se justificó: “Tenía ganas de marcar y confianza. Mou no se enfadó, solo se sorprendió”.

El segundo intento del sevillano, el entrenador luso lo siguió hincado de rodillas sobre el césped y con las manos dentro de la gabardina. Era la tanda de penaltis de las semifinales de la Champions de 2012 contra el Bayern y Ramos, tras una pequeña paradinha, mandó el balón a la Luna de Madrid para mofa general, incluido Neuer, el guardameta que no tuvo ni que moverse. “No sabía que le gustara tirarlos por encima de la portería”, se rió el alemán. Y dos meses más tarde, el tercer episodio de este thriller. En la tanda de las semifinales de la Eurocopa, ante Portugal, agarró la pelota en el cuarto turno, puso a toda España a temblar y el central la dejó suave en las redes de Rui Patricio a lo panenka. “Tenía ganas”, volvió a decir.


Así empezó la historia de Sergio Ramos con los 11 metros, ahora un martillo (lleva 22 seguidos transformados entre el Madrid y la selección), pero que tuvo un inicio tan convulso como este. Y poco fiable. De los ocho primeros, falló tres. Además de ese error en la Liga de Campeones, la envió fuera en la final de la Copa Confederaciones de 2013, ante Brasil (España ya perdía 3-0), y marró frente a Croacia en la fase de grupos de la Eurocopa de 2016 con empate en un encuentro que La Roja acabó derrotada (2-1). Se la detuvo Subasic en la única ocasión en que un portero le ha parado hasta ahora un lanzamiento.

En toda su carrera ha tirado 35 penaltis (todos con el Madrid y la selección; ninguno con el Sevilla) y solo ha fallado cuatro (88,6% de efectividad). El último fue en mayo de 2018 en el Pizjuán. Esa noche no estaba Ronaldo y él la mandó al larguero de David Soria. Luego, en el descuento, atinó para maquillar el resultado (3-2) de un Madrid que ya nada tenía que decir en la Liga.

Si se toman en cuenta solo los datos en los torneos domésticos, su porcentaje sube al 93,3% (solo un error), según la estadística de Opta, superior a otros pateadores como Ronaldo (86%, aunque este ha lanzado 100), Messi (82,6%, con 69 tiros), Neymar (87,6%, 24) e Ibrahimovic (89,8%, 59). Desde la temporada 2004/05, en el histórico de la Liga Ramos solo es superado por Stuani (100%, en 17 intentos) y Xabi Prieto (95,2%, 21).

“Soy el idóneo”

“Tiene mucha personalidad y eso le da seguridad. Cuenta con un gran repertorio, por eso los porteros esperan hasta el final y, cuando golpea, ya no llegan”, analiza el exguardameta del Valencia y Sevilla Andrés Palop. “Si me tuviera que enfrentar a él, pensaría en el momento del partido. Por ejemplo, el de Bilbao era muy importante y usó su tiro base: fuerte y a la derecha, a asegurar”, añade.

“No es algo que prepare de forma rigurosa o científica”, explican desde Valdebebas. “Depende del día, de su estado de ánimo o del trabajo que haya realizado antes. Alguna vez le dice a uno de los porteros que se ponga, le lanza dos o tres, y ya”. A la eficacia de Ramos en los penaltis se ha agarrado el conjunto blanco para estirarse en la clasificación tras el parón por la pandemia. Tres aciertos suyos han resultado decisivos en las victorias contra la Real Sociedad, Getafe y Athletic, y para que el central haga granero en sus registros personales. Ha metido en cinco de los siete duelos postconfinamiento, se ha convertido en el defensa más goleador de la historia de la Liga (71) y los 12 tantos de este curso son la mejor cifra de su carrera. Solo le falta uno para alcanzar los 100 en Primera.

Además del alto porcentaje de acierto que indican sus estadísticas en una ruleta tan traidora que hasta Messi se desenfoca, el central blanco dejó claro este domingo que él es la persona adecuada para jugarse el pellejo desde los 11 metros. “En momentos de tanta incertidumbre es cuando más cómodo me siento. Soy el idóneo para esa función”, afirmó en San Mamés en unas declaraciones que lo definen.

La marcha de Cristiano Ronaldo lo dejó como primer lanzador y, desde entonces, no ha fallado ninguno de los 16 ejecutados (más otros cinco con la selección). Le ha dado, incluso, para ceder alguno a Benzema. Ahora se encuentra a tres de la mejor racha del portugués en el Madrid (25, sin error entre febrero de 2010 y abril de 2012), según Opta. Algunos ya empiezan a echar en falta otro intento a lo panenka, como aquel contra Portugal o ante Macedonia en 2014 en el sexto lanzamiento de su trayectoria.


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