El ‘carácter Baskonia’ devora al Valencia
La fusta de Ivanovic transforma a su equipo en el descanso para pelear por el título ante el Barça (73-75). Loyd falló el triple final en una horrible secuencia de 14 de 41 que condenó a los suyos
El Baskonia disputará la novena final de Liga de su historia tras rendir al Valencia en La Fonteta con un ejercicio de voracidad defensiva (73-75). La fusta de Ivanovic transformó a su equipo en el descanso y los anfitriones, lastrados por las bajas, fueron incapaces de encontrar fisuras en el muro rival. El genuino carácter Baskonia pudo con la cultura del esfuerzo taronja. Cuestión de personalidad, de codicia y de milímetros, los que se desvió el triple final de Loyd que se estrelló en el aro. Se ofuscaron los de Ponsarnau desde el perímetro (14 de 41) y no encontraron antídoto ni para Dragic (21 puntos), ni para Shengelia (17), ni para Shields (13). Diez años después de su último título liguero, el Baskonia, de nuevo ante el Barça y de nuevo con Dusko, buscará reabrir la vitrina. “Ya perdimos en la primera fase con ellos. Veremos ahora”, apuntó el técnico montenegrino tras el choque. ¿En la segunda parte realizaron la defensa perfecta?, le preguntaron. “No fue perfecta, pero fue muy buena”, resolvió exigente. Con solo 13 puntos encajados en un tercer cuarto crucial, la tropa vitoriana selló el pase a la final apretando los dientes en defensa y devorando a su rival en ataque.
Valencia y Baskonia dirimían el pase a la final y también el vigor de su marca. En esa segunda jerarquía del baloncesto español, que un día recayó en los meritorios viveros de Joventut y Estudiantes, taronjas (un título liguero y un subcampeonato) y vitorianos (tres títulos y cinco subcampeonatos) se jugaban pelear ante el Barça por un alirón excepcional, por poner otra muesca en un palmarés forjado al acecho de los deslices de los dos grandes. Frente a frente, el mejor ataque y la mejor defensa del torneo. "No podemos permitir que jueguen a su manera", pedía Dusko Ivanonic a su tropa en los prolegómenos. "Tenemos que ser dinámicos para que corran detrás de nosotros", apuntaba Ponsarnau para marcar el ritmo de las operaciones. El entrenador valencianista quería concentración sin pérdidas para no regalar opciones al afilado contraataque de su rival. Y en ese pulso se debatió un primer cuarto de altas revoluciones.
El Baskonia acumuló achaques durante la primera fase, pero se sabía clasificado desde el martes. El Valencia selló su pase apenas 48 horas antes y también sumó la importante baja de Abalde sin apenas margen de maniobra. De la brega entre Tobey y Shengelia salió reforzado el pívot taronja y, gracias a su dominio en el rebote (13-5) en los primeros 10 minutos, los de Ponsarnau se hicieron con las primeras ventajas (17-12, m. 10). Movió ficha Ivanovic, con Polonara para apuntalar los aros y Vildoza para desatascar la pizarra, pero el potente relevo de Doornekamp (8 puntos en sus primeros cuatro minutos) consolidó la iniciativa del anfitrión (29-20, m. 14). Tardó en dar con la tecla el Baskonia, pero fue Dragic el que desató las piernas y la cabeza de los suyos. Con 11 puntos en un suspiro, el esloveno firmó un reenganche exprés que vino igual de rápido que se fue. Pasaron tres minutos del 31-28 al 41-30 que colocó Labeyrie con un triple que acabó en escalofrío. El francés aterrizó sobre el pie de Shengelia y se dobló el tobillo derecho con mal pronóstico. No volvió. Esa acción y otro triple de Dragic (14 de los 21 puntos en el segundo cuarto) fueron los únicos contratiempos de un Valencia firme (42-33, m. 20).
Sin embargo, la espuela de Ivanovic transformó las dudas en dureza. El Baskonia se reconoció a través de la intensidad defensiva y, con un 0-8 de parcial, se agarró a la pelea. Los triples consecutivos de San Emeterio y Dubljevic sirvieron para contener la crecida pero, con los refuerzos de Eric y Shields, el conjunto vitoriano volteó el marcador y las sensaciones en 10 minutos de furia competitiva (55-56, m. 30 tras un 13-23). Motum no fue Labeyrie, Loyd no fue del todo Loyd, y Shields en cambio sí recogió la estela de Dragic. El baloncesto dejó paso al carácter y el billete a la final se convirtió en una cuestión de estirar el umbral de agonía. Van Rossom emergió orgulloso al rescate del Valencia, pero el tercer triple de Shields llevó al Baskonia al objetivo y el 41º del equipo de Ponsarnau se fue contra el aro.
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