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Ainhoa Tirapu: “Este año el fútbol femenino ha perdido visibilidad”

La portera de 35 años, que se retira después de tres lustros en el Athletic, reflexiona sobre la evolución de su deporte y su trayectoria bajo palos

Ainhoa Tirapu, capitana del Athletic, este miércoles en rueda de prensa virtual desde su casa.
Ainhoa Tirapu, capitana del Athletic, este miércoles en rueda de prensa virtual desde su casa.AT (EFE)
Lorenzo Calonge

Ainhoa Tirapu (Pamplona, 35 años) se retira después de 15 temporadas bajo los palos del Athletic. Fue medio centenar de veces internacional, jugó el Mundial de 2015 y ganó dos Ligas, pero, sobre todo, en su trayectoria se concentra el crecimiento del fútbol femenino. Nunca imaginó que el partido del domingo 1 de marzo a media tarde en Lezama contra el Espanyol sería el último de su carrera. “0-0. Casi no toqué balón e hice un regate porque, si no, le pego a la delantera y me meto gol”, recuerda.

Pregunta. La Liga masculina lucha por volver, sin embargo, la femenina ya ha cerrado.

Respuesta. Las realidades son diferentes, nosotras no movemos tanto dinero ni disponemos de los recursos para cumplir los protocolos de sanidad. ¿Qué clubes pueden aislar a sus jugadoras durante equis tiempo? Si nos ha costado más de un año y una huelga conseguir un salario de 16.000 euros a jornada completa y de 12.000 a jornada parcial... Algunos no tienen la infraestructura necesaria para regresar. Yo daba por hecho que no íbamos a volver.

P. ¿Cómo va a salir de esta crisis mundial el fútbol femenino?

R. Lo que más me preocupa es cuándo se jugará de nuevo con público y el miedo que tengan los aficionados a ir a un lugar concurrido. Esto va a ser un freno para todo. Pero también espero que, cuando se recupere la normalidad, la gente tenga ganas de disfrutar. A lo mejor el fútbol femenino, que no sale tan caro, puede salir antes.

P. Este ha sido un año raro. Primero por la dura negociación del convenio y ahora por el coronavirus.

R. Y añadiría otro elemento aún más importante: que no se hayan televisado todos los partidos. Se ha perdido visibilidad. Al Athletic solo le han dado un encuentro. Todo esto ha hecho que la temporada haya sido descafeinada. Y que se dé por finiquitada antes de tiempo también le quita un punto. Sin embargo, hemos tenido la fuerza para que una huelga tenga la repercusión suficiente para firmar el convenio.

“Hay clubes que no tenían infraestructura para volver ahora a la actividad”

P. ¿Es optimista a medio y largo plazo?

R. Quiero pensar que el fútbol femenino va a crecer mucho, se están dando pasos. Cuando los equipos empiezan a ser autosuficientes e ingresan el mismo dinero que su presupuesto, es importante. Siempre se nos ha acusado de ser deficitarias, que tengo mis dudas porque los clubes profesionales tienen estructuras para meter patrocinadores y lo que no son tan profesionales acaban recibiendo subvenciones. De alguna manera, sí hay ingresos, y este año se han vendido derechos televisivos.

P. ¿Qué diferencias concretas ve respecto a sus inicios?

R. La mayoría tienen que ver con los entrenamientos. Cada vez hay cuerpos técnicos más numerosos y preparados. Cuando empezaba, no existían entrenadores de porteras ni preparadores físicos. Y luego está la disponibilidad. Nosotras íbamos a entrenar después de ocho horas trabajando de pie y llegábamos reventada. Este año, en el Athletic hemos desayunado, entrenado y comido juntas.

P. ¿Desde cuándo es jugadora a tiempo completo?

R. Desde hace dos años y medio. Cuando el club hizo esa apuesta, pedí una excedencia. Estaba en Decathlon, que era el único trabajo que me permitía compaginarlo con la selección, la clasificación para el Mundial [de 2015], entrenar con el equipo y la vida diaria. Ahí estuve cuatro años. Y también abandoné el doctorado [es licenciada en Químicas] porque era inviable. Me iba a las tres de la tarde y dejaba marrones. No me parecía bien.

P. ¿Las jóvenes les agradecen lo que tienen ahora?

R. No te preocupes, que ya nos encargamos de darles la chapa antes de que pregunten. Deben valorar lo que ha costado llegar hasta aquí. Si no, corres el riesgo de perder un poco la perspectiva. La clave es dejar un escenario mejor a las que vienen por detrás, y eso siempre lo hemos hecho.

P. ¿Siente que alguien les da algo como un regalo?

R. Me da igual si la apuesta es sincera, porque te obliga la sociedad, o porque quieres quedar bien. El caso es aprovechar las oportunidades para crecer. ¿Que me lo das por caridad? Allá tu conciencia.

Tirapu, en una comparecencia en defensa del convenio colectivo.
Tirapu, en una comparecencia en defensa del convenio colectivo.Chema Díaz (Diario As)

P. Fue portavoz de las jugadoras durante la negociación del convenio. ¿Alguien le pasó factura, o lo intentó, por estar tan en primera línea?

R. No, me he visto protegida por mi club. Sí que algunas personas me dijeron que no me expusiera tanto, que no era beneficioso para mí. No les hice caso. Siempre he sido reivindicativa, me viene de familia. Y siendo mujer nos ha tocado pelear por nuestros derechos. Yo me involucro al 100% y acabo metiéndome en muchos marrones, pero bueno...

“Haber firmado el convenio sin más apoyos del masculino nos empodera mucho”

P. ¿Echaron en falta más apoyo del fútbol masculino para lograr la firma?

R. Recibimos apoyos en público y en privado. Pero es verdad que haber logrado el convenio por nuestra cuenta nos empodera muchísimo. Siempre se nos ha acusado de vivir bajo el paraguas del masculino y, en esta ocasión, hemos demostrado que no lo necesitamos. Haberlo conseguido nos da mucha más fuerza que si hubiéramos necesitado un plante suyo. Eso le hubiera dado la razón a todos los que dicen que vivimos bajo su protección.

P. En esa profesionalización del fútbol femenino, ¿qué margen de mejora tienen las jugadoras?

R. Claro, esto cada vez va a ser más exigente, la presión aumentará si la competición crece. Esa profesionalización también conlleva responsabilidades que no había. Lo que ha pasado hasta ahora es que nos había tocado dar mucho y no nos habían devuelto nada. Cuanta más dedicación al fútbol, mejor. Pero habrá que tomar decisiones y priorizar. Yo nunca le voy a pedir a una jugadora que deje los estudios, pero seguramente habrá gente que deba ir menos a clase. Si te ofrecen una profesión digna, a lo mejor te planteas alargar los estudios para compatibilizar. Con el convenio, la fuga o retirada del talento se va a parar un poco.

“Me da igual si la apuesta por el femenino es sincera. Hay que aprovecharlo”

P. ¿Por qué anuncia ahora su retirada?

R. La decisión estaba tomada desde la pretemporada. Me estaba costando mucho arrancar, tenía dudas de si la decisión de seguir había sido la correcta. Y un partido en agosto me hizo ver que el peso de la responsabilidad del puesto y del error se me hacía demasiado duro. Fallé en dos acciones aéreas que acabaron en gol. Ya sé que esto es un deporte de equipo, bla bla bla, pero no evita que, cuando te equivocas, no te afecte.

P. ¿Las jugadoras de campo entienden por lo que pasa una guardameta cuando la pifia?

R. Siempre he creído que estar bajo palos es la única opción de empatizar con una portera. La especificidad del puesto hace que sea muy complicado de entender. Te intentan ayudar, pero lo que se siente cometiendo errores que son definitivos solo lo comprenden los porteros.

“Yo no quería ser portera. Además, el balón picaba y dolía”

P. ¿Por qué ha sido portera?

R. Yo no quería ser portera. Encima, cuando me pusieron a probar, el balón picaba y dolía. Cuando no quieres y encima te duele... Les decía a mis compañeras que no chutaran fuerte, pero, cuanto más se lo decía, más fuerte tiraban. Luego ya le acabé cogiendo cariño.

P. ¿Cuándo empezó a gustarle?

R. Estaba en un equipo de fútbol sala de Navarra en el que apenas me llegaban. Ganábamos todos los días 30-0. No había salsilla hasta la fase final. Me acuerdo de una final que disfruté mucho. En el calentamiento me llevé un balonazo en la nariz y tuve que jugar con un par de tapones y ahogándome. Me tocó trabajar y acabamos ganando. Ese fue el primer recuerdo bonito.

P. Su padre le hablaba de Buffon, Toldo...

R. A él le gustaba el fútbol italiano y a mí se me quedó ese gusto por los porteros sobrios.

P. Habrá conocido a Iribar.

R. Si algo me llevo es haber visto a Iribar en el viejo San Mamés. Entró y tocó el larguero. Hemos coincidido en muchos actos, pero nunca he hablado de portera a portero con él. Ahora que voy a estar retirada, igual tengo más chance para esto.

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