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Un juez desestima la demanda de equiparación salarial del equipo femenino de fútbol de Estados Unidos

Las jugadoras planean recurrir la sentencia, que considera que no hay base para denunciar las condiciones del contrato

Pablo Ximénez de Sandoval
Alex Morgan (a la izquierda) y Megan Rapinoe celebran un gol en el Mundial de 2019.
Alex Morgan (a la izquierda) y Megan Rapinoe celebran un gol en el Mundial de 2019.Christian Hartmann (Reuters)

Las jugadoras del equipo nacional de fútbol de Estados Unidos sufrieron este viernes una derrota en los juzgados al rechazar un juez su demanda de equiparación salarial. Las jugadoras habían demandado a la Federación de Fútbol de EEUU por considerar que no estaban suficientemente bien pagadas con relación a los hombres, cuando ellas han ganado cuatro Mundiales y los hombres ni siquiera se clasificaron para el último campeonato. El juez considera que no hay base para buscar la mejora salarial en los tribunales.

La demanda fue interpuesta el 8 de marzo de 2019, aprovechando el simbolismo del Día de la Mujer. En ella, la selección nacional de EE UU al completo (28 jugadoras) argumentaba que “ha generado más beneficio, ha jugado más partidos, ha ganado más partidos y campeonatos y ha generado más audiencia de televisión” que la selección masculina. Ese mismo año acabarían ganando el Mundial de Francia. Antes, ellas tenían el récord de espectadores de un partido de fútbol en EEUU, 23 millones, en la final del Mundial de 2015. Jugadoras como Megan Rapinoe y Alex Morgan e históricas como Mia Hamm, Hope Solo y Abby Wambach, son más famosas en Estados Unidos que los seleccionados masculinos.

En el texto se detallaba cómo los jugadores del equipo masculino cobran un mínimo por partido independientemente del rival y del resultado. Ellas, en cambio, solo cobran si juegan contra equipos entre los 10 primeros de la clasificación de la FIFA y solo si ganan. En consecuencia, el sueldo máximo al que puede aspirar una jugadora de la selección femenina es 99.000 dólares al año, sobre la base de que jueguen 20 amistosos, mientras el de un hombre puede llegar a 263.000.

“El WNT (siglas en inglés de la selección femenina) ha cobrado más de media por partido y de manera acumulada en el periodo de la demanda que el equipo masculino”, afirma el juez Gary Klausner, del distrito central de California. El juez argumenta que en la negociación colectiva de su contrato las jugadoras renunciaron al mismo esquema de bonus de los hombres a cambio de un sueldo base seguro. Por ejemplo, afirma el juez, ellos solo cobran si juegan, mientras ellas cobran aunque no salten al campo siempre y cuandos sean convocadas, aunque luego las ganancias dependan de los resultados. Las mujeres, afirma el juez, no pueden decir ahora que están descontentas con sus condiciones basándose en el dinero que podrían haber ganado si fueran otras las características de lo firmado. Las jugadoras reclamaban 66 millones de dólares en compensación por el dinero supuestamente no percibido.

“Estamos decepcionadas con la decisión, pero no vamos a cesar de trabajar duro por la igualdad salarial”, dijo en un comunicado Molly Levinson, que actúa como portavoz de las jugadoras. Levinson anunció que recurrirán la decisión. En un tuit, la capitana y líder mediática del grupo, Megan Rapinoe, dijo: “¡Nunca dejaremos de luchar por la igualdad!”.

El juez solo desestima sin embargo la parte salarial de la demanda. En la queja de las jugadoras había también otros motivos de discriminación. Por ejemplo, denunciaban falta de igualdad en el apoyo que la Federación da a su deporte, la promoción que se les hace o la facilidad para viajar o entrenarse, en comparación con la selección masculina. La fecha de inicio del juicio es el próximo 16 de junio en Los Ángeles.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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