Jordi Alba: “Que silben no nos gusta”
El lateral del Barcelona se queja de la actitud de la afición azulgrana por las críticas al juego: “Rozar la perfección de años anteriores es muy difícil”
LaLiga eligió a Lionel Messi como el mejor jugador del último mes. En febrero, el argentino marcó cuatro goles (todos ante el Eibar) y repartió cinco asistencias. Nada raro en la interminable lista de récords del capitán azulgrana. Llamó la atención, sin embargo, la extraña marca de Messi ante la Real Sociedad. Por primera vez en su carrera, a los 32 años, el rosarino vio tarjeta amarilla en tres partidos consecutivos: Nápoles, Real Madrid y ante el cuadro vasco. Una temeraria acción frente a Mikel Merino le valió la cartulina, de la misma manera que ante Casemiro en el clásico y contra Ospina en San Paolo. No estaba cómodo el 10, que hasta presenció una inédita idea de Alguacil para frenar sus faltas directas, una barrera con tres defensores y dos jugadores bajo los palos, y con los 11 rivales en el área. “Cuando un jugador tiene ese porcentaje de aciertos, hay que intentar hacer algo distinto para que le cambie la mirada. Se ha quedado anonadado por cómo nos hemos puesto”, explicó Mikel Merino.
Lo que no pudo resolver de falta directa ni en sus otros cinco remates, Messi lo hizo desde los 11 metros después de la intervención del VAR para señalar la mano de Le Normand. Fue el gol número 55 del rosarino desde el punto del penalti en LaLiga, solo superado por Cristiano Ronaldo (61) y Hugo Sánchez (56). La estadística que el 10 sí le birló a CR7 ante la Real es la de máximo artillero de las cinco grandes ligas de Europa (Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y España): 438 goles (474 partidos) por los 437 (540) del portugués. “Habíamos creado ocasiones suficientes como para no haber recurrido al VAR”, analizó Quique Setién. “El VAR está para ayudar, que es lo que ha hecho”, subrayó Semedo.
El Barça sumó 13 remates en total por los nueve de la Real. “No estamos teniendo buenos porcentajes de acierto. En el Bernabéu hemos creado siete ocasiones claras de gol y hoy otras tantas. Lo importante es generarlas”, entendió Setién. El técnico del Barcelona destacó, también, la paciencia de sus muchachos, que contrastó con la de la afición azulgrana en el Camp Nou. “A nadie le gusta que el público vaya en contra en tu estadio. Respeto a todos, pero también me tienen que respetar a mí”, sostuvo Jordi Alba, que se llevó las manos a las orejas después de marcar un gol, finalmente anulado por fuera de juego de Ansu Fati. “Rozar la perfección de años anteriores es muy difícil y debemos asumirlo. La actitud es buena, los jugadores nos dejamos todo en el campo. Que silben en el minuto 15 de la primera parte no nos gusta”, completó el lateral.
“Los jugadores eran perfectamente conscientes de las dificultades. El equipo respondió muy bien, no ha perdido la confianza en lo que estaba haciendo”, explicó Setién, que destacó la victoria frente a la Real. “Es verdad que la afición no contempla la posibilidad de que el equipo rival te pueda manejar el partido. Le doy mucho mérito a la Real. El triunfo ha sido merecido. Es un equipo extraordinario, muy bien trabajado. Llevaban seis victorias consecutivas, una de ellas en el Bernabéu, y se han clasificado para la final de la Copa. Es el equipo más intenso de LaLiga. Era un partido tremendamente complicado”, analizó Setién. Semedo coincidió con su entrenador. “Un partido muy difícil contra un buen equipo. Venían motivados por alcanzar la final de la Copa y nos costó mucho, por eso lo hemos festejado en el vestuario”. Una reflexión similar a la de Piqué. “Sabíamos que era un partido duro tras el Bernabéu ante un equipo que está haciendo las cosas muy bien, no era fácil y al final los detalles nos han permitido ganar tres puntos importantes”, cerró el central.
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