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Carlsen remonta y toma el mando

El noruego lidera con medio punto más después de tres victorias seguidas, a falta de cinco rondas

Magnus Carlsen, este viernes, se aleja de la mesa de juego tras una de sus victorias en el Mundial de Rápidas
Magnus Carlsen, este viernes, se aleja de la mesa de juego tras una de sus victorias en el Mundial de RápidasFIDE/Lennart Ootes
Leontxo García

Magnus Carlsen da muestras de ser razonablemente feliz porque 2019 ha sido un año magnífico para él en lo deportivo, y quiere redondearlo ganando los Campeonatos del Mundo de Rápidas y Relámpago, que se disputan en el estadio Lúzhniki de Moscú. La jornada del jueves no fue buena para él (6º tras cinco rondas), pero ha brillado en la del viernes y afrontará la del sábado en cabeza, a falta de cinco rondas, con medio punto de ventaja sobre el francés Maxime Vachier-Lagrave, el chino Hao Wang y el polaco Jan Duda. El español David Antón y el cubano-estadounidense Leinier Domínguez van empatados en el 5º puesto.

El campeón del mundo y número uno indiscutible de ajedrez clásico es también el líder -y no esconde lo orgulloso que se siente por ello- del concurso Premier League de fútbol imaginario por internet (los participantes forman equipos de jugadores de la liga inglesa y deben administrar un presupuesto limitado), en el que participan siete millones de personas. Pero en este momento no es el campeón del mundo vigente de rápidas (el ruso Danil Dúbov ganó ese título hace un año) ni el número uno en esa modalidad (Vachier-Lagrave) ni en la de relámpago (Nakamura), aunque sí ganó el Mundial. Es decir, el escandinavo afronta cuatro grandes retos en las próximas 72 horas para cerrar el año como triple campeón y triple número uno.

Si juega como lo ha hecho en las tres últimas rondas de hoy, todo está a su alcance, a pesar de que su arranque en la segunda jornada del Mundial de Rápidas ha confirmado las dudas que dejó ayer en la primera, con sendos empates ante Wang y el ruso Rajmánov. Pero luego ha metido el turbo, con tres victorias inapelables; de ellas, las dos con las piezas blancas han sido en plan apisonadora, frente al checo Laznicka y el vietnamita Le, y la otra al contraataque frente al ucranio Zúbov, quien tuvo la valentía de lanzarse en plan kamikaze frente al astro noruego.

Carlsen mira al checo Laznicka mientras Alexánder Zhúkov, presidente adjunto del Parlamento de Rusia hace el saque de honor
Carlsen mira al checo Laznicka mientras Alexánder Zhúkov, presidente adjunto del Parlamento de Rusia hace el saque de honorFIDE/Lennart Ootes

En los corrillos que se forman en el vestíbulo de la sede del torneo durante los descansos entre rondas, algunos grandes maestros critican que Carlsen tenga “privilegios”, como jugar siempre en la primera mesa o tener una habitación de reposo exclusiva para él. Ambas prebendas tienen su explicación: las televisiones noruegas que dan el torneo en directo o le dedican grandes coberturas han pedido a la Federación Rusa que su ídolo nacional juegue siempre en la misma mesa, por razones técnicas; la probabilidad de que el campeón del mundo fuera asediado por admiradores, periodistas y curiosos si se mezclase con todo el mundo en el vestíbulo sería altísima. En todo caso, no son precisamente esos detalles los que le convierten en uno de los mejores ajedrecistas de la historia.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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