Londres bien merece un título
Albergo esperanzas de que esta vez, con la leve distensión abdominal solventada y con la emoción añadida de jugar en un escenario como la capital inglesa, Rafael pueda levantar por fin el trofeo
Con la presente edición serán once ATP Finals disputadas en la ciudad de Londres. Yo también estuve con Rafael en dos de las que se disputaron en Shanghái, pero ni aquellas ni las que van a venir se me hacen comparables a la cita de final de año en la capital británica.
Resultarán muy difíciles de superar los traslados desde el hotel donde se hospedan los tenistas, justo enfrente del Big Ben y del bellísimo Parlamento británico, en barco por el río Támesis; la ciudad engalanada ya para la Navidad; el trato por parte de la organización, tan profesional como exquisito; y un estadio, el O2 o The Dome, que le da al torneo un aspecto tan impresionante como festivo.
Me dispongo a ver desde casa, no sin cierta pena pues, el penúltimo episodio de la serie en Londres –a partir de 2021, el Masters comenzará a disputarse en Turín– y el último, quizás, en el que el Big Three ostente el dominio. No me atrevo a dar nada por seguro, de todas maneras, porque llevamos unos años de similares augurios y porque argumentos y conclusiones habría para todos los gustos.
Si bien por primera vez los cinco jugadores restantes son de la Next Gen, exceptuando a Dominic Thiem (26 años), y esto da que pensar que podríamos estar por fin ante el esperado cambio, hay una clara diferencia en cómo han logrado clasificarse los unos y los otros. Rafael, Roger Federer y Novak Djokovic lo ha conseguido después de jugar 12, 13 y 14 torneos respectivamente. Todos los demás han doblado, prácticamente, el número de torneos disputados: Tsitsipas ha jugado 26 y el resto, todos más de 20.
Está claro que los tres veteranos, obligados por la edad a dosificar sus participaciones en los torneos, han conseguido una rentabilidad mucho más elevada.
Esta semana se va a dilucidar no solo el campeón del torneo, sino quién acabará como número uno del año: Djokovic o Rafael, con 640 puntos de ventaja sobre el serbio quien, sin embargo, es algo favorito sobre este tipo de superficie. Los torneos en indoor son los que, desde siempre, se le han dado algo peor a mi sobrino. Es verdad que ha logrado disputar distintas finales, pero ha levantado el trofeo solamente en el Masters de Madrid, en 2005.
En este tipo de superficies, el servicio y jugar más dentro de la pista suele ser determinante. Por las características de Rafael, más especialista en tierra, esto le ha costado siempre un poco más. De todas maneras, viendo su evolución durante estos últimos años tanto en el servicio como en la superficie rápida, y el juego desplegado en el último Masters 1000 de París-Bercy, albergo esperanzas de que esta vez, con la leve distensión abdominal solventada y con la emoción añadida de jugar en un escenario como el de Londres, Rafael pueda levantar el título que hasta el día de hoy se le ha resistido.
Acabo con un dato que me parece espeluznante y, por tanto, digno de mención: Federer ha logrado clasificarse para el ATP Finals en 17 ocasiones, Rafael en 15 y Djokovic en 12. En eso están acorde a la espectacularidad de la ciudad que los acoge.
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