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Álex Bergantiños recibe 70 puntos de sutura en la cara

El capitán del Deportivo recibe el alta tras pasar la noche en un hospital después de su encontronazo con el mallorquinista Pedraza, que acudió a visitarle

Dani Rodríguez, jugador del Mallorca, socorre a Álex Bergantiños.
Dani Rodríguez, jugador del Mallorca, socorre a Álex Bergantiños.

“Me pongo una máscara y juego el domingo”, avisó Álex Bergantiños cuando aún no había abandonado la sala de reanimación del Hospital Modelo de A Coruña. Los médicos se lo desaconsejan después de que haya recibido 70 puntos de sutura para reparar su labio, dañado tras un choque en el que Marc Pedraza, centrocampista del Mallorca, le golpeó involuntariamente con los tacos de su bota en el rostro. El capitán del Deportivo se perdió el entrenamiento de su equipo, horas después del triunfo ante el cuadro insular en la ida de la final de promoción para el  ascenso a Primera División (2-0 en Riazor, la vuelta es el domingo), pero recibió el alta tras pasar la noche ingresado. Antes tuvo la visita de Pedraza, muy afectado por lo sucedido. El jugador mallorquinista acudió acompañado por su entrenador, Vicente Moreno.

Bergantiños había llegado al quirófano directo desde el césped de Riazor. Acaba de cumplir 34 años, es el capitán del Deportivo y heló la sangre de todos cuando quedó inconsciente sobre el césped. Su equipo, con dos goles de ventaja, busca un puesto en Primera División el domingo en Son Moix y quiere estar allí aunque sea enmascarado. Quien no jugará seguro es Pedraza. Se fue expulsado tras el encontronazo, pero sobre todo compungido por el destrozo. En cuanto vio a Bergantiños inerte en el suelo se le saltaron las lágrimas. “Se asustó. A Marc le conocemos bien y sabemos de su nobleza. No quería hacer daño a un compañero”, explicó su entrenador, Vicente Moreno, que cuando era jugador del Xerez compartió dos temporadas vestuario con el capitán del Deportivo, cedido en aquel destino.

Fueron unos segundos eternos sobre el campo, en los que una parte de los futbolistas, y el árbitro, seguían la jugada mientras otros acudían a auxiliar al herido. Las asistencias de Deportivo y Mallorca saltaron al campo sin permiso, alarmados, y Dani Rodríguez, canterano coruñés que jugaba contra el equipo en el que se formó, colaboró de manera activa para tratar de estabilizar a Bergantiños. Era el minuto 40 de partido. Antes de que se llegase al descanso una ambulancia ya partía en dirección al hospital.

José Luis Martí, técnico del Deportivo, consuela a Marc Pedraza sobre el césped de Riazor.
José Luis Martí, técnico del Deportivo, consuela a Marc Pedraza sobre el césped de Riazor.LALIGA

Más tarde, cuando Vicente Moreno hablaba al final del partido, Bergantiños estaba ya en quirófano. José Luis Martí, técnico del equipo coruñés, ya sabía que era más el susto y la aparatosidad que las consecuencias. Tampoco él quería descartar a su futbolista para el último partido de la temporada. “Es una herida bastante profunda, pero parece que solo será cuestión de puntos de sutura”, tranquilizó. El jugador estaba en manos de uno de los cirujanos plásticos más eminentes del país, el doctor Francisco José Martelo, con muchas reparaciones efectuadas después de casi 40 años en la profesión: Bergantiños le llegó con el labio inferior destrozado, pero sin afectación en la mandíbula. Ni siquiera perdió una pieza dental.

“No podía hablar muy bien, pero nos dejó claro que quería jugar el próximo partido”, explicó Paco Zas, el presidente deportivista, tras pasarse por el hospital. Bergantiños ya había vivido una situación similar en Riazor, pero en el otro papel de protagonista. Fue en marzo de 2017 cuando chocó cabeza con cabeza con Fernando Torres, que quedó también inconsciente y tomó idéntica ruta hacia el hospital. “Es duro ver a una persona así, jugamos el resto del partido con el susto en el cuerpo”, explicó entonces el jugador gallego.

Episodios así sirven para ver la condición de algunos profesionales. Por ejemplo la de Bergantiños o la de Pedraza. También la de Martí, al que ni se le pasó por la cabeza acudir al árbitro para pedir que expulsasen al futbolista que dejó noqueado a su capitán. El técnico mallorquín del Deportivo, que desparrama señorío, entró al campo y abrazó al oponente, que estaba desconsolado. “Le dije que estuviese tranquilo, que la jugada había sido fortuita. Él es muy noble, estaba asustado, pero son lances del juego. Sólo intenté consolarle porque estaba preocupado y a veces como rival es más sencillo conseguirlo que como compañero”. Ya de madrugada, Pedraza acudió a las redes sociales para exponer sus sentimientos: “Necesito escribir esto…", advirtió antes de seguir: "Deseo de todo corazón que te recuperes lo antes posible, Álex. Ha sido una jugada fortuita y no tenía intención de hacerte daño. Un abrazo muy grande, compañero”.

Con el labio reparado, con algún calmante que mitigase los dolores propios tras un traumatismo semejante, Bergantiños insistía: “Quiero jugar en Mallorca”. Y nadie, ni en el vestuario ni en la planta noble del Deportivo, se atreve a descartarle. “Puede parecer difícil, pero con él puede pasar cualquier cosa”, explican. Pero los médicos le han recomendado que no salte al campo porque tiene la zona muy inflamada y debe cuidarla para que no haya peligro de infección. Lo probable es que, con todo, viaje a Palma con la expedición del equipo para estar con sus compañeros.

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