Vean, exijan, opinen...

Se dice que el fútbol fue inventado por los ingleses a mediados del siglo XIX, aunque los orígenes van mucho más atrás, a la Edad Media. Si buscamos sobre la historia de este deporte hay millones de datos e historias. Conocemos y sabemos muchas de ellas, todas con el hombre como protagonista. Pero lo cierto, queridos lectores, es que en la historia del fútbol también hay mujeres. Y muchas. Sus historias apenas fueron contadas y nos privaron de referentes.

El primer Mundial femenino se disputó en 1991 en China, y tuvo como campeón a Estados Unidos. En el siguiente triunfó Noruega, justo cuatro años antes de que Estados Unidos emprendiese en 1999 una carrera que todavía está en marcha. 90.185 espectadores vieron en Pasadena la final de ese Mundial entre la anfitriona y China. Creo que este es primer recuerdo real del fútbol femenino, el momento que sirvió de inspiración a miles de niñas alrededor del mundo. Desde ahí hasta Francia 2019 han pasado y cambiado muchas cosas, pero el tiempo ha ido tan lento que estos 25 años se han hecho eternos.

Es fútbol. Es femenino. Una mujer puede ser igual de buena técnicamente o tácticamente que un hombre. Las diferencias físicas naturales hacen que el fútbol mixto sea inviable en categorías de nivel. Se entrena igual. El esfuerzo vale lo mismo. Podría seguir con más ejemplos, pero espero que pronto no sean necesarios.

Hace años que las mejoras son notables. Se han creado referentes, hay más ligas profesionales, ha crecido el apoyo institucional y de federaciones, es mayor el compromiso de los clubes y ha llegado, por fin, el cambio social y de mentalidad. Este Mundial llega en el mejor momento posible y las expectativas son tan altas que ya se da por hecho el éxito rotundo. En él estarán las mejores selecciones, con muchas de las mejores jugadoras del mundo.

La brasileña Formiga podría haceros un resumen mejor que el mío. Este será su séptimo Mundial. Sí, sí, ¡el séptimo! Carli Lloyd también puede contaros mucho, como por ejemplo lo que se siente al hacer un hat-trick en la final. La alemana Marozsan es más joven, pero ya lo ha ganado todo, y cuando digo todo es todo (el Balón de Oro se lo darán este año). La australiana Mary Fowler es, con 16 años, la más joven y espero que le sepan transmitir lo difícil que ha sido conseguir lo que ella tiene y vive ahora.

¿Cuáles son las favoritas, las posibles sorpresas y las selecciones más competitivas? En Europa, Alemania siempre ha sido la gran potencia, pero actualmente vive un proceso de cambio que la hace menos favorita. Holanda es la actual campeona en nuestro continente y las expectativas son altas. Estados Unidos quiere mantener su puesto como número 1 y volver a ganar es su único objetivo. Japón no tiene prisa por volver a ser lo que era (campeona mundial en 2011). Francia como anfitriona es ahora o nunca. Los países nórdicos, punteros durante años, sufren la falta de cultura y tradición del fútbol en sus países y han visto cómo su ventaja (gracias a la mayor igualdad social) se reducía y sus fuerzas se igualaban al resto.

Y está España, a la que ya no se le permitirá no estar entre las grandes, porque con jugadoras como Irene Paredes (una de las mejores centrales del mundo), Jenni Hermoso (talento puro y técnica exquisita), Silvia Meseguer (el trabajo y equilibrio de nuestra selección), Virginia Torrecilla (el 6 que hace jugar), Vicky Losada y todas las demás, ya pueden hacerle frente a cualquiera.

Apréndanse sus nombres, interésense por sus historias, enciendan la tele y vean los partidos. Exijan, comenten, opinen y critiquen. Hablen de este Mundial. ¡Y disfrútenlo! Va a ser el mejor Mundial de la historia. Luego vendrán otros mejores, porque ahora que sabemos lo bueno y bonito que es esto... como para parar.

Vero Boquete, de 32 años, ha sido 62 veces internacional y ha marcado 38 goles. Jugó el Mundial de 2015 y ha militado en las ligas española, rusa, sueca y alemana. Ahora juega en la liga estadounidense, en el Utah Royals. Asiste al Mundial de Francia como FIFA Leyenda.