Cazorla, la salvación del Villarreal

Con sufrimiento y agonía, reflejo de una dramática temporada, el Villarreal consiguió la permanencia con una victoria mínima ante el Eibar. La fiesta en La Cerámica tras el pitido final equivalió a la celebración de un título, una liberación para un grupo de jugadores que durante el curso han rendido a un nivel inferior al esperado y que han convivido con la soga del descenso durante todo el curso.

Cazorla era la salvación. El asturiano llegó en julio para intentar recuperar las sensaciones y sentirse futbolista de nuevo. El Villarreal le acogió en su casa con un contrato de mínimos, 500.000 euros de sueldo más 20.000 por partido. Cazorla ha disputado, contra pronóstico, 45 en todas las competiciones, anotando 4 goles en Liga y repartiendo 10 asistencias. Ante el Eibar, cuando el asturiano se marchó del terreno de juego, sustituido en el minuto 87, La Cerámica rugió como nunca. En la permanencia también resultó capital la decisión de Fernando Roig, extraña por inusual, de recuperar para el banquillo a Javier Calleja al mes y medio de su destitución. Fue sustituido por Luis García Plaza.

El Villarreal inició fuerte el partido en el que le iba la salvación. Y en los diez primeros minutos ya había dado dos advertencias al Eibar, en dos ocasiones de Ekambi y de Fornals, evitando el gol del castellonense un enorme Dmitrovic. El Eibar, liberado de presión, ofrecía una buena imagen, mostrándose en ataque también. Al descanso se llegó sin goles por la falta de puntería del Villarreal. Al cuarto de hora, Ekambi tranquilizaba los ánimos empujando a gol un centro de Jaume Costa. El Villarreal se acercaba a la salvación, mientras el Eibar no se resignaba a la derrota. Y Kike, nada más salir al terreno de juego, marcaba el empate a falta de siete minutos. El VAR anulaba el gol eibarrés por fuera de juego. El Villarreal se salvaba y ponía el fin feliz a una temporada muy complicada.