Otra decisión de Griezmann
Un año después de su millonaria renovación en el Atlético, el futuro del jugador francés vuelve a ligarse al Barcelona y fuentes del mercado aseguran que el acuerdo está muy avanzado
Los preparativos del Atlético-Sevilla (este domingo, 18.30, BeIN LaLiga) se han diseñado para el emotivo adiós de Diego Godín, pero el foco vuelve a situarse sobre la figura de Antoine Griezmann. La cita dará para analizar gestos, rostros y reacciones de la hinchada hacia la estrella del equipo. Un año después de su decisión de renovar con el Atlético hasta 2021, a razón de unos 20 millones de euros por año, y con el cierre de la temporada, el futuro del francés vuelve a estar en el aire. La rebaja de su cláusula de rescisión de 200 millones de euros a 124 a partir del próximo 30 de junio le facilitan sobremanera la puerta de salida. El Barcelona ha vuelto a emerger en su carrera como un destino más que posible. Una vez más, el silencio del jugador, ante las informaciones surgidas, vuelve a recrear y a alimentar la incertidumbre sobre su persona.
Según fuentes del mercado, Griezmann puede estar muy cercano a concretar su marcha al Barcelona en una operación que dan por bastante avanzada y que entronca con la salida de Philippe Coutinho. Estas mismas fuentes añaden que el Atlético, al menos hasta inicios de esta semana, desconocía los movimientos.
Desde el club azulgrana llevan varias semanas admitiendo que el jugador francés, de 28 años, no ha dejado de ser una opción. La falta de encaje de Coutinho y la discontinuidad de Dembélé han provocado que el Barça ande a la búsqueda de reconstruir el tridente que formaron Neymar, Messi y Luis Suárez. No buscan un nueve goleador, sino un delantero capaz de ocupar las tres posiciones de ataque. Griezmann cumple ese requisito.
Efectivamente, en el Atlético aseguran desconocer cualquier intención del futbolista de marcharse al Barcelona. Por el contrario, afirman que forma parte de las tres patas sobre las que se cimienta el proyecto del próximo año: Simeone, reciente renovado como el entrenador mejor pagado del mundo, Oblak, que también acaba de firmar su renovación, y Griezmann. Incluso ante la marcha de Godín y las más que posibles de Juanfran y Filipe está previsto que ambos, junto a Koke, reciban los galones de la capitanía. Desde el club rojiblanco toman conciencia de los acontecimientos desde la perspectiva del Barcelona de ofrecer un nombre, el de Griezmann, que evite hablar de otro, Valverde, y de vender caras nuevas tras el estruendoso traspié ante el Liverpool. También afirman en el club rojiblanco que en las últimas semanas el futbolista se ha prestado a diversas actividades promocionales destinadas a la próxima campaña.
El propio Simeone ha manifestado en los últimos días que no hay nada que le haga indicar que su jugador franquicia vaya a marcharse. “Yo lo veo muy bien, contento con sus compañeros. Es capitán de nuestro equipo y de parte nuestra le damos continuamente todo el afecto que podemos y toda la importancia que se merece. Después, no estamos en el cuerpo de él para opinar lo que él, en algún momento, si tendrá que opinar, opinará. Creemos que seguirá. No tengo ningún temor a perderlo, lo que suceda posteriormente ya no depende de nosotros”, expresó Simeone este sábado. El discurso del entrenador es rotundo hasta donde puede serlo. El técnico dejó una puerta abierta en sus declaraciones al razonar que no está metido en los pensamientos del jugador ni que esté en sus manos su futuro.
Los motivos de la rebaja de su cláusula liberatoria describen una relación en la que la confianza no es máxima entre unos y otros. Para establecer la primera cláusula de 200 millones de euros, el Atlético se escudó en la posibilidad de que Griezmann terminara ganado el Mundial de Rusia como una de las grandes figuras del torneo, como así fue, y que alguna de las grandes potencias económicas del fútbol se viera tentada de convencer al jugador antes de que comenzara el presente curso. Esa primera cifra que se estableció era disuasoria ante la posibilidad de una fuga a última hora en el año en el que la final de la Liga de Campeones se disputaba en el Metropolitano. El descenso hasta los 124 millones a partir del próximo 30 de junio fortalecía la sensación del jugador de no sentirse atado por completo al Atlético en el caso de que el proyecto dejara de convencerle. En los últimos meses se han dado acontecimientos que no han sido de su agrado. El primero, la marcha de Godín, su compadre y padrino de su hija. Tanto Griezmann como Simeone han tratado de convencer al club para que aceptara las condiciones que exigía el uruguayo. También la marcha de Lucas le ha dejado sin uno de sus preferidos en el vestuario.
Desde que se conoció el trasvase de Godín al Inter de Milán la estrella rojiblanca pareció entrar en un estado de desamparo. En enero, representantes ligados a su entorno comenzaron a ofrecerle a los grandes clubes de la Premier League y al Bayern de Múnich. En marzo, tras las formas con las que el Atlético cayó en Turín en los octavos de final de la Champions, el diario L'Équipe anunció que Griezmann retomaba la posibilidad de fichar por el Barcelona. Su hermana y representante, Maud, admitía el disgusto por la eliminación europea, pero también declaraba que el Atlético era el único club que estaba en su cabeza y que al final de la temporada analizarían la situación con una perspectiva más amplia. Por entonces, el club dejaba caer que para el próximo curso, en un principio y por cuestiones económicas, no le cabían el delantero francés, Costa y Morata en el plantel y que la continuidad del primero dependía de en gran parte de su sonrisa. Y, últimamente, Griezmann ha tenido pocos motivos para sonreír. Incluido el juego del equipo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.