El Madrid, líder de la ‘cláusula del miedo’
El rayista De Tomás no podrá jugar ante el equipo blanco, el club de LaLiga que más futbolistas cede con la condición de que no puedan ser alineados si se enfrentan
El delantero del Rayo Vallecano Raúl de Tomás no podrá jugar mañana en LaLiga ante el Real Madrid porque el equipo de Zidane, propietario de sus derechos federativos, no quiere que una buena actuación del jugador les perjudique a ellos y beneficie al rival, donde lo tiene cedido esta temporada.
Esta podría ser la descripción más aséptica para señalar que De Tomás se encuentra bloqueado por la conocida como cláusula del miedo, una argucia contractual prohibida por la FIFA y la UEFA en sus competiciones, pero permitida en España, y con extraordinaria presencia en los equipos de LaLiga Santander a la hora de intercambiarse futbolistas. Por encima de todos ellos destaca precisamente el Madrid, quien la aplica de manera repetida desde finales de los noventa, y que esta temporada suma cinco cesiones con este impedimento (Lunin, Óscar, Theo, Mayoral y De Tomás), el número más alto del campeonato.
“Cada uno es libre de hacer con sus jugadores lo que quiera. Y además hay un contrato”, aseguró esta semana Paco Jémez, entrenador del Rayo, que pidió a los blancos que levantaran el bloqueo. “Si ellos se jugaran algo ni se nos ocurriría pedírselo”, dijo. Su ruego cayó en saco roto y De Tomás, que podría reincorporarse a la plantilla del Madrid la próxima temporada, verá el partido desde la grada de Vallecas.
El Rayo tenía una vía para desactivar la cláusula, pagar alrededor de un millón de euros, pero no la usará, y en las oficinas del Madrid no se plantearon hacerlo. Mantendrán los términos firmados, como ha sucedido desde hace dos décadas, cuando Samuel Etoo, Fernando Morientes y Pedro Munitis, estando cedidos en el Mallorca, Mónaco y Racing, respectivamente, marcaron en sus enfrentamientos con el Madrid. “Yo sería incapaz de meter un gol al Madrid. Mi experiencia me dice que no jugar estos partidos no influye para nada, porque yo no lo hice cuando estuve cedido en el Castellón y en el Córdoba, y luego permanecí 11 años en el club”, aseguró en 2002 Vicente del Bosque, entrenador blanco entonces, al conocer que Munitis había decidido no inhibirse en el enfrentamiento contra los blancos.
El caso de De Tomás y de muchos otros no es el más extraño de este curso. El venezolano Yangel Herrera, cedido en el Huesca por el Manchester City, no pudo participar en el encuentro ante el Girona por ser el conjunto inglés el propietario del 44% de las acciones del equipo catalán. Nunca se había ordenado este bloqueo entre equipos de distintos torneos.
En muchos clubes, la aplicación de la cláusula del miedo es una circunstancia independiente de la norma habitual. Así sucede en el Athletic, que tiene cedidos a Vesga y Sabin Merino al Leganés con este impedimento, que no rige para Etxeita en el Huesca. “Es algo que negoció cada jugador con el anterior presidente, Josu Urrutia”, deslizan en Ibaigane. En Bilbao también existe un precedente similar al que modificó la idiosincrasia del Madrid, cuando en un partido ante el Salamanca, en la temporada 1998-99, los cedidos Edu Alonso y Corino marcaron los dos goles que le dieron la victoria al equipo charro, que derivó en un cambio en la política.
Ni siquiera la obligatoriedad de compra a final de temporada, que recogen muchas de estas cesiones, ha impedido que en el contrato figurase también la imposibilidad de participar en duelos directos. Le ocurrió el curso pasado a Guidetti, cedido en el Alavés por el Celta. Sin embargo, teniendo Vigo como destino, Boudebouz, prestado por el Betis, quedó libre de esta disposición, como acostumbra a hacer el club andaluz.
Tampoco el fútbol femenino se ha librado. Carla Bautista, cedida por el Atlético en la Real, no pudo medirse a las rojiblancas. Sí lo hizo, por el contrario, Marta Unzue, en préstamo en el Athletic por parte del Barcelona, un club que tampoco impidió a Cucurella y Cardona, ambos en el Eibar, medirse a los azulgrana.
Sin que ningún movimiento legal en las entrañas del revuelto mar en el que navegan los distintos organismos del fútbol español impida que las cláusulas del miedo sigan presentes, las idas y venidas de los futbolistas seguirán siendo un acto de buena o mala fe por parte de los equipos.
Con información de Juan L. Cudeiro, Rafael Pineda, Jon Rivas, Ramon Besa y Daniel Gómez.
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