El Deportivo se sume en la incertidumbre tras la renuncia de su directiva

Hace dos semanas cayó el entrenador y ahora lo hace el presidente y su Consejo de Administración. El Deportivo se sume en un marasmo institucional y futbolístico mientras el equipo agota sus opciones de regresar a la máxima categoría, séptimo clasificado a cuatro puntos de los puestos de promoción y a diez de los de ascenso cuando restan 21 por disputar.

Constantino Fernández y su equipo de trabajo se van tras cinco años en los que el equipo consiguió un ascenso a Primera División, tres permanencias consecutivas con un magro balance de puntos, un doloroso descenso hace una campaña y una temporada en Segunda que de solvente ha pasado a errática: el equipo no gana un partido desde hace dos meses. El proceso sucesorio se abre ahora de cara a los dos próximos meses con una Junta Extraordinaria de Accionistas en la que Fernández dirá adiós. Mientras tanto el equipo deberá apurar sus últimas opciones de ascenso con un entrenador recién llegado, José Luis Martí.

Esa falta de concreción en lo futbolístico se ha llevado por delante a ocho entrenadores y a los anteriores responsables del área deportiva. La llegada de Carmelo del Pozo el pasado verano a ese departamento apuntaba a una reconstrucción y el equipo partió como uno de los favoritos al ascenso. El desplome propició el adiós del técnico Natxo González tras una dolorosa derrota contra el Rayo Majadahonda en Riazor. Este domingo fue otro debutante en la categoría, la Unión Deportiva Extremadura, la que se llevó los puntos del estadio que no hace tanto sepultó a los grandes del fútbol europeo. Un sector minoritario, comandado por los ultras, pidió la dimisión de una directiva amateur, que ha decidido renunciar harta de ataques personales por tierra, mar y aire, hastiada por la incomprensión de quienes no le permitieron ni un día de gracia.

Ahora el Deportivo busca un guía. El veterano expresidente Augusto César Lendoiro aceptó por primera vez en cinco años la invitación del club para acudir al palco hace dos semanas. Ayer volvió a repetir. Pero hace un año superó un delicado trance de salud y ya ha explicado que no tiene intención de regresar a un cargo del que tuvo que salir tras llevar al club al mayor concurso de acreedores de la historia del fútbol, 160 millones de euros de deuda, de los que quedan por pagar un poco más de la mitad.