Diego Costa a Gil Manzano: “Me cago en tu puta madre”
El hispanobrasileño fue expulsado a la media hora por insultar al colegiado, según el acta
El Atlético se había sacudido el dominio inicial del Barcelona. Estaba hasta tocón. Las estadísticas al borde de la media hora del juego decían que la posesión era del equipo de Simeone, un 53% frente al 47% de los azulgrana. Costa había rematado alto un cabezazo y Griezmann amenazó a Ter Stegen con un disparo cruzado tras una jugada bien ligada. Estaba el Atlético respondiendo a la altura de la cita hasta que la incontinencia verbal de Diego Costa destrozó el buen partido que estaban desplegando los rojiblancos. A Costa le emergió su volcánico carácter tras no sancionar Gil Manzano una entrada que Piqué le hizo por detrás. Inflamado, según el colegiado, Costa exhortó un fuerte improperio recogido en el acta: “En el minuto 28 el jugador (19) Da Silva Costa, Diego, fue expulsado por el siguiente motivo: Dirigirse a mí a viva voz, en los siguientes términos: “¡Me cago en tu puta madre! ¡Me cago en tu puta madre!”.
La roja directa para Diego Costa fue inmediata. Ya se había librado de una amarilla en una pugna por un balón con Lenglet a la que llegó pasado de vueltas. Con el codo impactó en la cara del central francés. Gil Manzano no le amonestó, pero no le perdonó su salida de tono. Costa protestó airado y perdió la perspectiva de lo que estaba en juego. Bramó el insulto como si estuviera jugando una mera pachanga. Imperdonable para un jugador que ya ha cumplido la treintena. “Algo estamos haciendo mal porque de once partidos hemos visto siete expulsiones. Le pregunté al colegiado si era tan grave y me comentó lo que escuchó. Costa dice que no dijo eso. Hay una diferencia entre me y te. Si Costa dijo eso me parece bien la decisión del árbitro, está bien expulsado”, manifestó contrariado Diego Pablo Simeone.
La queja de Simeone
Aún dando por buena la expulsión, el técnico del Atlético se quejó de un trato desigual hacia su equipo. “No hablé con Diego Costa, pero muchas veces muchos futbolistas del Barça hacen lo mismo y no los expulsan. El árbitro lo interpretó así, pero no es siempre igual. Le dicen en la cara cosas y las dejan pasar. Pero hay que aguantárselas. ¡Lo echaron a Torres en Champions por dos faltas! ¡A Torres, un icono mundial! Después de ahí los pueden echar a todos”.
La expulsión de Costa supuso la cuarta del delantero hispanobrasileño en el campeonato liguero con la camiseta rojiblanca, la segunda por roja directa. La última vez que dejó a su equipo con diez fue el curso pasado, el día de su debut en el Wanda Metropolitano tras regresar del Chelsea. La hinchada esperaba ansiosa su estreno en casa. Lo hizo ante el Getafe el 6 de enero porque la sanción FIFA por irregularidades en los fichajes de menores de edad impidió al club inscribirle hasta la ventana del mercado invernal.
Costa marcó el segundo gol y por desconocimiento se fue a celebrarlo con la afición, lo que le valió la segunda amarilla. Por entonces, se achacó a su fervor emocional esa expulsión. La de esta vez no tiene excusa. Su expulsión definió el encuentro y acabó de rematar la competición.
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