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Bottas se viste de Hamilton, Ferrari se desmorona

El finlandés supera a su compañero en la salida y firma una carrera perfecta en Melbourne por delante de Hamilton y Verstappen

Oriol Puigdemont
Bottas celebra su victoria en Australia.
Bottas celebra su victoria en Australia.M. T. (Getty)

El misticismo que últimamente acompaña a Lewis Hamilton desapareció drásticamente cuando dio comienzo el primer gran premio de la temporada de Fórmula 1. “Muchas gracias a todos por acompañarme en este viaje”, soltó por la radio el actual campeón solo unos instantes antes de que los semáforos se apagaran en el circuito de Albert Park. Cuando lo hicieron, el británico, colocado en la ‘pole’, vio impotente cómo Valtteri Bottas, su compañero en Mercedes, le superó como un torpedo a pesar de arrancar desde el carril sucio del trazado y salió disparado hacia la victoria, la primera para él desde la que se adjudicó en el Gran Premio de Abu Dabi de 2017. El finlandés se vistió de Hamilton y firmó una carrera perfecta, sin cometer un solo error, martilleando el cronómetro y sin ninguna grieta que diera una pequeña brizna de esperanza a ninguno de sus rivales. Por detrás del corredor de Nastola cruzó la meta su vecino de taller, mientras que Max Verstappen completó un podio, a la vez que puso en relieve el desastre de Ferrari. Carlos Sainz se vio obligado a abandonar en la duodécima vuelta después de que el motor Renault de su McLaren se pusiera a arder cuando el español circulaba el 14º.

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El ritmo de giro exhibido por la Scuderia durante las dos semanas de pruebas que se llevaron a cabo este invierno en Montmeló hizo que la mayoría de expertos coincidiera en señalar a los bólidos rojos como principales favoritos con vistas al primer tramo del curso. Esas previsiones comenzaron a ponerse en entredicho este viernes en la primera jornada de entrenamientos oficiales; todavía se desdibujaron más el sábado, al no poder meterse ninguno de los dos Ferrari en la primera línea de salida y quedaron reducidas a cenizas el domingo: ni Sebastian Vettel (cuarto) ni Charles Leclerc (quinto) estuvieron en ningún momento en condiciones de medirse en corto con Mercedes y lo más grave para los de Maranello, tampoco de poder retener a Verstappen.

El holandés, agresivo como siempre, volvió a demostrar que es uno de los pilotos más hábiles que hay a la hora de adelantar. A la vez, esa tercera posición hizo posible que Honda, nuevo suministrador de motores de la estructura del búfalo rojo, lograra su primer podio desde 2008, en un resultado que empieza a validar la decisión tomada por Red Bull.

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