Portu y Stuani amansan al Leganés
El Girona se impone en Butarque gracias a combinación tierra-aire de sus delanteros
A veces el fútbol es muy simple, bastan dos o tres toques para hacer gol y desquiciar al rival. Así ganó el Girona al Leganés: un balón largo a la cabeza de Stuani, una dejada perfecta de este y la finalización oportuna de Portu. Hasta dos veces se repitió la secuencia en Butarque para que el equipo catalán se llevase una victoria que le mantiene en la zona media y le acerca un poquito a Europa. No mucho peor queda el Leganés, que sigue viviendo tranquilo aunque se llevó el disgusto de la segunda derrota casera en casa, la primera desde septiembre.
Leganés, 0 - Girona, 2
Leganés: Cuéllar; Nyom, Reyes (El Zhar, m. 46), Omeruo, Siovas, Kravets; Óscar, Rubén, Pérez, Recio (Carrillo, m. 65; Braithwaite (Santos, m. 73), En-Nesyri. No utilizados: Lunin, Arnáiz, Juanfran, Vesga.
Girona: Bono; Pedro Porro (A. García, m. 87), Alcalá, Juanpe, Muniesa; Pons, Granell; Portu, Borja García (Ramalho, m. 79), Valery (Planas, m. 64); Stuani. No utilizados: Iraizoz, Doumbia, Lozano, Bernardo.
Goles: 0-1. M. 12. Portu. 0-2. M. 22. Portu.
Árbitro: Munuera Montero. Amonestó a Muniesa, Nyom, Braithwaite, Kravets, En-Nesyri, Recio, Omeruo, Carrillo y Santos. VAR: Iglesias Villanueva.
Butarque, 9.873 espectadores.
El Girona convirtió Butarque en el jardín de su casa. Se sentían a gusto los de Eusebio raseando el balón para desesperar al rival o haciéndolo volar como en los dos primeros goles. La propuesta inicial de Pellegrino siempre suele ser protegerse para ver qué cariz toma el partido, pero muy pronto saltó por los aires. Stuani acarició un balón con la cabeza para que Portu corriese rumbo al gol ante Cuéllar. Diez minutos después se repitió el guion con la novedad de Valery, que encontró la banda izquierda diáfana tras la peinada de Stuani. El centro raso del carrilero encontró la bota de Portu, que marcó a placer.
En la banda Pellegrino no entendía cómo un solo hombre, Stuani, podía derribar a las tres torres que tiene como centrales. Tampoco daba crédito el siempre bullicioso público de Butarque, anestesiado tras las dos puñaladas letales. La sangría pudo ser peor si el disparo a bocajarro de Juanpe no se llega a estrellar en el larguero. Aunque también es cierto que el Girona se salvó por escasos centímetros, en este caso por un fuera de juego que sirvió para anular un gol a Nyom poco antes del descanso. Tan justo fue que ni las imágenes congeladas demostraron si el colegiado -y el VAR- había acertado o errado.
El Leganés necesitaba calentar y agitar el partido si quería sacar algo de jugo, incomodar al Girona por lo menos. Los pepineros adelantaron varios metros su línea de presión y el cambio casi les cuesta un disgusto nada más salir de descansar. Stuani no acertó en su golpeo de derecha. A partir de ahí el choque se calentó. Empezaron a llover los choques y, por consiguiente, las tarjetas. Pellegrino desmontó el armazón defensivo y metió toda la tralla que tenía, El Zhar, Carrillo, Santos, pero nada funcionó. El partido se fue muriendo sin que pasase gran cosa y el Girona vivió tranquilo, como pinta que va a hacerlo lo que queda de Liga.
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