El Valladolid remonta al Eibar en el descuento
Un penalti en el que intervino el VAR, y un gol en un contragolpe, sentencian al cuadro vasco
La fortuna favorece a los valientes, dicen, pero no es el caso. A veces también se alía con los pusilánimes. La lotería le toca al que juega, pero puede ocurrir que alguien se encuentre un boleto premiado en la calle y se haga rico sin proponérselo. Ocurrió en Ipurua, donde el Valladolid se llevó tres puntos que son un tesoro para ellos, y el Eibar se quedó con un palmo de narices, despotricando contra el VAR, y las líneas del fuera de juego.
Y ocurrió todo en el descuento, cuando los pucelanos habían perdido toda esperanza. Ganaba el Eibar, dominaba el partido sin discusión alguna, y los cientos de seguidores del equipo castellano pensaban ya en un dramático viaje de retorno bajo la lluvia, cuando Sergi Enrich falló una clara ocasión para sentenciar el marcador.
En la jugada siguiente, Óscar Plano recibió la pelota en posición dudosa, llegó hasta el área, intentó un disparo defectuoso, y cuando el balón no había salido todavía, tropezó con la pierna de Dmitrovic. Después de cinco minutos de disquisiciones, el árbitro se acercó al monitor del VAR, vio la jugada unas cuantas veces y señaló penalti. Verde marcó el primero de los seis que ha lanzado el Valladolid esta temporada y empató el partido.
El equipo visitante se llevó un alegrón, y el Eibar un disgusto, que no digirió adecuadamente. Todavía intentaba hacer el duelo, cuando Guardiola le robó a Arbilla un balón que le intentaba ceder Cote. Se plantó ante Dmitrovic y marcó el segundo del Valladolid. Todo en cinco minutos nefastos para el Eibar, que se había adelantado con una acción coral de su delantera, tras un centro de Cote en el que tocó de cabeza Charles, de tacón Enrich y remató finalmente Orellana.
La ventaja local era el resultado lógico para un partido igualado en la primera parte, con el Valladolid ahogando las vías de suministro del Eibar por las bandas. Al equipo vasco no le salían las cosas, y aunque dominaba con cierta holgura, no le fluían las ideas como suele ser habitual en su campo, un baluarte desde muchas jornadas atrás.
EIBAR, 1 - VALLADOLID, 2
Eibar: Dmitrovic; Rubén Peña, Ramis, Arbilla, Cote; Diop, Jordán (De Blasis, m. 92), Orellana, Cucurella (Cardona, m. 85); Enrich y Charles (Escalante, m. 70). No utilizados: Riesgo, Bigas, Cardona, Oliveira y Kike García.
Valladolid: Masip; Moyano (Antoñito, m. 81), Kiko Olivas, Calero, Nacho; Michel (Ünal, m. 58), Alcaraz, Keko (Verde, m. 65), Óscar Plano; Anuar y Guardiola. No utilizados: Fariña, Moreno, Duje Cop, y Hacen.
Goles: 1-0. M. 53. Orellana. 1-1. M. 90. Verde (p). 1-2. M. 93. Guardiola.
Árbitro: Medié Jiménez. Tarjetas a Cote, Anuar, Alcaraz, Dmitrovic, Orellana y Cardona. VAR: Prieto Iglesias.
Ipurua. 4.508 espectadores.
Pero, por insistencia, el equipo de Mendilibar consiguió desordenar a su manera el partido, y metió en su campo a un rival un tanto atemorizado en la segunda mitad, que sin poder ofensivo, se conformaba con el empate a cero, un gran riesgo frente a los armeros, que encontraron el camino, con Cucurella y Orellana mucho más activos, y sus delanteros convertidos en una pesadilla.
El Valladolid apenas llegaba, incluso después del gol del Eibar, y se limitaba a achicar balones. En la grada, su afición permanecía silenciosa, apagada, hasta que llegó la jugada que cambió la suerte del partido, el VAR, las maldiciones de Mendilibar, el gol del empate vallisoletano, y el de la victoria. Los seguidores del Valladolid, que rumiaban el regreso, inapetentes tras ver que su equipo se metía en problemas, pasaron a celebrarlo por los bares de Eibar. Una victoria bien vale una ronda de pinchos.
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