Boateng, ni ante el Rayo
Los fichajes invernales del Barça son solo recursos de emergencia
Cuando se abrió la ventana de fichajes de invierno, desde el área deportiva del Barça se propusieron completar a una plantilla que sufría desgaste por la cantidad de minutos acumulados, también porque entendían que si querían pelear por el triplete necesitaban alternativas a lo puesto, tal y como demostró la pifia europea del curso anterior ante la Roma. Así, después de que la directiva se negara a poner dinero porque el club no está para alegrías, el dedo bajó bastante en la lista de futuribles y se acabó por lograr las cesiones del atacante Kevin-Prince Boateng (Sassuolo) y del central Jeison Murillo (Valencia).
El 31 de diciembre, además, se cerró sobre la bocina la incorporación del también zaguero Jean-Clair Todibo (Toulouse), que costó un millón. Esa tarde, desde la secretaría técnica se pudo escuchar: “El cuerpo técnico tiene las herramientas que necesita. No se puede quejar”. Pero Valverde sabe que esas herramientas son poco más que aderezo, jugadores que como mucho disputarán un pequeño ramillete de partidos como el disputado el miércoles, la Supercopa de Catalunya frente al Girona. Este sábado, ante el Rayo (18.30, beIN LaLiga), por ejemplo, Todibo y Boateng se quedan en casa —“tiene que trabajar para darle la vuelta. Si no fuera él, sería otro”, explicó Valverde— y Murillo entra en la convocatoria porque Lenglet está sancionado.
“El área deportiva no quería que nos ocurriera la Ley de Murphy. Si algo malo puede pasar, pasará. Así que Boateng y Murillo llegaron para dar fondo de armario, para ser utilizados en caso de emergencia porque en el filial no había futbolistas que convencieran. Por eso, se propusieron prevenir antes que curar”, relatan desde las oficinas de la ciudad deportiva. “Valverde solo puso dos condiciones: que conocieran LaLiga y que pudieran dar rendimiento inmediato en caso de que los necesitara”, señalan desde del Camp Nou. Y, desde el club, añaden: “Queríamos futbolistas que no les pesara la camiseta”. Pero solo en caso de emergencia y así se lo dijeron a ambos antes de ficharles, convencidos por la oportunidad de compartir vestuario con Messi, de poder levantar títulos y también por un sueldo generoso. “El rol lo tienen más que claro”, amplían desde el Barça.
“Que cumplan”
Boateng, de 32 años, falto de ritmo y pesado como se vio en la Supercopa de Catalunya, dará relevo a Luis Suárez cuando lo necesite y Murillo, que no encaja con la definición del central azulgrana, difícilmente jugará otro partido porque Umtiti ya está recuperado y tiene a cuatro centrales por delante. “Lo importante”, resaltan desde el club, “es que cuando jueguen cumplan. Algo que se ha dado hasta el momento porque, aunque no fueron los mejores, tampoco los peores. Y no se les puede juzgar por otra cosa que no sea por los pocos minutos que están en el campo”.
Todibo fue un caso distinto porque iba a llegar gratis en verano, pero desde el Barça entendieron que el castigo de apartarle por parte del Toulouse era excesivo. “Primero no querían escuchar, pero el área deportiva negoció con fuerza porque era una situación injusta con un futbolista que sería nuestro. Se llegó a un acuerdo y eso beneficia a Todibo y también al Barça en un futuro”, desvelan desde el Camp Nou.
Frente al Girona, Todibo actuó más de mediocentro que de central y demostró que tiene clase, cuerpo y pies para jugar, todavía verde en lo táctico. Se sabe, además, que a Valverde le gusta lo que ve. Pero, como Boateng y Murillo, en este curso todavía tiene uno o varios tapones por delante.
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