“Es un golpe a la Liga. Es para disfrutar”
Piqué reconoce la trascencia del triunfo para el cameponato. "Queda un mundo", dijo Valverde, más comedido que sus jugadores
Minutos después de que el Barcelona le asestara el segundo varapalo al Real Madrid en tres días, Gerard Piqué volvió asomar por el túnel de vestuarios de Chamartín. Móvil en mano, con el estadio vacío, saltó al césped solo, ante la única presencia de los aficionados culés, ubicados en el cuarto anfiteatro del fondo norte del Bernabéu. Piqué, aclamado al grito de "¡Presidente, presidente!" por el más de un centenar de hinchas azulgranas que acudieron al estadio del Madrid, comenzó a grabar con su teléfono. No era para menos: el Barça acababa de abrochar LaLiga ante su archienemigo.
Los jugadores, con 12 puntos de ventaja con el Madrid y un mínimo de siete con el Atlético, así lo celebraron. Poco antes de saltar en soledad al verde del Bernabéu, Piqué se encargó de agitar el festejo de la plantilla en el córner situado en la esquina en la que se congrega la afición visitante. “Es un golpe a la liga, pero no sé si definitivo”, reconoció el propio central, que habló de la importancia de no cometer ningún error en las próximas jornadas. “Tenemos cierta tranquilidad para afrontar los últimos partidos, pero no servirá de nada si hacemos el tonto en casa ante el Rayo”.
Más comedido que Piqué se mostró Ernesto Valverde. El Txingurri ni siquiera se atrevió a dar por descartado al Madrid. “Hasta ningún punto damos por muerto al Madrid. Queda un mundo. El Madrid es capaz de ganar un montón de puntos seguidos y sigue ahí. Tenemos mucho mérito por tener esta diferencia. Parece fácil y no lo es. Pero es cierto que miramos más al Atlético, siempre miras más al segundo, aunque no es el único rival, queda mucho”, dijo el entrenador.
“Tenemos una ventaja amplia respecto del Madrid, pero hay más equipos. Quedan muchas jornadas, respeto para los rivales y en concreto para el Atlético, que es el que nos sigue [a 10 puntos, con un partido menos]”, se sumó Busquets. “Al Madrid no se le puede descartar por la lucha. Pero nosotros debemos fijarnos en nosotros y mantener las distancias con Atlético y Madrid”, dijo Ter Stegen. Y también apuntó Rakitic: “Hemos dado un paso importante. Es para disfrutar, que los culés se tomen alguna cervecita. Se lo merecen y nosotros también”.
El croata materializó con su gol un triunfo histórico. Primero, porque 87 años después el Barça lidera el balance en los clásicos con 96 victorias por las 95 del Madrid; segundo, porque es la primera vez que los azulgrana ganan tres partidos seguidos en feudo madridista; y tercero, porque es el cuarto clásico consecutivo de LaLiga que cae de su lado, un registro que el Real no cosechaba ante ningún rival.
Los jugadores y el entrenador azulgrana coincidieron en que mejoraron su versión con respecto al clásico de Copa. “Hemos estado mucho mejor. En Copa el balón no fluía, y en esta ocasión hemos dado un paso adelante. Ha sido un partido duro con un marcador muy justo. Estábamos expuestos al empate”, argumentó Valverde. “Hemos estado mejor y hemos tenido el balón”, coincidió Busquets, al igual que Piqué.
“Fue un partido diferente. Jugamos mejor que el miércoles y el resultado fue menos abultado”, dijo el defensa, que se encaró con la hinchada del Bernabéu. Centro de los pitos del público, Piqué realizó varios gestos al graderío cuando el colegiado señaló el intermedio. “Me refería a que hablaran porque los árbitros a veces van a su favor. Las pulsaciones van a mil, pero era un gesto en general. Me gusta que el ambiente esté caldeado y ha sido para ambientar un poco más el tema. Me encanta venir aquí. Si soy profesional es para jugar partidos como este y en este ambiente. En otros partidos cuesta más motivarse”, explicó el jugador, que aseguró mantener una buena relación con los jugadores del Madrid.
“La intensidad no se tiene que entender mal. Me llevo genial con ellos. La cordialidad es mutua, tenemos mucho contacto y comparado con años anteriores no tiene nada que ver. La rivalidad es la que hay”. Piqué cerró el clásico en soledad, ante la aclamación de sus hinchas. Antes, lideró al equipo en el campo y a sus colegas en el festejo. La semana fue redonda para el Barça, ya en la final de Copa y con LaLiga a tiro.
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