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Laprovittola, el pibe de ‘Space Jam’

El base argentino del Joventut, héroe de cuartos, se aficionó al baloncesto con la película de Jordan y con su actuación de dibujos animados ante el Baskonia aportó 3.600 euros a la lucha contra el cáncer infantil

Faustino Sáez
Laprovittola, ante el Baskonia
Laprovittola, ante el Baskoniaacb photo

“Empecé a jugar a los siete años en mi barrio de Morón, en Buenos Aires. Me lancé a este deporte por la película de dibujos animados de Space Jam, la de Jordan... aunque no era de superhéroes como vosotros”, confesó Nicolás Laprovittola en vísperas de la competición copera a los jóvenes periodistas de Radio Pelona, niños de entre cinco y 10 años que juegan el partido contra el cáncer infantil al amparo de la Fundación Unoentrecienmil. De ellos partió la iniciativa de poner cordones dorados en las zapatillas de un jugador de cada uno de los ocho equipos participantes en la Copa y transformar sus puntos en dinero (100 euros por cada punto) para investigar en la búsqueda de tratamientos contra la enfermedad. El base argentino del Joventut, héroe absoluto del duelo de cuartos ante el Baskonia, consiguió 3.600 euros para la causa gracias a un trance con el que entró directamente en la historia del torneo: 36 puntos, 7 asistencias, 9 faltas recibidas y 50 créditos de valoración. Unos números que fulminaron la plusmarca que estableció Tanoka Beard como jugador del Pamesa Valencia en un partido de cuartos de la Copa de 2000 ante el Unicaja, con 24 puntos, 20 rebotes y 47 de valoración. El Real Madrid, de Campazzo y Deck, espera en semifinales para medir el estado de gracia del argentino de moda.

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El trance de Laprovittola

"Yo solo me tomé el café que el delegado Adri me hizo antes de subir al bus", ironizó el genio, de 29 años y 1,94m, cuando le preguntaron por el secreto de la gesta.Los 36 puntos de Laprovittola mejoraron además la máxima anotación de un jugador de la Penya en Copa, superando los 35 que logró Jordi Villacampa en el partido por el tercer y cuarto puesto de la edición de 1991 ante el Real Madrid. Ningún jugador conseguía anotar 36 puntos en el torneo desde los 37 de Joe Arlauckas en los cuartos de 1997 ante el Barça, aunque aquel partido tuvo dos prórrogas y el de Rochester terminó disputando más de 42 minutos. “Me ha salido todo. Era consciente durante el partido de mi actuación, pero al conocer el dato final de los 50 de valoración me sorprendí muchísimo. Doy gracias a mis compañeros y entrenadores. Me han dado el mando del equipo, me dejan liderar, me dejan crear y divertirme en la cancha y eso me ayuda mucho”, contó tras arrasar al Baskonia de Perasovic. "Ahora, más que pensar en que he hecho historia, voy a pensar en todos los dolores que tengo, en cuidarme para semifinales", bromeó contabilizando mentalmente sus achaques. "Lo de los récords ya quedará para más adelante, ya lo asimilaré. Este club tiene mucha historia y el disfrutar jugando es lo único que importa", resumió ambicioso Laprovittola. “En días así te sientes el rey. Entra todo lo que tiras, ves la pista más grande, encuentras todos los pases, estás más rápido que nunca y él estuvo on fire desde el minuto uno”, apuntó el mítico Jaka Lakovic, técnico asistente del Joventut, sumándose a la admiración general.

Hace apenas dos semanas, Laprovittola sacudió la Liga ACB con 40 puntos, 3 asistencias y 1 tapón, para finalizar con 34 de valoración ante el Gran Canaria y conseguir así la cuarta designación de su carrera como jugador de la jornada. “Le conocemos bien y sabemos de lo que es capaz. Cuando está con confianza no hay quien le pare. En los momentos calientes juega con inteligencia, sabe perfectamente cuándo pasar o cuando tirar y genera muchos espacios. ¡Siempre en mi equipo!”, explicó su compatriota y compañero de equipo Marcos Delía. “Ahora está feliz”, recalca el pívot, conocedor del largo trasiego de Lapro para buscar su hueco en el mundo del baloncesto. A finales de enero de 2018 fichó por el Joventut de Badalona y si finaliza esta campaña en las filas del conjunto verdinegro será la primera vez que complete curso desde que lo lograra con el Flamengo brasileño en 2015, su primer destino tras salir de Lanús (2007-2013). De Brasil voló a Lituania, donde apenas permaneció seis meses con el Lietuvos Rytas antes de fichar por el Estudiantes. Otra estación de paso, esta vez rumbo al sueño de la NBA.

En verano de 2016 Laprovittola realizó la pretemporada con los San Antonio Spurs donde estaban sus compatriotas Ginóbili y Garino y en octubre Popovich le reclutó definitivamente para empezar el curso aunque la apuesta languideció rápido. Disputó 18 partidos (3,3 puntos, 1,6 asistencias y 9,7 minutos de media) en la meca estadounidense antes de hacer las maletas de vuelta a España, ahora al Baskonia, donde jugó entre enero y junio de 2017. Tampoco cuajó la apuesta y se marchó lejos a rumiar la decepción, a San Petesburgo. De allí lo rescató el Joventut, inmerso en la más grave crisis de su historia. Primero logró la salvación con La Penya en un apasionante final de temporada y ahora, convertido en ídolo y guía absoluto del equipo, busca el sueño de la Copa. Una carrerilla que le permite ilusionarse con el próximo Mundial. “Liga Endesa es la mejor de Europa y para los argentinos, para la selección, para nuestra liga y para los jóvenes que vienen es muy bueno que haya tantos argentinos compitiendo en España a buen nivel (10). Eso empuja a otros chicos a probarse acá para crecer en un nivel importante. Nos sentimos cómodos en España, nos tratan bien, y eso nos permite dejar huella”, apunta el base, que debutó con la absoluta de su país en os Juegos de 2012. “En Argentina somos muy exigentes y por eso cuesta manejar el relevo generacional de la generación dorada pero por suerte tenemos a Luis [Scola] que aún nos ayuda a armarnos como equipo y a construir la química que necesitamos para tirar hacia delante. Tenemos un Mundial por vivir y vamos a por todas”. Ilusión y ambición, la misma mezcla con la que el pibe del barrio de Morón se lanzó a jugar al baloncesto tras quedar fascinado por Space Jam.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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