Joaquín permite al Betis soñar con ‘su final’
Los de Setién llegan a semifinales en la prórroga tras remontar ante el Espanyol con tantos de Lo Celso, León y Mandi
No hubo pausa en el Villamarín en un partido trepidante, donde la Copa destapó todo su tarro de las esencias para brindar un partido estupendo, lleno de alternativas, con dominio intenso y dos equipos libres de complejos en busca de las semifinales. Pasó el Betis en medio de una emoción enorme, en la prórroga, tras remontar el gol de Baptistao, con el eterno Joaquín impulsando a su equipo. 14 años después, Joaquín volvió a conducir al Betis a las semifinales. Nunca acaba el fútbol para el extremo, alma eterna de este Betis que crece en busca de protagonismo deportivo. En la Copa, con final en el Villamarín, el equipo de Setién ha puesto los cinco sentidos.
Betis, 3-Espanyol, 1
Betis: Robles; Francis, Mandi, Bartra, Sidnei, Guardado (Javi García, m. 103); Carvalho (Joaquín, m. 55), Lo Celso, Canales; Lainez (León, m. 61) y Loren. No utilizados: Pau López; Barragán, Feddal y Kaptoum.
Espanyol: Roberto; Javi López, Hermoso, Lluis, Rosales; Roca, Víctor Sánchez, Melendo (Granero, m. 68); Leo (Darder, m. 95), Iglesias y Piatti (Sergio García, m. 81). No utilizados: Diego López; Campuzano, Indias y Puado.
Goles: 0-1. M. 33. Leo. 1-1. M. 76. Lo Celso. 2-1. M. 96. Sergio León. 3-1. M. 99. Mandi.
Árbitro: De Burgos Bengoechea. Expulsó a Roca (m. 94). Amonestó a Hermoso, Lainez, Lo Celso, Mandi, Rosales, Granero, Leo, Canales y Francis. Árbitro de VAR: Jaime Latre.
Benito Villamarín. 40.028 espectadores.
También los puso el Espanyol en un choque afrontó con una gran inteligencia, cayendo de pie, herido por jugar la prórroga en inferioridad por la expulsión de Roca en la última acción del tiempo reglamentario. Más fresco, impulsado por su buen segundo, donde llegó el gol de Lo Celso, el Betis se impuso en la prórroga ante un Espanyol desfondado. Marcó Sergio León después de un jugadón, reivindicándose ante Setién, que no cuenta mucho con él. Luego lo hizo Mandi, un central que crece y crece a las órdenes del entrenador cántabro. El Espanyol no podía más. El Betis, con sufrimiento, con Joaquín, Lo Celso y Canales tirando del carro, se metió en las semifinales de la Copa, su Copa.
La Copa tiene estas cosas. Un torneo especial, donde apenas valen los pronósticos previos. Vapuleado por el Madrid, con el rumbo algo perdido en un errático 2019 y con el mercado chino acechando a uno de sus mejores hombres Leo Baptistao, muy pocos podían esperar el buen primer tiempo que el Espanyol ofreció en el Benito Villamarín. Un equipo solidario, bien colocado, que supo parar al Betis, demasiado fatigado y sin chispa, incapaz de combinar con la fluidez habitual. El Espanyol tomó el mando del partido desde el minuto uno, descargando el juego en Borja Iglesias, alimentándose de las carreras de Leo y el fútbol de Melendo. El Betis, demasiado cascado, sin gol, tuvo también el defecto de no ser contundente en defensa. Ya mostró sus carencias a los 23 minutos, cuando Leo remató solo en el área pequeña una dejada de Iglesias. El sistema defensivo verdiblanco crujió de manera lamentable.
El problema se agudizó a los 33 minutos. Una falta evitable de Bartra sobre Piatti la remató Baptistao con un remate de cabeza que retrató la defensa de Loren. El gol, que el brasileño no celebró por su pasado bético, heló al Villamarín, algo mustio por la lluvia que caía en Sevilla, perplejo ante la superioridad de un Espanyol con el que nadie contaba. En la fiesta catalana, futbolistas como Lo Celso o Guardado, que actuó de lateral ante las lesiones de Junior y Tello, se mostraron incapaces de tomarle el pulso al choque. Solo Canales dejó destellos de alguna calidad, sin continuidad para desarmar el sistema defensivo de un ordenado Espanyol, al que tampoco le hacían daño las carreras del joven Lainez, que se estrenaba de titular en el Villamarín.
El Espanyol comenzó bien la segunda mitad. Robles salvó un remate de Iglesias, que se marcó un partidazo mientras tuvo fuerzas. El Betis apenas respondía, pero Setién tenía una bala decisiva. Salió Joaquín y el Villamarín se encendió. El extremo, pegado a la cal, donde fue determinante en sus inicios, le dio un pase de oro a Lo Celso para que el argentino empatara. Llegó el error de Roca, la prórroga y el triunfo del Betis, que saboreó su primer éxito del ejercicio.
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