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Dinamarca-Noruega, la final del Mundial

Los daneses, liderados por un imperial Mikkel Hansen, destrozan a Francia y los noruegos del emergente Sagosen sorprenden en su casa a Alemania

Lorenzo Calonge
Mikkel Hansen, en el Dinamarca-Francia.
Mikkel Hansen, en el Dinamarca-Francia.PATRIK STOLLARZ (AFP)

Desde 2005, el anfitrión siempre ha estado en las semifinales del Mundial. La norma también se cumplió esta vez con Alemania y Dinamarca (eran dos en esta ocasión), aunque la penúltima frontera al título se cerró para los germanos. La caldera de Hamburgo, con 20.000 aficionados, y la sobreexcitación de su selección no alcanzaron ante el balonmano noruego (25-31), que vuelve a la final dos años después de perderla ante Francia. En esta ocasión, su rival no serán los galos, que terminaron destrozados por una Dinamarca imperial (38-30). El domingo, en Herning, al grupo liderado por el emergente Sagosen le espera otro infierno en las gradas y el jugador con la presencia más intimidatoria, Mikkel Hansen.

Alemania, 25 - Noruega, 31

Alemania: Wolff; Groetzki (2), Wiede (5), Drux (1), Fath (-), Gensheimer (7, 4p) y Pekeler (1) -equipo inicial- Heinevetter (ps), Lemke (-), Wiencek (-), Suton (1), Weindhold (-), Hafner (-), Musche (1p), Bohm (6) y Kohlbacher (1)

Noruega: Bergerud; Bjornsen (3), Rod (7), Gullerud (1), O'Sullivan (1), Sagosen (6) y Jondal (4, 3p) -equipo inicial- Christensen (ps), Myrhol (6), Jakobsen (-), Overby (-), Johannessen (2), Tangen (1), Reinkind (-), Blonz (-) y Hansen (-)

Marcador cada cinco minutos: 3-1, 3-4, 6-5, 7-9, 10-12 y 12-14 (Descanso) 15-17, 17-21, 20-23, 22-25, 23-27 y 25-31 (Final)

Árbitros: Horacek y Novotny (CZE). Expulsaron por tres exclusiones al jugador de Alemania Hendrik Pekeler (m.43).

El escenario y el momento invitaban al tembleque de piernas de Noruega, pero nada de eso ocurrió. A partir del 3-1 inicial de los germanos, respondido con un parcial de 0-3, el partido fue en todo momento de los nórdicos. Los alemanes exhibían dureza defensiva y su rival replicaba con templanza de ánimo y aplicación en toda la pista. Los dos equipos caminaban por carriles distintos. Unos, por la vía emocional. Otros, por la frialdad. Y siempre dio la impresión de que la apuesta vencedora sería la segunda.

Al compás de Sagosen (seis goles y 10 asistencias) y de Rod (siete dianas), Noruega mantuvo a raya a los anfitriones desde ese 3-4 inicial. Las sensaciones siempre resultaron superiores a las ventajas, que en la primera parte no fueron más allá de los tres tantos. Al descanso se llegó con un 12-14, pero al inicio de la segunda parte los visitantes dieron un acelerón (15-19 en el minuto 37). Alemania no tuvo otro plan que el mostrado hasta entonces. Siguió en el fragor de su batalla. Insuficiente. El choque se fue apagando y una acción de Sagosen a falta de poco más de un minuto dio carpetazo al duelo. Lo peor para los ganadores fue ver cómo en el último instante Rod se tenía que retirar con fuertes gestos de dolor, a menos de 48 horas de la final.  

Dinamarca, 38 - Francia, 30

Dinamarca: Niklas Landin (2); Svan (4), Mensah (-), Mollgaard (-), Zachariassen (5), Lauge (6) y Magnus Landin (3) -equipo inicial- Green (ps), Mortensen (-), Markussen (-), Henrik Toft (1), Mikkel Hansen (12, 4p), Olsen (5), Johan Hansen (-), Oris (-) y Hald (-)

Francia: Gerard; Porte (-), Mem (1), Mahe (8, 2p), N'Guessan (4), Guigou (1p) y Fabregas (3) -equipo inicial- Dumoulin (ps), Remili (2), Lagarde (3), Richardson (6, 2p), Nikola Karabatic (-), Grebille (-), Abalo (1), Luka Karabatic (1) y Dipanda (-)

Marcador cada cinco minutos: 4-3, 6-4, 9-5, 13-9, 18-13 y 21-15 (Descanso) 24-18, 27-19, 31-22, 33-26, 35-28 y 38-30 (Final)

Árbitros: Gubica y Milosevic (CRO). Excluyeron por dos minutos a Zachariassen, Mollgaard (2) por Dinamarca; y a Fabregas, N'Guessan, Nikola Karabatic y Luka Karabatic por Francia.

La primera semifinal fue un festival de Dinamarca, invicta en todo el torneo. La campeona del mundo, Francia, fue un pelele en manos de Mikkel Hansen (12 goles en 15 lanzamientos), dominador absoluto de todo. La intención gala de endurecer el choque, llevarlo a una batalla en cada centímetro de la cancha, no pasó del cajón de los propósitos. En ningún momento el equipo de Didier Dinart comprometió a su rival. Su defensa y su portería fueron agujereadas sin piedad. Los 21 tantos encajados en la primera parte hablan de la tortura que sufrió. Solo dos paradas y un 81% de aciertos daneses hasta el descanso dejaron sin opciones a Francia en el resto del encuentro. Y, en realidad, la finalista siempre dio la sensación de que todavía le quedaba una marcha más por meter si hubiera sido necesario. 

La primera media hora (21-15) fue el inicio y el final del duelo. El partido no dio para mucho más. Arrancó con un tanto de Hansen y terminó con otro suyo sobre la bocina. Un festival del máximo anotador del torneo, que empezó la tarde con 53 dianas y la cerró con 65. A la vuelta de los vestuarios, el guion se prolongó y la diferencia se ensanchó hasta la decena (32-22). Fue una fiesta de los daneses, que se relamen ante una final en su casa. Solo les queda un puerto por ascender, pero de categoría especial: la crecida Noruega de Sagosen.

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