Brahim Díaz: otro diamante que pulir en el Real Madrid
El club blanco ultima con el City el fichaje de Brahim Díaz, un polivalente y fino jugador de 19 años
Mientras en Valdebebas Santiago Solari busca fórmulas para revitalizar su equipo, la planta noble del Bernabéu prosigue con su inexorable plan de renovar la plantilla con jóvenes proyectos de gran potencial. A ese perfil responde el malagueño Brahim Abdelkader Díaz, de 19 años, el fichaje que ultima el Real Madrid para este mercado de invierno. Tras criarse en el Málaga, Brahim llevaba desde los 13 en la academia del Manchester City y que aún no había alcanzado los 500 minutos de juego con el primer equipo desde que debutara en 2016. El próximo mes de junio finalizaba su contrato con el club inglés y el jugador había rechazado toda oferta de renovación. La formidable calidad que el equipo de Guardiola atesora en sus puestos de ataque genera una atmósfera de competencia interna bajo la cual las jóvenes promesas de la plantilla se ven abocadas a armarse de paciencia. Pero a Brahim, dueño de una personalidad impropia de un adolescente, parece guiarle el ansia por triunfar que le caracteriza desde que era un crío.
El City ha construido un equipo atractivo, eficaz y sofisticado. Conquistó la pasada Premier con muchos futbolistas de ataque de distinto pelaje y edad acostumbrados a alcanzar la excelencia casi cada domingo. Una fascinante brigada que incluye a David Silva, Agüero, De Bruyne, Gundogan, Mahrez, Sterling, Sané, Bernardo Silva o Gabriel Jesús. Esta temporada Brahim no ha jugado ni un solo partido en la Premier ni en la Champions. Apenas ha acumulado 214 minutos en competiciones menores como la Copa de la Liga o la Community Shield. A ese ecosistema alimentado de la máxima exigencia bajo la cátedra de Guardiola ya renunció en 2017 Jadon Sancho, otro emergente cachorro de la academia del City que ahora marca goles en el Borussia Dortmund y ha debutado con la selección inglesa.
Brahim había llegado a Manchester en 2014 con sólo 13 años, cuando el club pagó 350.000 euros al Málaga. Una cifra exorbitante por un infantil, pero un precio de mercado ajustado a las ingentes expectativas que el malagueño había despertado desde que llegó al fútbol base del club andaluz con ocho años. Parecía un potrillo al que toda la ropa le quedaba grande. Pero su complicidad con la pelota resultaba impresionante. En tiempos en los que casi todos los niños parecen cortados por el mismo patrón formativo Brahim Díaz destacaba en muchos matices impropios de su edad. Juan Tomás Alcaide, Tomy, era un avezado ojeador del sistema de captación del Barcelona en Andalucía. En la navidad de 2010 avisó a sus superiores de que en el infantil del Málaga jugaba un chico extraordinariamente distinto.
Albert Puig entrena hoy al New York City de la MLS junto a Domenec Torrent (exayudante de Guardiola). Fue coordinador del fútbol base azulgrana entre 2010 y 2014, y mano derecha de Guillermo Amor. Ahora recuerda en conversación con EL PAÍS el impacto que supuso ver jugar por primera vez a Brahim y cómo trató de reclutarlo. “Me sorprendió hasta la manera de correr. Parecía criado en la Masia, pero además dotado de un talento natural verdaderamente especial. Cuando tocó el balón dos veces ya se apreciaba todo lo que tenía dentro. Le invitamos de inmediato a Barcelona unos días para que conociera cómo viven y entrenan nuestros chicos”. Durante esa visita, Puig sorprendió a Brahim presentándole a varios miembros del primer equipo, y a su entrenador, Pep Guardiola. El crío llegó a pelotear con Iniesta y otros ídolos.
El melillense Sufiel Abdelkader es el progenitor de Brahim, que nació cuando su padre tenía 18 años y tiene cuatro hermanas menores. La familia se crio en el barrio malagueño de Dos Hermanas, un entorno muy humilde. En febrero Sufiel firmaba un acuerdo para que su hijo se integrara en el fútbol base del Barcelona. Un simple cambio de residencia dejaba al Málaga al margen de la operación. En abril de 2011 Brahim lideraba el divertido equipo alevín de fútbol 7 que el club andaluz presentaba en el prestigioso torneo MIC que se celebra en la Costa Brava. Josep María París era entonces el responsable de atención a los observadores en esa competición, que siempre atrae la atención de los grandes clubes europeos. París recuerda el hormiguero de ojeadores interesados en Brahim. Su calidad era la sensación del torneo, mientras que el acuerdo con el Barça permanecía en secreto. “Generó una expectación enorme entre los enviados por los clubes. Era un niño listísimo, aplicado y muy maduro para su edad que jugaba de manera desequilibrante sin artificios y con naturalidad”. El Málaga derrotaría en la final al Athletic por 4-1 y Brahim, con su inconfundible fútbol regado de picardía callejera, fue elegido mejor jugador del torneo.
Albert Puig recuerda que bajo un físico menudo se escondía “un jugador desequilibrante capaz de jugar en todas las posiciones ofensivas, por las bandas o por dentro. Extraordinariamente ambidiestro. Destacaba sobre todo en el uno contra uno, pero también en el remate, en el pase… Un repertorio técnico de profesional. Pensaba antes que todos, cambiaba de ritmo con una facilidad tremenda y entendía muy bien el juego. Incluso era generoso. Un chico muy especial”. Pero el jeque Al Thani, propietario del Málaga, iba a alterar los planes del Barcelona. “En junio acudimos al torneo nacional alevín en Cádiz y Sufi, el padre de Brahim, nos comunicó que el Málaga les había hecho una oferta irrechazable. Más de 100.000 euros anuales, una casa en Guadalmina para la familia, un puesto de trabajo para el padre, seguro médico y colegio privado para el jugador y sus hermanas” afirma Puig. También la promesa de que con 16 años pasaría al primer equipo, como recordaba Manel Casanova, el competente director de la cantera malaguista fallecido en 2017, que siempre destacó la maravillosa visión de juego de Brahim como pico de sus virtudes. Puig recuerda que la postura del Barcelona fue no hacer nada: “La oferta del Málaga estaba fuera de toda normalidad. Nuestro acuerdo nunca se ejecutó, ni el club entabló acciones legales. No podíamos interferir en la decisión de la familia. Un año más tarde intentamos una negociación con el Málaga y nos pidieron más de 300.000 euros. Todo se dilató, pero el Barça siempre estuvo pendiente de su evolución”. Brahim adoptó su nueva figura de estandarte de la fértil cantera malaguista. Hasta que Al Thani comenzó un proceso de desinversión en el club y a Brahim le llegó la posibilidad de seguir creciendo… en tierra británica.
SU PASO POR INGLATERRA
En enero de 2014 el Manchester City ficha a Brahim con 13 años, en edad infantil, indemnizando al Málaga con 350.000 euros. El club, a punto de inaugurar las flamantes instalaciones de su nueva Academia, estaba desarrollando un ambicioso programa para potenciar el fútbol formativo. Brahim tenía nuevo representante desde 2012: Pere Guardiola, hermano de Pep Guardiola, que por entonces cumplía su primer curso en el Bayern de Múnich. En el banquillo del primer equipo de los Citizens se sentaba Manuel Pellegrini, exentrenador del Málaga que ya conocía el potencial de Brahim. El jugador, acostumbrado en Andalucía a jugar siempre una categoría por encima de su edad, se adaptó perfectamente a su nueva vida, tras mudarse a Manchester con su familia, perfeccionar un inglés fluido y demostrar sobradamente que el fútbol formativo de Inglaterra queda bastante por debajo de su nivel. Acumuló experiencia juvenil sobre todo en la Premier League Two (sub-21) y en tres ediciones de la UEFA Youth League, mientras subía peldaños en selecciones españolas hasta debutar con 18 años en la sub-21.
Brahim se siente cómodo cerca del área en espacios interiores, con una notable capacidad asociativa, pero destaca también como extremo. Su verticalidad explota en el último tercio de campo. Ha ido ganando potencia, y aprovecha su bajo punto de gravedad (sólo mide 1,70m) para ejecutar giros y cambios de ritmo de alta intensidad. Su enorme polvorín técnico le permite ejecutar acciones complejas en alta velocidad y muestra amplísimos recursos en el regate. Todo lo que apuntaba de alevín. No es un gran rematador ni va bien por arriba, pero su exquisito manejo con las dos piernas le convierte en una especie muy particular. Sus carencias residen en el trabajo defensivo. No porque no sea proclive al esfuerzo, sino porque desde pequeño, dada su escasa envergadura, generó automatismos de autodefensa para evitar fricciones, choques y duelos físicos. Uno de los quebraderos de cabeza para Guardiola en los últimos dos cursos ha sido dar oportunidades a sus jóvenes promesas, como el centrocampista Phil Foden, de 18 años, que duplica el número de minutos disputados este curso por Brahim. La superpoblación de atacantes de gran jerarquía no permitía hacer lo mismo con el malagueño que además rechazó las ofertas de renovación. Fue el entorno del jugador el que llamó a las puertas de Chamartín. Ahora Brahim llega a Madrid con un mínimo bagaje en la élite, pero manteniendo en su fútbol la singular esencia de aquel pequeño potro que tomaba la pelota, arrancaba y frenaba súbitamente para que los caballos pasaran de largo en los campos malagueños.
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