Rakitic honra la jornada solidaria del Camp Nou
El croata lidera a un Barça que mezcló bien a los jóvenes y veteranos ante una aseada Cultural
No hay mejor jugador de equipo en el Barça que Rakitic, siempre disponible, dispuesto para los mejores partidos y también para las jornadas de engorro, una perla para los distintos entrenadores que pasan por el Camp Nou. Ante la Cutural, jugó con la grandeza que se le supone al capitán del Barcelona. Alrededor del croata jugaron los jóvenes y los veteranos azulgrana con dignidad e intensidad, también con vitalidad, una actitud que es de agradecer en un encuentro sin interés aparente, únicamente abierto durante un cuarto de hora, tiempo para mirar y preguntar por el cuestionado entrenador Víctor Cea.
Muy exigida en la Liga, la Cultural Leonesa se liberó en la Copa al salir al Camp Nou. Jugó bastante bien durante un ratito, a gusto en una cancha larga y ancha, como si fuera un equipo de altos vuelos, ordenado y cuidadoso con la pelota, exigente para el Barça. La afición, sin embargo, no había acudido al estadio para ver al equipo de Víctor Cea sino al Barcelona, así que los espectadores pasaron rápidamente de respetar el minuto de silencio a montar una sonora ola, señal de que no tenían dónde atender en el Camp Nou hasta que apareció Munir.
El ariete culminó una estupenda jugada coral manejada por Denis Suárez y por supuesto por Rakitic: 1-0. Munir tiene gol y a Denis siempre se le supuso el juego y el tiro que por fin se advirtieron en el 2-0, jugada que también inició el capitán del Barça. Rakitic participó igualmente en el 3-0, con un centro que remató de cabeza Malcom. Habían marcado los tres puntas, un gol por barba, la mejor forma de premiar la aseada y socializada actuación del Barça. No podía responder de mejor manera el equipo de Valverde a la jornada solidaria del Camp Nou.
Alcanzado el descanso, ya con cuatro goles de ventaja —la ida se cerró con 0-1—, Rakitic pasó a ver el partido con las figuras del equipo, cerca de Messi y Luis Suárez, al que se le espera impacientemente para el derbi del sábado con el Espanyol. Los azulgrana se relajaron tanto con los cambios que hasta Cillessen se gustó en una palomita fallida que dejó la pelota a pies de Señé para el 3-1.
Nadie reparaba, en cualquier caso, en el marcador sino en la salida de Riqui Puig, futbolista que se hace mirar por pequeño y juguetón, también por sus botas fluorescentes, signo de los nuevos tiempos en las promesas de La Masia. El secreto del volante está en sus delicados pies como saben los técnicos del Barça. El talento de Riqui quedó manifiesto en el toque del 4-1 que embocó Denis.
Los detalles a veces distraen y la rueda de cambios también ayuda a la dispersión, incluso en un torneo pasional como la Copa. Riqui, sin embargo, nunca está de paso sino que su toque sobresale siempre, funciona como un punto de inflexión, como sucedió después de unos buenos minutos de la Cultural Leonesa. Las causas individuales, expresadas en el goleador Denis y el solista Riqui, ayudaron a llenar un partido ya resuelto de forma grupal por el Barça de Rakitic y también el participativo Aleñá.
Valverde acertó con la mezcla en la alineación y el partido pasó estupendamente como un trago de cerveza en una noche apacible, con el único sobresalto de la lesión de tobillo y el llanto de Malcom. Compitió bien la Cultural y jugó también bien el Barça.
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