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LaLiga Santander jornada 12
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Leganés
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El Girona se queda sin ideas ni premio

El equipo de Eusebio gobierna el balón, pero es incapaz de superar el eficiente entramado defensivo del Leganés

Jordi Quixano
Ojeda, con juego peligroso, pugna el balón con Planas.
Ojeda, con juego peligroso, pugna el balón con Planas.Bagu Blanco (PRESSINPHOTO/GTRES)

No tiene otra hoja de ruta Pellegrino con el Leganés, equipo que descarta de buenas a primeras ser protagonista con el balón entre los pies porque su trabajo se basa en el ejercicio defensivo, en ocasiones con presión alta y en otras media, pero siempre con la exigencia del repliegue hipersónico para evitar las contras rivales. Una apuesta que le funcionó contra el Barça en Butarque y que le sirvió para firmar las tablas contra dos potencias como el Valencia y el Atlético, en la pasada jornada. Pero es tan defensiva la propuesta —útil contra los equipos que se imponen la victoria—, que no funciona de igual modo ante rivales menos presumidos, que valoran tanto los goles en campo ajeno como en el propio. Un ejemplo de ello es el Girona, con gusto por el ataque vertical y las contras, también aplicado en defensa. Le faltó, sin embargo, el remate certero de Stuani y su fútbol dinámico, por lo que se contentó con el empate. Así, el Girona mantiene sus pretensiones europeas; y el Leganés se queda en el pozo.

Le costó al equipo de Eusebio variar de idea, empeñado al inicio en sacar la pelota limpia desde la raíz. Los pases torcidos de Bono y las malas entregas de los centrales, incapaces de sacudirse de encima la enérgica presión del Leganés, fueron reincidentes hasta que el equipo viró de dirección. Por lo que el Girona simplificó su ataque y, tras un par de pases de seguridad en la zaga para que los delanteros llegaran arriba, lanzaban un pase directo que obviaba al centro del campo, con la batalla de Stuani por acomodar balones y de los centrales contrarios por repelerla. No fueron pocas las ocasiones en las que el punta ganó la partida y descargó el juego para los costados, donde Planas y sobre todo Porro —cumplió su décimo partido en LaLiga y se ganó un contrato con el primer equipo— actuaban de aspersores de centros. Pero eran defectuosos porque no hubo un remate del 9 y sí muchos de los zagueros. Aunque sí que llegó un eslalon de Roberts que acabó con un disparo cruzado para sobresalto del Leganés, que se temió lo peor.

El VAR niega el gol

Algo similar sucedió en el área opuesta porque Carrillo marcó tras coger un balón en el área chica. Pero el VAR lo anuló con acierto porque estaba en posición de fuera de juego. Pero poco o nada más del Leganés, que asumió su condición de equipo menor, cómodo en su carrera de fondo tras la pelota, preciso también en las ayudas para intentar desconectar a Borja García del juego, pues era la frontera por donde pasaban todos los balones rasos de ataque.

Pretendió el Leganés dar la estocada a balón parado, con un remate de Tarín a la salida de un saque de esquina que se marchó alto y un chut de falta lateral que no pilló a Bono en Babia y pudo repeler el balón. Pero el tesoro casi llega con un remate de Silva que el poste repelió y otro de Santos que Bono evitó, siempre a centros de un Nyom que agitó el duelo. El mismo castigo, un chut al palo, sufrió Lozano tras una contra y redondeó Stuani al tirar alto el rechazo. Sin más chicha del Leganés ni más ingenio del Girona, ambos equipos se dieron las manos como comenzaron, con un empate a nada.

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