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Empate heroico de Caruana tras siete horas de tortura

Varias genialidades de Carlsen obligaron al aspirante a una defensa numantina cuando parecía perdido

El actor Woody Harrelson hace el saque de honor este viernes en la primera partida del Mundial
El actor Woody Harrelson hace el saque de honor este viernes en la primera partida del MundialWorld Chess
Leontxo García

Fabiano Caruana logró salir de las fauces de un campeón sediento de sangre justo cuando el mordisco letal parecía inevitable. A pesar de jugar con las piezas negras, Magnus Carlsen logró clara ventaja, presionó y provocó enormes apuros de tiempo del estadounidense, quien sin embargo encontró una defensa heroica para forzar un empate balsámico en el primer asalto del Mundial de Londres tras siete horas de tortura. El noruego tendrá la iniciativa de las blancas este sábado en el segundo asalto de los doce previstos.

La tensión era muy visible cuando ambos entraron en un escenario invadido por reporteros gráficos (varios por metro cuadrado); en especial, la de Caruana, inexperto en duelos largos. Para colmo, su corazón debió de sufrir un vuelco, a juzgar por la cara que puso, cuando el actor estadounidense Woody Harrelson, invitado para hacer el saque de honor, decidió gastar una broma jugando 1 d4 en lugar 1 e4, como su compatriota le había pedido. A Carlsen le encantó la chanza, pero el retador dejó muy claro que no estaba para bromas y protestó al árbitro, el francés Stephane Escafre.

Woody Harrelson, jugando una partida amistosa en la sala VIP
Woody Harrelson, jugando una partida amistosa en la sala VIPWorld Chess

Dado que Harrelson, muy conocido por su papel en la serie Cheers y varias películas, es un ardiente defensor de la legalización de la marihuana, quizá algún aficionado que no conozca a fondo las partidas del campeón pensara que se había fumado un canuto, en vista de su extraño esquema defensivo. Pero había una explicación lógica: primero, el noruego se desvió de dos partidas propias (una de ellas frente a Caruana, en 2015; y la otra ante Anand, el pasado agosto) para eludir la preparación casera de su oponente. Y luego, porque es un genio, eligió un plan estratégico que no se le ocurre a ningún aficionado y a casi ningún gran maestro. Pero los programas informáticos bendecían la idea de Carlsen, tan extravagante como eficaz.

El resultado fue preocupante para Caruana: su posición era algo inferior tras solo 16 movimientos, Carlsen le sacaba 20 minutos de ventaja, y a él le quedaban 32 para 24 movimientos (el primer control es en la jugada 40). Poco después, cuando a Caruana solo le quedaban diez minutos para 19 jugadas, Carlsen hizo otra genialidad: un sacrificio de peón tan innecesario como sorprendente para su rival, quien sin embargo reaccionó bien y rápido.

Pero la presión del reloj le pasó una factura muy dolorosa. Con tan poco tiempo -hizo la jugada 34 con cinco segundos en el reloj-, ningún ser humano puede ser tan preciso como una máquina; aunque su posición era sostenible en teoría, sus inexactitudes le llevaron poco a poco a una posición perdedora.

Un momento de la partida en sus primeros minutos
Un momento de la partida en sus primeros minutosWorld Chess

Sin embargo, Caruana demostró en ese momento su tremenda fuerza competitiva y logró salir del ataúd cuando su entierro parecía inminente. Es verdad que Carlsen tampoco fue preciso bajo la presión del reloj, pero eso no quita méritos a la impresionante resistencia heroica del aspirante.

Carlsen: “Otra vez se me ha escapado”

L.G.

La situación en la sala de prensa era un poco surrealista. Tras una lucha épica y de gran calidad durante siete horas, los gladiadores no podían ni con su alma y solo deseaban irse al hotel. Pero los periodistas necesitaban frases interesantes para poner la guinda a la crónica de un combate memorable.

A duras penas, arrastrando sus palabras, Carlsen expresó “sentimientos contradictorios”. Y se explicó: “Es pronto para sacar conclusiones, pero siento que estoy jugando mejor que en la reciente Copa de Europa de Clubes; desde ese punto de vista, va todo bien. Pero es obvio que hoy he estado muy cerca de ganar a Fabiano, pero otra vez se me ha escapado, como ocurrió en agosto en el torneo de San Luis [EEUU]. De modo que, en lugar de estar contento por hacer tablas con negras, me voy con esas sensaciones agridulces”.

Caruana fue autocrítico: “No he jugado bien la apertura, y luego me ha tocado sufrir mucho. Pero es la final del Campeonato del Mundo, y debo estar preparado para estas situaciones”. En ese momento, Carlsen decidió echarle una mano: “Quien esperaba hoy un empate aburrido estará muy contento. Y no descarto que en este duelo haya muchas partidas largas”.

El campeón siguió presionando tres horas más, pero ya sin ventaja suficiente para ganar. Lo que podría haber sido un golpe muy doloroso en el primer asalto se convirtió en frustración, gracias a la resiliencia de Caruana. Lo malo para Carlsen es que este año ha sufrido decepciones parecidas varias veces, incluso frente al estadounidense. Y esa repetición puede causarle ansiedad y falta de confianza, dos problemas muy peligrosos para un campeón del mundo.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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