Vuela Red Bull, se pasea Hamilton
El británico, que será pentacampeón en México si termina entre los siete primeros, arrancará el tercero, detrás de Ricciardo y Verstappen
Una semana después de que Kimi Raikkonen aplazara el alirón de Lewis Hamilton con una victoria para la que el finlandés esperó cinco años, el británico afronta el Gran Premio de México (20:10 horas, Movistar Fórmula 1) como un trámite que le llevará directo hacia su quinto título de campeón del mundo. El de Mercedes se proclamará pentacampeón siempre y cuando cruce la línea de meta entre los siete primeros, pan comido para alguien cuyo peor resultado este curso, al margen del abandono en Austria, es un quinto puesto. Si hay algo que define al corredor de Tewin (Gran Bretaña) es su afán por trascender, y eso se consigue más fácilmente si uno es capaz de firmar jornadas que permanezcan en el recuerdo. Por eso, Hamilton saldrá a ganar en el Hermanos Rodríguez por más que sea uno de los circuitos que más igualan las cosas entre los coches más afilados. Especialmente en el caso de los Red Bull, los prototipos que mejor se retuercen en los sectores que culebrean por esta espectacular pista de Ciudad de México.
Si en Montecarlo la clave es la carga aerodinámica, en México es la altitud (2.250 metros) la que maquilla el músculo que esconden los Mercedes y los Ferrari en su panza (motor). En ambos casos, el más rápido fue Daniel Ricciardo, que por un suspiro (26 milésimas) le ganó la partida a Max Verstappen, dominador de la mayoría de las sesiones hasta la más importante, la tercera criba de la cronometrada (Q3). Se trata de la segunda ‘pole’ del australiano, la segunda para Red Bull y la primer vez en la era híbrida que los bólidos de la escudería energética copan la primera línea de la parrilla. Eso es algo que la estructura de Milton Keynes no lograba desde el Gran Premio de Estados Unidos de 2013 (Vettel y Mark Webber), antes de la entrada en escena de los motores turbo.
La eterna sonrisa de Ricciardo contrastó con el cabreo de su vecino, que a sus 21 años y aunque parezca mentira todavía no ha sido capaz de acumular una sola pole, y que tenía la opción de convertirse en el piloto más joven de la historia en conseguirlo. “Max parecía tener cierta ventaja durante los entrenamientos, pero Daniel se sacó una vuelta estratosférica”, resumió Christian Horner, director de Red Bull. La mala leche de Verstappen casi fue menos evidente que la de alguno de los ejecutivos de la compañía del búfalo rojo, volcados como están con el chaval de Hasselt, indiferentes ante las calamidades que ha sufrido Ricciardo –con siete abandonos, es el integrante de la parrilla que más infortunios suma–, que en 2019 se incorporará a Renault. En la tercera plaza formará Hamilton, que arrancará justo por delante de Sebastian Vettel (cuarto), el único que remotamente todavía tiene opciones matemáticas para volver a retrasar su entorchado. Carlos Sainz lo hará el octavo y Fernando Alonso, el 12º.
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