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El Baskonia tropieza en la valla del Bayern

Encadena en Alemania su tercera derrota europea consecutiva por culpa de los errores individuales y el desacierto ofensivo

Jon Rivas
El escolta del Bayern, Nihad Dedovic, defiende al del Baskonia, Jayson Granger.
El escolta del Bayern, Nihad Dedovic, defiende al del Baskonia, Jayson Granger.DANIEL KOPATSCH (EFE)

Tres derrotas consecutivas en Europa y suenan las alarmas en Vitoria. El camino es muy largo, pero comienza a hacerse pesado porque la mochila se empieza a llenar de piedras. El Baskonia intentó saltar la valla del Bayern, que parecía salvable, pero se quedó enganchado y se hizo un siete en el pantalón (77-71).

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Al Baskonia le cuesta un mundo arrancar en sus partidos europeos. A Pedro Martínez se le ve un gesto abrumado cuando sube el balón al aire porque no le acaba de convencer la aceleración de sus chicos en los primeros minutos. Y no es que el Bayern fuera un prodigio de intensidad en el comienzo del duelo muniqués. La afición alemana acostumbra a animar de pie hasta que anota su equipo, y permaneció así más de cuatro minutos. A algunos les empezaban a doler las piernas mientras esperaban.

Pero en cuanto abrieron la lata se dieron cuenta de que la irregularidad baskonista iba a jugar a su favor. Sin hacer nada del otro mundo; defendiendo correctamente, a pesar de los errores en ataque, se fueron marchando en el marcador los alemanes según descontaba el reloj. La nefasta gestión de tiro del equipo vitoriano iba a resultar crucial para el despegue alemán, y sus errores infantiles, que se prolongaron durante los 40 minutos, fueron letales. Fallaron los hombres de Martínez los seis triples que intentaron en el primer cuarto, y ni siquiera estuvieron acertados en los tiros libres. El Bayern, con tres de seis, mantuvo las diferencias que se fueron a nueve puntos en el primer cuarto.

Despertó el Baskonia en el segundo. Estuvo más templado en la cancha, pero ni Granger acertaba con la intensidad, ni Shengelia estaba tan agresivo como otras noches. Poirier se salvaba de la quema, pero su insistencia no era correspondida por sus compañeros. A base de picar piedra, los vitorianos acortaron diferencias. A falta de 2.24 se pusieron un punto por debajo (33-32), pero la magia les abandonó entonces. No volvieron a anotar, y el Bayern, con un parcial de 10-0, se fue al descanso con un resultado muy satisfactorio, inversamente proporcional a la frustración de Pedro Martínez.

Las fuerzas se igualaron un tanto en el segundo tiempo, pero cada vez que el Baskonia se estiraba para apretar el marcador, alguna circunstancia puntual estropeaba la remontada. Lo mismo era un tiro libre fallado que un balón perdido sin oposición alguna o un par de faltas intencionadas a favor que se quedaron en casi nada, apenas los tiros libres.

La del Bayern parecía una valla salvable, pero el Baskonia tropezaba cada vez que intentaba el salto. Sólo Poirier daba la talla en medio de un equipo fallón y desconcertado. Sus anotaciones y sus rebotes mantuvieron vivo al equipo mientras le fue posible, pero el francés no lo pudo hacer todo. El equipo alemán, nada del otro mundo, no se pudo despegar pese a los errores vitorianos, que estuvo nefasto en el tiro a distancia (4 de 25 en triples). Radonjic se desesperaba en el banquillo, pero el Baskonia no fue capaz de cogerle el rebufo al Bayern. Tercera derrota, más piedras en la mochila y una valla sin saltar.

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