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La gloria y el drama de Zambia

Se cumplen 30 años del triunfo del conjunto africano ante Italia en los Juegos de Seúl (4-0), que dio a conocer al mundo a un equipo cuyo futuro se quebró en un accidente aéreo cinco años después

Kalusha Bwalya (2i), presidente de la Federación de Fútbol de Zambia, en 2012 en un homenaje por el accidente aéreo mortal de la selección de fútbol del país en 1993.
Kalusha Bwalya (2i), presidente de la Federación de Fútbol de Zambia, en 2012 en un homenaje por el accidente aéreo mortal de la selección de fútbol del país en 1993.reuters
Rafael Pineda

El 19 de septiembre de 1988, la selección de Zambia obtenía un sonado triunfo ante Italia en la fase de grupos de los Juegos de Seúl 88. Todo un hito en la historia del fútbol africano y del equipo zambiano, que se impuso por 4-0 al conjunto italiano, uno de los candidatos al título en unos Juegos que se celebraron por fin ajenos a los vetos políticos que le venían afectando desde las dos ediciones anteriores. Seúl 88 ofreció un magnífico torneo de fútbol, donde se dieron a conocer jugadores de la talla de Romario, máximo goleador del torneo con Brasil (siete tantos); Klinsmann, que venía de jugar la Eurocopa 88 con Alemania; Suker y Spasic con Yugoslavia, o Mijailichenko, figura del conjunto de la URSS que acabó haciéndose con la medalla de oro derrotando en la final a Brasil (2-1). Alemania fue la tercera clasificada tras vencer a Italia (3-0).

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La gran bomba de los Juegos llegó, no obstante, aquel 19 de septiembre, cuando la Italia de jugadores como el meta Tacconi, Virdis, Tassotti, Colombo o Evani sucumbió ante la selección de Zambia. Un equipo africano completamente desconocido en el panorama internacional. Más conocida era la Nigeria de Yekini, el otro equipo africano presente en Seúl junto a Túnez. Aquel 19 de septiembre, en Gwangju, Italia fue destrozada por el juego veloz y alegre de Zambia, que le endosó un 4-0 que llenó de asombro por su buen fútbol a los aficionados europeos que vieron el partido por la televisión en una matinal en la que se retransmitían los Juegos de Seúl. Aquel día explotó con tres goles un delantero, Kalusha Bwalya, que ha sido uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol africano.

El impacto del triunfo colocó a Zambia en el panorama del fútbol mundial. También a su delantero, Kalusha Bwalya, que le había hecho un gol a Irak en la jornada inaugural y todavía dos más a Guatemala en la último encuentro de la fase de grupos. Zambia pasó como líder, dejando atrás a Italia. Bwalya jugaba ya en el Círculo de Brujas, que lo había fichado después de ver un vídeo y por 25.000 dólares del Wanderers de Zambia.

La sorpresa de Zambia no tuvo más recorrido en el torneo. Su juego siguió siendo muy vistoso en el duelo de cuartos de final ante Alemania, pero la gran actuación de Klinsmann (tres goles), acabó con la sensación del torneo, que siguió mostrando su buen fútbol a pesar de la derrota contra los alemanes, que hicieron un ejercicio de eficacia.

Zambia, no obstante, había entrado en la historia del fútbol. Kalusha Bwalya fue nombrado ese mismo año mejor jugador de África por delante del camerunés Roger Milla, el argelino Madjer y el liberiano Weah. En 1989 ficharía por el PSV. Allí, curiosamente, compartió la delantera con otro de los grandes triunfadores de los Juegos de Seúl, el delantero brasileño Romario. Zambia estuvo cerca de jugar la fase final africana para Italia 90, pero Túnez le cerró el camino. Tercera clasificada en la Copa de África en 1990, la selección de Zambia, comandada por los europeos Bwalya o Musonda (padre del jugador que estuvo en el Chelsea y el Betis), comenzó de forma espléndida la fase de clasificación para el Mundial 94 de Estados Unidos.

Zambia estallaba de júbilo con los triunfos del grupo capitaneado por Bwalya. Los africanos habían encabezado su grupo por delante de Madagascar, Tanzania y Namibia. Quedaba lo más difícil. Ser primero en un triangular contra Marruecos y Senegal. Entonces, los analistas del fútbol africano señalaban a Zambia como favorito para la clasificación e incluso con opciones de hacer un buen Mundial. El 29 de abril de 1993, el avión del ejército del Aire de Zambia que trasladaba a la expedición africana caía sobre el mar después de despegar del aeropuerto de Libreville, capital de Gabón. Murieron todos los pasajeros y la tripulación del aparato, incluidos el presidente de la Federación de Zambia, el cuerpo técnico y 18 jugadores de la entonces mejor selección de África según los expertos.

"Jamás volveré a celebrar un gol"

En aquel avión no estaba Kalusha Bwalya, quien se había comprometido con el seleccionador, Godfrey Chitalu, para viajar a Senegal desde Europa junto a sus compañeros Musonda y Johnson Bwalya, ambos también en el fútbol europeo. Musonda y Kalusha Bwalya perdieron en aquel vuelo a David Chabala, Mulenga, Makinka, Chansa, Richard Mwanza y Samuel Chomba, héroes como ellos de aquel memorable triunfo en Seúl 88 frente a Italia.

“Jamás volveré a celebrar un gol, mis compañeros merecen ese silencio. Lo fácil sería arrojar la toalla, pero no lo haremos. Así es la muerte, así es la vida. Ha muerto una parte de Zambia, pero está por llegar una nueva Zambia”, afirmó Bwalya en el funeral de estado organizado por la muerte de sus compañeros. El dolor y la rabia de Kalusha Bwalya en honor de sus compañeros permitió al delantero capitanear a una selección que, aunque muy mermada, se jugó la clasificación para el Mundial 94 frente a Marruecos en un último partido en Casablanca. El 10 de octubre de 1993, Marruecos se imponía por 1-0 a Zambia y se metía en la fase final de la Copa del Mundo de Estados Unidos.

La generación más brillante del fútbol de Zambia, mutilada en ese accidente áereo, tuvo su homenaje 19 años después cuando se hizo con la Copa de África de 2012. Fue, curiosamente, en la ciudad de Libreville, donde cayó el avión en 1993 y donde se coronó campeona de África después de derrotar en los penaltis a Costa de Marfil. Kalusha Bwalya era el presidente de la Federación zambiana.

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