El fútbol femenino salta otra barrera
Las jugadoras españolas que este viernes buscan ante Japón el triunfo en la final del Mundial sub-20 se unen a la ola de éxitos del deporte femenino en los últimos meses
En el hotel Lancelot, con su lago, en la típica campiña francesa, a las afueras de Plöermel, una pequeña localidad bretona, pasan las horas muertas las futbolistas de la selección española femenina sub-20. Es fácil advertir su presencia, pues han colgado una bandera española enorme del tejado de una de las casitas en las que conviven. También se hospedan en el Lancelot las jugadoras del combinado francés, las anfitrionas. Las favoritas hace apenas unos días. Por eso, el entrenador Pedro López y su equipo pidieron calma a las chicas cuando el martes regresaban eufóricas del estadio de La Rabine, en Vannes, después de vencer a las francesas en su propia casa (0-1). Nada de cantar. Respeto al rival.
Los dos grupos volverán a la Rabine este viernes. Unas, las francesas, para pelear por el tercer y cuarto puesto contra Inglaterra, un premio menor del que esperaban. Otras, las españolas, para intentar levantar la copa como campeonas del mundo, lo que supondría el primer Mundial femenino de fútbol para España en cualquier categoría. En la grada estará el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presidenta del Consejo Superior de Deportes, María José Rienda, y Luis Rubiales, presidente de la federación. Las españolas se verán las caras contra Japón (19.30, Gol y Eurosport), un equipo que ya logró imponerse a las españolas en otra final, la del Mundial sub-17 disputado en Costa Rica el 2014. Marcaron pronto y España no encontró la manera de reponerse. “Las experiencias previas siempre son positivas, ahora tienen una referencia, el rival no les genera tanta incertidumbre”, apunta López.
Aunque en Asia no hay mejor liga que la japonesa, la española se ha puesto las pilas de tal manera en los últimos tres años que el producto de su cantera es ya una realidad. De ello han dado buena cuenta las internacionales sub-17 y sub-19 este mismo verano, cuando se proclamaron campeonas de Europa. Si bien las niponas tienen mejor palmarés (campeonas del mundo con la absoluta en 2011, plata en los Juegos del 2012 y campeonas del mundo con la sub-17 aquel 2014) y mayor recorrido. De ello se acuerdan perfectamente jugadoras como Patricia Guijarro, capitana, goleadora y una de las heroínas de la semifinal contra Francia, que se enfrentó a ellas hace cuatro años. Como Carmen Menayo o Maite Oroz. También comparten memorias con Aitana Bonmatí, pero la azulgrana no podrá jugar hoy después de ser expulsada en la semifinal. Una baja sensible para España, que obligará al técnico a alinear en su posición a Oroz y a situar arriba a Eva Navarro.
España ya no es solo aquel equipo que quería el balón y perdía en el choque, en el cuerpo a cuerpo. Sabe sufrir y nunca da un balón por perdido. Y ha mejorado físicamente gracias a la evolución de la Liga Iberdrola —“los clubes están destinando más medios para que el trabajo de las chicas sea más profesional”, señala el entrenador—, donde muchas de estas sub-20 son protagonistas.
Aunque tardía, la evolución del fútbol femenino en España llega en el momento de mayor auge del deporte practicado por mujeres en el país. El éxito de esta selección —solo con llegar a la semifinal ya hicieron historia— acompaña a los triunfos de Carolina Marín en bádminton, donde ya es leyenda tras ganar su tercer Mundial, Lidia Valentín en haterofilia (con un Mundial, un Europeo y un oro en los Juegos del Mediterráneo en apenas siete meses) o la selección de waterpolo en el último Europeo, donde se llevó el bronce, mismo metal que se colgó el equipo nacional de hockey hierba en el Mundial celebrado a principios de este mes.
Más allá de conocer si el grupo desplazado en Francia se lleva la Copa del Mundo, en septiembre todas las miradas se volverán hacia otro Mundial y otro grupo de mujeres formidables, las de la selección de baloncesto, vigentes campeonas de Europa, subcampeonas del mundo y olímpicas. Las barreras son cada vez menos y caen más rápido.
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