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Tsitsipas, la perla que sobrevivió al Mar Egeo

El joven tenista griego, que perdió la final de Toronto con Nadal tras ganar a cuatro 'top ten', casi muere ahogado en 2015

Stefanos Tsitsipas celebra su triunfo ante Anderson en las semis de Toronto.
Stefanos Tsitsipas celebra su triunfo ante Anderson en las semis de Toronto. WARREN TODA (EFE)

Stefanos Tsitsipas cumplió 20 años el pasado domingo. Pero bien podría decir que cumplió tres. En 2015 estuvo a punto de morir ahogado en la isla de Creta (Grecia) y fue allí donde volvió a renacer. "Nunca nos dimos cuenta de que el mar estaba difícil. Nos metimos en el agua con unos amigos y la corriente nos fue llevando. Empecé a tragar agua. Me estaba ahogando. Fue la única vez en mi vida que sentí que me moría, una sensación horrible de que todo se terminaba ahí", recordó el joven griego en un vídeo difundido en la web de la ATP.

Tsitsipas es el tenista del momento. El miércoles pasado le ganó a Thiem (8º del mundo). El jueves a Djokovic (10º). El viernes a Zverev (3º) y el sábado a Anderson (6º). Eliminó a cuatro top ten en el Masters 1000 de Toronto con solo 19 años (cumplió los 20 el domingo). El único que pudo frenar su racha positiva fue el número uno, Rafa Nadal, que le superó en la final por 6-2 y 7-6. Pero el camino de Tsitsipas recién comienza.

"Mi papá, que nos miraba desde la orilla, se metió, nadó hasta nosotros y me tiró con fuerza hasta una roca. Ahí pude volver a respirar con normalidad y después, lentamente, volvimos a la costa. Una experiencia muy fea que nunca olvidé", reconoció Tsitsipas sobre aquel suceso dramático, un antes y un después en su vida. "Sentí que Dios me quiso dar una segunda oportunidad y cambié mi forma de pensar". Un año más tarde, en 2016, se convirtió en tenista profesional.

Pero para el chico de apellido complicado, todo empezó desde mucho antes. Nacido en Atenas, el tenis corre por su sangre. Su padre, griego, estudió para ser entrenador y su madre, de Rusia, fue jugadora profesional. Se conocieron en un torneo de tenis en la capital griega cuando el padre era juez de línea y ella aún jugaba. Incluso el abuelo, por parte de su madre, fue jugador y entrenador de fútbol soviético. El niño estaba destinado al deporte.

A los tres años ya jugaba al tenis. Apostolos, como se llama su padre, es quien lo entrena. Cuando Stefanos cumplió 12, se dedicó al completo a la carrera de su hijo mientras su hijo hizo lo mismo por el tenis. Casi no iba al colegio y cursaba las materias a través de internet. Algo que en Grecia es inusual ya que muy pocos chicos se dedican de lleno a un deporte que no es popular. "Estoy muy orgulloso de mí y de mi país. Pondré a Grecia en el mapa del tenis. Estoy seguro de que mi familia está orgullosa, igual que muchas personas que me están viendo", afirmó tras el triunfo ante Djokovic en los octavos de final.

El mejor tenista griego

En Grecia están como locos con Tsitsipas. La gente habla de él en las calles, casi como si se tratara de un Mundial, y ha acaparado la portada de los periódicos. No es para menos, el tenista ha logrado escalar al puesto número 15 de la clasificación ATP tras su brillante participación en el Masters de Toronto. El mejor ranking que había logrado un tenista griego fue hace más de diez años cuando en 2007 Konstantinos Economidis llegó a ser el número 112 del mundo.

Sus padres, que lo acompañan a todos lados, no son los únicos responsables del éxito. Tras empezar su carrera amateur en un centro de entrenamiento dirigido por ellos, Tsitsipas se trasladó a Niza, a la Academia de Patrick Mouratoglou, un entrenador francés que trabaja con Serena Williams (exnúmero uno) y Grigor Dimitrov (5), entre otros.

Tsitsipas aún no tiene títulos de ATP. Las dos finales que alcanzó las perdió ante Nadal. Idolatra a Roger Federer y admira la forma de jugar de Stan Wawrinka y Juan Martín del Potro. Pero en el mundo del tenis ya puede ir mirándose a sí mismo, porque con solo 20 años, o tres, ha demostrado que está en condiciones de batir a cualquiera.

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