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Las británicas siguen siendo las reinas de la velocidad con la victoria de Dina Asher-Smith en los 100m

La velocista se coloca líder del ranking mundial, con 10,85s, junto a la marfileña Marie-Josée Ta Lou

Dina Asher-Smith, tras la victoria.
Dina Asher-Smith, tras la victoria.Alexander Becher (EFE)

El Estadio Olímpico se vino abajo en el duelo a tres que se marcaron en los últimos treinta metros las velocistas que disputaban la final de los 100 metros lisos, la prueba más emocionante de la noche junto al 100 masculino. Una joven Dina Asher-Smith, coqueta, rímel perfecto, sin despeinarse, lograba la mejor marca de su vida: 10,85 segundos, en los que de repente se catapultaba a la cima de la velocidad mundial este 2018. “Son mis primeros grandes campeonatos. Todo el duro trabajo que he hecho para llegar aquí ha salido esta noche y no voy a parar de mejorar”, decía ya con toda la tensión bajada hasta la alfombra y la sonrisa serena de quien ha cumplido de sobras.

Asher-Smith es joven, 22 años, pero aún más joven es Gina Lückenkemper: 21 años, la verdadera protagonista de la noche porque corría en casa, en la capital de su país, por eso las gradas estallaron en gritos de emoción. Lückenkemper conseguía la plata europea en un esprint apasionante. Tan emocionada estaba ella misma que esos treinta últimos metros de duelo a tres los corrió a llorando a lágrima viva, algo poco habitual en un país poco dado a emociones tan íntimas en público. No solo era plata sino que, además, batía el récord de Europa sub23. Su marca fue 10,98s aunque, en realidad, había corrido más rápido: 10,95 en el Mundial de Londres 2017. “Si alguien me hubiera dicho en ese momento que era récord sub23… Pero no pasé el control antidopaje”, comenta con una chispa increíble en sus ojos azul esmeralda.

Más de una hora estuvieron los medios de comunicación alemanes disparándole preguntas a su heroína de la noche, que dijo sin complejos que tiene toda la carrera por delante y que Daphne Schippers, la holandesa que hace dos años se proclamaba campeona de Europa en Ámsterdam, su casa, con 10,90s y que esta noche, después de una temporada lejos de aquellas alturas, ha cedido ante la alemana aunque mejorando marca con 10,99s.

La velocista de Hamm, Renania del Norte-Westfalia, la Italia del sur por la simpatía que impregna su carácter, después de emocionarse otra vez en la zona mixa concluyó con dos mensajes políticos: el primero, que el Estadio Olímpico de Berlín no se toca, ese que el club de fútbol Hertha quiere reformar a su gusto para hacer más accesibles a los hinchas la vista de los partidos. “¿Qué señal sería esa para Europa y para el mundo? Y el segundo, que se deberían hacer dos listas de récords para separar los logros posteriores a los inalcanzables récords, dudosos, de la RDA. Envuelta en la bandera alemana, sus últimas palabras fueron “Einfach nur geil!” (“¡cojonudo!”)

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