El Sella del 68
Milín Llamedo y Pedro Vázquez se imponen en la 82ª edición del descenso del río asturiano en la que participaron los ganadores de hace 50 años
En agosto de 1968 el mundo asistió al fin de la Primavera de Praga. Llegaba a los cines El bueno, el feo y el malo. Las agujas de los tocadiscos volvían una y otra vez al inicio de Hello, I love you, de The Doors. Y en Asturias, en las crónicas de los diarios, se hablaba de una gesta deportiva: "con más fuerza y brío que nunca los asturianos, en plena tensión, van ganando terreno hacia el puente de Ribadesella. Son los de Arriondas", se oyó comentar, y los altavoces no cansaban de repetirlo. "Cuando ante el delirio del público y una enardecida lluvia de aplausos Feliz y Gutiérrez cruzaron la meta de Ribadesella".
Juan Manuel Feliz (Coviella, Cangas de Onís, 1945) y José Luis Gutiérrez (Fuentes, Arriondas, 1941) fueron los ganadores de la trigésimo segunda edición del Descenso Internacional del Sella, a la que asistieron, entre otros, Juan Antonio Samaranch y los embajadores de Inglaterra y Alemania. La prensa, entonces más generosa en metáforas y elogios, añadía: "El Sella del 68 fue para los brazos de hierro de Arriondas y el espíritu de guerrilleros del Sueve". Ayer, 50 años después de su victoria, volvieron a remar juntos en la prueba.
La mejor forma de describir físicamente a Feliz y a Gutiérrez es un peculiar término asturiano: "curiosos". Nada tiene que ver con la indiscreción y todo con la buena planta y la energía que conservan. Y el buen ánimo. "A ver si podemos lograr otro triunfo en el Sella", dice Gutiérrez. "Se refiere a la categoría de más de 70", puntualiza Feliz. Junto a ellos, también tomó la salida el campeón del 68 en K1, el inglés Charles Evans (Boulge, 1942). "La prueba era más familiar, pero sigue siendo algo maravilloso. Por eso continúo viniendo. No hay un escenario como este en el mundo y es fantástico para el espectador".
Echando la vista atrás, todos coinciden en destacar los avances técnicos en las embarcaciones, en los remos y en los entrenamientos, -Feliz y Gutiérrez tardaron una hora y 20 minutos, mientras que los ganadores masculinos de la 82 edición, Milín Llamedo y Pedro Vázquez, lo hicieron en una hora y seis minutos y las campeonas femeninas, Amaia Osaba y Eva Barrios, en una hora y 19 minutos- así como el carácter multitudinario que ha adquirido el descenso. De las 200 embarcaciones del 68 a las 790 de la edición de ayer. De unos pocos miles que acompañaron aquella prueba, a los más de 100.000 que, según fuentes de la organización, se acercaron al oriente de Asturias durante este fin de semana.
Gutiérrez, Feliz y Evans, los tres con gorra, preparaban los últimos detalles antes de la salida. La pareja asturiana entraba en la meta de su categoría -cuatro kilómetros antes que la absoluta- tras una hora y 27 minutos. El inglés tardó 1 hora y 51 minutos. Primeros y octavo en sus categorías, respectivamente. Pero todos pertenecientes a la selecta estirpe de campeones del Sella.
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