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Dembélé, ahora o nunca

El Barça encomienda a Abidal la tarea de enderezar la carrera del futbolista, que tiene una temporada para demostrar por qué fue el fichaje más caro en la historia del club

Jordi Quixano
Dembélé, durante el Mundial con la selección francesa.
Dembélé, durante el Mundial con la selección francesa.ALEXANDER NEMENOV (AFP)

El siempre provocativo y genial boxeador Floyd Mayweather y el exazulgrana Ronaldinho celebraron hace unos días una fiesta de alto copete en la discoteca LIV de Miami Beach, donde se dieron cita personalidades de todos los ámbitos, como el productor musical Stevie J., el exjugador de baloncesto David Hawkins y varios futbolistas como Jérôme Boateng y Benjamin Mendy. En las fotos del festejo también aparecía Ousmane Dembélé (Vernon, Francia; 21 años), en su día, el fichaje más caro en la historia del Barcelona, que pagó 105 millones fijos más 40 en variables al Dortmund. Las instantáneas no enfadaron al club porque entienden que está en sus días de vacaciones tras disfrutar de un Mundial en el que se diluyó del campo y de las alineaciones con el paso de los partidos, pero sí que mantienen la preocupación interna por el desorden de “un futbolista que lo tiene todo para triunfar pero que en su primer año no acabó de dar el paso”. Una temporada más tarde, está ante el abismo: ahora o nunca, o gana o pierde, sin tintas medias. Entre otras cosas porque el club se ha reforzado en las dos siguientes ventanas de traspasos a su llegada con atacantes que bien pueden ocupar su plaza como Coutinho y, ahora, Malcom, que llega del Girondins.

“Es un tío muy empanado”, cuentan desde el vestuario azulgrana; “pero su sonrisa te conquista”. Algo así sucedió en el Dortmund porque cuando llegaba por las mañanas pasaba de largo sin dar respuesta a los buenos días del técnico Tuchel. Hasta que se lo hicieron ver, hasta que entendió que no era cuestión de ser un asilvestrado. Con el tiempo y también con el balón entre los pies, se ganó el corazón de todo el vestuario y del entrenador, que hace poco le dejó claro al dueño del PSG que si se marchaban Neymar o Mbappé, quería a Dembélé como recambio porque defiende que tiene el potencial necesario para alcanzar su nivel. Así lo ven también en el Barcelona, pero con comillas. Más que nada porque creen que necesita una guía, alguien que le oriente.

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Ahí aparece la figura del nuevo secretario técnico Éric Abidal. “Se encargará de ayudarle y orientarle”, deslizan desde el club. Algo que el francés también siseó en su presentación, cuando le cuestionaron si la negativa de Griezmann daba más espacio a Dembélé. “Es un jugador con mucho talento y tiene un gran potencial. Ahora debe estar centrado en hacer un gran Mundial, luego descansar en sus vacaciones y venir a trabajar a tope. A mí me tocará también la gestión del vestuario junto al entrenador y hablaré con los jugadores. Sé oler la situación de cada uno, rectificar y dar apoyo a los que lo necesitan”, explicó Abidal. Desde las oficinas del Camp Nou especifican que deberá ordenar su vida, toda vez que come de forma caótica, se pasa demasiadas horas delante de la PlayStation y le gusta la juerga, por más que también pase horas junto a su primo y Umtiti, su gran apoyo. “Abidal será una gran ayuda para Ousmane”, persisten desde el club; “porque es una persona muy emocional y sabe llegar a la gente”.

Hasta el momento, Dembélé solo ha dejado detalles de su fútbol y se sabe que está por explotar porque Messi no se la entrega a cualquiera si intuye que no se la devolverá en buenas condiciones o agitará el ataque. “Si tiene el día, no lo pillas”, explicaba Piqué en su día. “Si te encara, estás perdido”, añadía Rakitic. “Si hacemos una carrera creo que es más rápido que yo”, intercedía Alba. Demasiados condicionales porque a Dembélé se le torció su primera temporada en el Barça, castigado por primera vez en su vida por las lesiones musculares —desde el club le indicaron que se cuidara para que no se repitieran los episodios— y por una confianza a medias de Valverde, que le sentaba en el banquillo cuando tocaba un partido grande.

No está en venta

“El club nunca ha pensado en cederlo o venderlo en esta pretemporada”, esgrimen desde las oficinas de la ciudad deportiva. Así lo certificó en la madrugada de ayer Jordi Mestre, vicepresidente deportivo azulgrana: “La presencia de Dembélé en el equipo es un tema puramente técnico”, dijo; “y contamos absolutamente con él”. Abidal, su Lazarillo,agregó en la presentación de Malcom: “Las temporadas son muy largas y hay muchos partidos. Mejor tener una plantilla fuerte. Dembélé tiene que estar muy tranquilo y trabajar, como también Malcom”.

Aunque desde el Barça reivindican que el jugador nunca ha dejado de trabajar. “¿Podré jugar contra el Madrid?”, le preguntó al doctor Ostrava después de ser operado por una rotura muscular en la temporada anterior. “Le hemos tenido que frenar en alguna ocasión”, reconocen los técnicos del Barça, que enfocaron sus primeros meses en el club como un aprendizaje. “Se lesiona en un taconazo, que es un gesto muy agresivo. Puede ocurrir. Aunque un jugador más veterano quizá no lo hubiera realizado”, reflexionó Valverde. Lecciones que auguran no volverán a repetirse. “Ousmane entra en una situación muy peligrosa para él y si no lo entiende y está preparado, podrá sufrir”, advierten desde las altas esferas del club. Ahora o nunca.

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