El éxito de De Bruyne
El futbolista de City, que en Rusia ha vuelto a jugar de atacante, reivindica a la destacada generación de Bélgica
De Bruyne regresó al pasado en Rusia. Cuando el Manchester City abrió su cartera gigante para ficharlo por 76 millones de euros en el verano de 2015, el belga destacaba como un mediapunta fino, a veces utilizado como extremo por su capacidad para romper líneas en el mano a mano. Hasta que llegó Pep Guardiola a los Citizens. Entonces, el pelirrojo pasó de ser un atacante peligroso, incisivo en el área rival, a convertirse en un volante total, fuerte físicamente, rápido para leer el juego, sin olvidar su capacidad para regatear rivales. “Guardiola me ha hecho entender el fútbol de una manera más sencilla”, reflexionó el belga. Pero Roberto Martínez tenía otros planes para De Bryune, en su 3-4-3, reconvertido en un 4-3-3 ante Francia, el jugador de City volvió a sus origines: falso nueve, en la fabulosa victoria ante Brasil; extremo en la dolorosa derrota en San Petersburgo.
“El estilo de la selección belga es distinto aunque algunas veces sí hagamos cosas como con Guardiola, también nos gusta jugar el balón, tenemos un estilo ofensivo. Sí, hacemos cosas similares a las del City”, contó De Bruyne. La selección de Roberto Martínez fue la cuarta que mejor porcentaje de pases acertados cifró en el Mundial (86,24), por detrás de España (91,01), Alemania (88,48) y Brasil (87,93). Su verdugo, Francia, figura en el puesto 12, con 82,88. “En España se sabe bien eso, rivales que te ponen a los 11 jugadores por detrás de la línea de la pelota. Giroud, Griezmann, Mbappé estaban a 45 metros de la portería. Si pierdes contra un equipo que ha sido mejor, pues no pasa nada. Pero hoy no tengo la sensación de que ellos hayan sido mejores”, asumió Courtois. “No vi que Francia se apropiara del partido, ni que fuera más fuerte que nosotros”, sumó Roberto Martínez. Y completó De Bruyne: “Francia es un buen equipo, pero para mí no ha sido mejor que nosotros. Somos un equipo que prioriza el juego de equipo, estoy orgulloso de eso”.
El jugador del City fue el tercer jugador de la primera semifinal de Rusia que más pelotas tocó, 78. Superó a todos los franceses -el que más participó en Les Blues fue Pavard, 59-. Sin embargo, Bélgica controló el balón (64%), Francia el ataque: 10 disparos de los Diablos Rojos frente a los 19 de Les Blues. “El partido fue ajustado, el gol podría haber caído para cualquier lado”, analizó Martínez. “No creo que hayamos jugado un buen partido ofensivo, pero ellos aprovecharon un balón parado”, terció Courtois. “La diferencia fue un gol de córner”, completó De Bruyne.
“Estos jugadores no se merecen dejar el torneo con un mal sentimiento o mal gusto”, subrayó Martínez. De Bruyne, sin embargo, no cree que Bélgica haya desperdiciado a probablemente su mejor generación de futbolistas. “Somos un país pequeño, no tenemos el dinero ni la infraestructura de otros. Tenemos que estar muy orgullosos de lo que hicimos. Ese es nuestro éxito”, concluyó De Bruyne, volante o delantero, siempre decisivo, ya sea vestido con la camiseta del rojo o de celeste, símbolo de la inolvidable camada de Bélgica.
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