LeBron James, oro para resucitar a los Lakers y cambiarle el paso a la NBA
Magic Johnson se apunta un gran tanto con el fichaje y ahora pugna por otras estrellas como Kawhi Leonard
La NBA celebró el segundo anillo consecutivo de Golden State el 8 de junio, pero continuó con la mirada fija en LeBron James. A sus 33 años, tras perder la sexta de las nueves finales que acumula en 15 años, el genio de Akron (Ohio), continúa siendo el diapasón que regula las constantes de la Liga. Se escrutaron sus viajes, lo que dejó dicho a su agente Rich Paul antes de disfrutar de sus vacaciones junto a su esposa y a sus tres hijos en la paradisiaca isla caribeña de Anguilla, una corta estancia en Europa y el regreso de su jet particular al aeropuerto de Van Nuys para dirigirse a una de sus mansiones en Brentwood (Los Ángeles). Se esperaba que deshojara la margarita. Podía continuar en Cleveland, pero deseaba oír lo que tuvieran que decirle Houston Rockets, Philadelphia Sixers y Los Ángeles Lakers. Se decantó por los Lakers, el equipo más glamuroso, más legendario, el segundo más laureado en la historia de la competición con 16 títulos, uno menos que los Celtics, pero también el peor de los últimos cinco años.
La apuesta desde los despachos de Magic Johnson, el exlegendario base de la franquicia angelina y uno de los líderes del Dream Team, hizo pleno. Algo se llevaba entre manos Magic, nombrado presidente de operaciones en febrero de 2017 en sustitución de Mitch Kupchak, cuando le plantearon el viernes pasado si pensaba que podían echarle si no conseguía firmar alguna estrella. “¿Creéis que estoy preocupado por eso? He jugado contra Larry Bird, he jugado en nueve finales. Si no consigo firmar un agente libre, ella no tendrá que echarme. Yo mismo daré un paso al costado”. Ella es la propietaria de la franquicia, Jeannie Buss. Lleva años removiendo cielo y tierra para estar a la altura de los deseos de su padre, Jerry Buss, el magnate y alma mater de los Lakers desde 1979 y fallecido en febrero de 2013. Su desaparición coincidió con el declive del equipo, que pasó de los dos títulos en 2009 y 2010 cuando se juntaron Kobe Bryant y Pau Gasol, a una etapa descendente. A partir de la temporada 2013-2014 desapareció de los playoffs y firmó algunas de las peores campañas de historia, la peor en la 2015-2016 con solo 17 victorias.
Pero los Lakers continúan siendo los Lakers, una franquicia con un potencial económico de primerísimo orden, valorada en 3.300 millones de dólares, solo superada por los Knicks según el último informe de Forbes. Jeannie Buss recurrió a Magic Johnson que no convenció en absoluto al apostar por Lonzo Ball en el segundo puesto del draft de 2017, pero que ahora ha vuelvo a demostrar su magnetismo y su carácter ganador, en la cancha, en los negocios y en los despachos. Los Lakers le pagaran a LeBron 154 millones de dólares, unos 133 millones de euros, en los próximos cuatro años. Pero la cuestión económica no era el punto más peliagudo en las negociaciones que entabló LeBron, a quien los Cavaliers podían extenderle la cifra más alta de los equipos que le pretendían: 207 millones de dólares, unos 178 millones de euros por cinco años.
El Oeste agranda su dominio
LeBron James, un baluarte en la Conferencia Este, agranda ahora el potencial de los equipos de la Conferencia Oeste, que ya era superior durante los últimos años. Golden State, con sus cuatro estrellas, Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green y Kevin Durant, es el referente. La última temporada su gran rival por el anillo, más que Cleveland, fue Houston Rockets, mejor en la fase regular y que llegó dominar la final del Oeste por 3-2.
Los Lakers, con un equipo tres potenciales titulares muy jóvenes como son Lonzo Ball y Brandon Ingram (20 años) y Kyle Kuzma (22), han renovado a Caldwell-Pope, y yhan firmado a Javale McGee y Lance Stephenson. Ahora intentarán ahora acompañar a LeBron con alguna gran estrella. Kawhi Leonard, el alero que ha cumplido una turbulenta temporada en San Antonio Spurs, es una de las piezas más codiciadas. También lo era Paul George, pero ha acabado renovando por Oklahoma City, mientras que DeAndre Jordan (Clippers) ha firmado por Dallas.
Lebron, tras la tormentosa temporada de los Cavaliers, que empezó cuando perdieron a Kyrie Irving, siguió cuando cambiaron casi a medio equipo en febrero y decepcionaron en la fase regular, en que solo fueron cuartos, y que culminaron plantándose en la final, pero siendo barridos por Golden State (4-0), volvió a creer llegado el momento de un nuevo desafío en su carrera. Aunque esta vez todo ha sido muy diferente cuando dejó Cleveland en 2010, en una decisión desvelada en un programa televisivo en directo, la de recalar en Miami junto a Dwyane Wade y Chris Bosh.
La prensa californiana desvela que este domingo, antes de tomar la decisión de fichar por los Lakers, Lebron habló por teléfono con Kobe Bryant, el último icono de la franquicia, retirado en abril de 2016. Y también invitó a su mansión en Brentwood a Magic Johnson. Y Magic le convenció para que siguiera la estela de legendarios jugadores que cambiaron sus equipos por la camiseta de oro y púrpura: Wilt Chamberlain (Sixers en 1968), Kareem Abdul-Jabbar (Milwaukee en 1975) y Shaquille O'Neal (Orlando en 1996).
A sus 33 años, LeBron ha disputado por primera vez los 82 partidos de la temporada regular con un promedio de 37 minutos, además de los 22 partidos que fueron necesarios para llevar a los Cavaliers a una final que perdieron por 4-0. En esa fase decisiva promedio 42 minutos, 34 puntos, 9,1 rebotes y 9 asistencias. “Soy como el buen vino, mejor con la edad”, sentenció el ya nuevo 23 de los Lakers. Tras Cleveland desde 2003 a 2010, Miami desde 2010 a 2014 y Cleveland de nuevo desde 2014 a 2018, los Lakers serán su tercer equipo desde que llegó a la NBA directamente desde el instituto Saint Vincent-Saint Mary de Akron en 2003 cuando todavía no había cumplido los 19 años.
“Estoy seguro de que Lakernation se está regocijando. La adquisición de LeBron James significa que los Lakers están a un paso de ser verdaderos contendientes. Felicitaciones a Magic Johnson”, escribió Kareem Abdul-Jabbar en las redes sociales. Las leyendas se frotan las manos con sus sucesores.
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