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Una debilitada Mireia Belmonte se lleva el oro en 200m estilos

La campeona olímpica confiesa sufrir “vértigos y mareos” que afectan a su rendimiento

Marc Rovira
Mireia Belmonte, en los Juegos Mediterráneos.
Mireia Belmonte, en los Juegos Mediterráneos.EFE

Mireia Belmonte ya sabe cómo luce el oro de Tarragona. La nadadora tuvo que esperar hasta su tercera aparición en competición para subirse al cajón más alto del podio. Fue en los 200 metros estilos, donde ganó con holgura tras un potente último tramo de crol. El tiempo, 2m11,16s, le satisfizo quizá tanto como el metal cazado: “Ha sido una buena marca”, concedía Belmonte tras la prueba.

En las series clasificatorias disputadas durante la mañana, la de Badalona ya se había apuntado la mejor marca, 2m14,19s, anunciando que estaba engrasada y a punto, tras el desconcertante espesor del sábado, cuando Belmonte cerró el primer día de competición con gesto sombrío. Quedó penúltima en la final de los 400 metros estilos, y la plata lograda en los 800 metros libres pasó a la categoría de anécdota cuando su entrenador, Fred Vergnoux, concedió que en el entorno de la deportista había “preocupación” porque no encuentran la solución a los problemas físicos que arrastra desde hace aproximadamente un mes.

Este domingo, tras apuntarse su primer oro en unos Juegos Mediterráneos, Mireia, sonriente, se acercó por primera vez a la zona mixta y confirmó que, efectivamente, viene sufriendo episodios de “vértigos y mareos” que enturbian su rendimiento. “Cuando estoy en el agua, pierdo la fuerza”, señalaba la abanderada de la delegación española en estos Juegos Mediterráneos. La cita de Tarragona es solo un complemento de su preparación hacia los europeos de Glasgow de este verano pero, cuando salta al agua, a Mireia Belmonte, voraz competidora, le disgusta no ser la primera en tocar la pared. El lunes tendrá otra cita en la piscina para seguir despejando su mente de nubarrones. Será su última bala en estos Juegos.

Quien no para de sonreír es Jessica Vall. La nadadora de Barcelona, licenciada en Biomedicina, se apuntó otro oro tras ganar la final de 100 metros braza. Como hiciera ayer en los 200 metros, la medalla de oro le llega acompañada del récord del campeonato. La plata, igual que sucediera en los 200 metros, se la quedó Marina García. La rivalidad Vall-García es enconada.

Melanie Costa se apuntó la plata en 200 libres y también se llevó una plata Joan Lluís Pons en los 400 estilos.

Oro fugaz en tiro

Los piragüistas españoles conquistaron cuatro oros en el Canal de Castelldefels. a cargo de Teresa Portela (K-1 200), Carlos Garrote (K-1 200), Roi Rodríguez (K-1 500) y Marcus Cooper Walz y Rodrigo Germade (K-2 500). La anécdota se produjo en la prueba de tiro, foso olímpico, cuando la cordobesa Fátima Gálvez celebró el oro más fugaz. Los jueces, tras haberle dado por vencedora, rectificaron alegando que habían cometido un error y que estaba empatada con la sanmarinense Alessandra Perilli, que finalmente se adjudicó la prueba en la ronda de desempate.

“Tengo un sabor un poco agridulce. Después de la final que he hecho, que he tirado muy bien, pensaba que había ganado, porque le sacaba dos platos a Alessandra Perilli, pero luego dijeron que hubo un error, y que había que ir a la muerte súbita”, explicó.

Gálvez cree que los jueces se equivocaron y por eso reclamó, sin éxito, al final de la prueba. La cordobesa, que se quedó a las puertas del podio en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y el Mundial de Moscú 2017 -en ambas fue cuarta- también supo verle el lado positivo a la plata. “Entre quedar cuarta y llevarme medalla como hoy, me quedo con lo de hoy”, indicó la tiradora andaluza, que igualmente destacó orgullosa el nivel que exhibió durante todo el torneo.

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